American McGee presenta Bad day L.A. un irreverente título de acción en tercera persona que sigue las aventuras y desventuras de un vagabundo afro-americano durante un catastrófico día en la ciudad de Los Ángeles.
Políticamente incorrecto
El evidentemente norteamericano American McGee, es uno de los diseñadores mas gamberros (Bad Day es una buena prueba de ello), y desde cierto punto de vista más innovadores que nos podemos encontrar actualmente dentro del ámbito de los videojuegos. Fue el creador del brillante American McGee´s Alice, donde aportó una visión un tanto psicotrópica y macabra de la ya de por si surrealista obra de Lewis Carroll.
Es de agradecer que tipos como McGee aporten su visión personal y ofrezcan sabia nueva a este mundillo innegablemente sobresaturado, una industria que como negocio que es, adolece en términos generales de una falta de imaginación y creatividad. De todas formas, todo esto que digo no sirve realmente de mucho si detrás de esta visión no encontramos una buena base en la que poder sustentarse… y es que, Bad Day L.A. es un juego que prácticamente en todos sus aspectos deja mucho que desear.
El prota y una ciudad al borde del desastre
Toda la aventura se desarrolla en diez niveles que transcurren en zonas reales de Los Ángeles y en donde encarnamos Anthony Williams, el típico afro-americano chistoso… para que os hagáis una idea, encajaría perfectamente en el perfil de actores como Martin Lawrence o Chris Rock, de hecho, físicamente tiene ciertos aires a este último.
Anthony es un vagabundo, un sin techo astuto y descarado, un buscavidas que va a lo suyo y que se desenvuelve como pez en el agua por las calles de L.A.
Todo parece indicar que va a ser un día aparentemente normal dentro de la vida de nuestro prota, aunque pronto los acontecimientos darán un giro radical, una sucesión de catástrofes prácticamente al unísono asolarán la cuidad y obligaran a Anthony a luchar por su supervivencia en el peor día de toda su vida.
Durante el juego tendremos que lidiar con terroristas, mejicanos revolucionarios, niños que vomitan, gases tóxicos que convierten a la gente en zombies, terremotos, lluvias de meteoritos y un sin fin de desastres y situaciones esperpénticas bajo un punto de vista muy desenfadado.
Cierta decepción y una burda historia
Lo que a priori parecía prometer como un juego entretenido e irreverente, no hay mas que echar un vistazo al original libreto de instrucciones que se presenta como una guía de supervivencia durante desastres que nos enseña mediante divertidas viñetas los diferentes aspectos del juego, se convierte prácticamente nada más ponernos delante del teclado en toda una decepción.
Empezaré por la historia que en si misma es un compendio de absurdos, sinceramente no encuentro en ella prácticamente interés alguno, supongo que pretende ser cínica y divertida tanto en el lenguaje como en las situaciones, pero lejos de ser graciosa o ingeniosa, no aporta más que un mal gusto previsible y totalmente gratuito sin una aparente razón de ser. Directamente la tacharía de ridícula, más teniendo en cuenta que el guión está plagado de insultos, comentarios y gestos despectivos entre los personajes sin venir al caso y sin ningún tipo de trasfondo, que nos dejan fríos e indiferentes, y que además no hacen gracia porque están totalmente exentos de mordacidad e inteligencia. A mi juicio, el señor American McGee ha pretendido seguir sin éxito un humor en la línea de series como South park o algo similar, y desde luego no consigue apenas arañarnos alguna sonrisa de nuestras caras.
Controles y jugabilidad
El sistema de juego es lo más sencillo, por no decir pobre, que nos podemos encontrar en un juego de acción en tercera persona, con unos controles tremendamente básicos: adelante, atrás, izquierda, derecha, salto, y para de contar. Presenta grandes carencias en los tiempos que corren para un juego de estas características y es que cosas tan funcionales y útiles como el poder agacharnos, cambiar la velocidad de nuestro paso, disponer de un mini-mapa en pantalla para orientarnos, ofrecernos diferentes tipos de cámara etc., brillan totalmente por su ausencia en este título. Como aspecto curioso la interfaz si que dispone de una especie de sistema de peligro o reputación que aumentará o disminuirá en función del tipo de acciones que realicemos durante el juego.
Tendremos acceso a diferentes armas y utensilios que nos servirán para realizar las diferentes acciones. Nuestro cometido principal será de lo más simple y repetitivo según nos lo vayan indicando. A pesar de los diez niveles de juego de que disponemos, prácticamente deberemos realizar siempre lo mismo, a saber: matar a un número determinado de terroristas, curar a un numero determinado de heridos, curar a un numero determinado de zombies, apagar las llamas de un número determinado de personas que están ardiendo y poco más hay que contar sobre este aspecto.
Ambientación y temas técnicos
La ambientación en la ciudad tampoco es precisamente para tirar cohetes, en todo momento se respira un ambiente de auténtico caos, con personajes en llamas corriendo continuamente de aquí para allá, zombies vomitándote encima, terroristas que aparecen de no se sabe donde disparándote continuamente, personajes que se dedican al saqueo y que surgen de detrás de una pared como por arte de magia… todo resulta confuso y aleatorio, rara vez veremos algún coche en movimiento. En contra también hay que decir que la I.A. tanto en personajes como en enemigos está muy poco trabajada.
La libertad de movimientos en la ciudad es realmente limitada, apenas podremos explorar ni mucho menos introducirnos (salvo en raras excepciones y porque se nos exige en un momento determinado del juego) en ningún establecimiento, edificio o vehículo, todo parece salido de auténticos escenarios de cartón piedra insípidos y poco inspirados. Si bien los gráficos resultan peculiares con ese formato de tipo dibujo animado, no dejan de ser algo sorprendente solamente durante los diez primeros minutos.
Lo poco rescatable que podremos valorar positivamente en este Bad Day L.A. está en las escenas de video que observamos entre nivel y nivel, donde se aprecia una gran mejora grafica con respecto al juego normal, así como en su variada banda sonora junto con un buena realización en su doblaje al castellano.
American McGee intenta desmarcarse con un juego irreverente y soez pero que resulta flojo y poco inspirado. Da la sensación de estar hecho deprisa y corriendo, presentando grandes carencias técnicas que repercuten directamente en su jugabilidad. Poco tiene que ofrecer y aportar este Bad Day L.A. a un género con mucha aceptación y plagado de excelentes títulos donde elegir.
