Si la primera parte de Monkey Island: Edición Especial ya fue una verdadera joya, la segunda es tan genial o más que la anterior. Impecable jugablemente y todavía más redonda en lo gráfico y tecnológico, Monkey Island 2: Edición Especial da un paso hacia delante con respecto a su predecesor y mejora sensiblemente el control y el sistema de pistas.
Si te gustó Monkey Island: Edición Especial debes comprar Monkey Island 2: Edición Especial, y si no tuviste oportunidad de disfrutar del remake de la primera entrega debes hacerte con la segunda de forma innegociable. Es así de sencillo.
Todo el espíritu de la mítica factoría LucasArts de la década de los 90 está presente en este Monkey Island 2: Edición Especial y a un precio ridículo. Un nuevo remake en clave HD y con dirección artística totalmente remozada que no se conforma con la estética, sino que pule la faceta jugable mejorando su control.
Piratas de Antaño
La adorable gobernadora Elaine acabó en nuestros brazos al final de la primera aventura del aspirante a pirata Guybrush Threepwood, sin embargo la vida hogareña que ofrece la bella pelirroja no es suficiente para nuestro protagonista, y éste se embarca en una nueva aventura para recuperar el tesoro de Big Whoop tras cometer un terrible error que provocará la enésima resurrección del malvado LeChuck.
Los detalles sobre cómo sucede todo esto los dejaremos al descubrimiento del jugador, puesto que ahí reside la gracia de la historia. El usuario conocerá por el camino a los memorables Largo Lagrande o a Wally, y volverá a vibrar con los divertidos y punzantes diálogos entre Elaine, LeChuck y el propio Guybrush que en la segunda parte nos regalan unas líneas tan memorables como en el original.
Desde el comienzo con Elaine y Guybrush colgados de lianas hasta el épico final, asistimos a un sin fin de gags visuales y de diálogos formidables, que demuestran que el tiempo no ha pasado en absoluto para un videojuego que tiene ya casi 20 años a sus espaldas.
Monkey Island 2 fue la primera aventura gráfica popular en incluir el nivel de dificultad de los rompecabezas en su propuesta inicial, con la opción de jugar al título en su versión normal o de disfrutar de una edición algo más simplificada para jugadores inexpertos. Lamentablemente el remake da un paso atrás en este campo fulminando la alternativa de escoger entre uno y otro nivel, no es que nos parezca algo de importancia fundamental, pero sí cabe mencionarlo.
Big Whoop Te Espera
Lo que sí nos ha gustado mucho, y es una adición, es el nuevo sistema de pistas. En la primera parte ya disfrutamos del procedimiento que permitía ir liberando poco a poco pequeños detalles y datos que el juego facilitaba a los más inexpertos para poder ir avanzando en la aventura. En esta segunda parte este método sigue presente, pero se ve ampliado con una alternativa que permite iluminar los objetos con los que podemos interactuar sencillamente pulsando el botón L1 del pad.
Pero este matiz es ciertamente pequeño al lado del nuevo sistema de control para las versiones de consola, mucho más adecuado a las prestaciones que podemos sacar de una aventura gráfica con un pad. Si bien en el Edición Especial del primer Monkey Island movíamos el indicador tanto con el stick izquierdo y derecho, ahora LucasArts ha tomado una decisión mucho más inteligente haciendo que el movimiento de Guybrush se lleve a cabo directamente con la palanca izquierda, mientras que sea la derecha la que quede para desplazarnos por la pantalla con el puntero.
¿Qué se logra con esto? En primer lugar algo que enervará a los más puristas, y en segundo lugar una adecuación perfecta al mando de PlayStation 3. Los escenarios de la secuela, además, encajan mucho mejor con esta política que los del original, y lo cierto es que la decisión no podía parecernos más acertada.
Así mismo, y acompañando a esto mismo, en esta ocasión podemos interactuar con los objetos de una forma más clara y sencilla. Tirando del gatillo derecho podemos ver qué acciones podemos llevar a cabo con los objetos, así si nos ponemos sobre un montón de papeles de nada nos servirán los verbos de, por ejemplo, "tirar" o "empujar", de modo que el título directamente nos facilita los de "mirar" o "recoger" entre otros. Una forma muy cómoda de funcionar que es fácilmente evitable para los puristas utilizando la versión clásica que, como en el original, es tan sencillamente accesible como pulsar el botón "Select" del pad.
Por lo que respecta al apartado gráfico y artístico, el de Monkey Island 2: Edición Especial deja en pañales a lo que pudimos ver en la primera parte. Si en el original teníamos una sensación muy buena aunque expresábamos algunas dudas sobre determinadas decisiones estéticas del título, en esta ocasión no podemos sino rendirnos ante la calidad de todos sus diseños, muy superiores a los del original. El salto de una a otra versión continúa siendo genial, y a pesar de que la versión clásica tiene en inglés tanto los textos como las voces, lo cierto es que sigue siendo una forma maravillosa de reconciliarnos con la secuela de 1991. Los hilarantes comentarios de sus creadores, uno de los "highlights" más esperados por los fans, están en inglés con la traducción de los textos alrededor de la pantalla, y se activan y desactivan desde el menú.
Sencillamente superlativo. Si ya nos deshicimos en elogios con el primer Monkey Island: Edición Especial, sólo podemos volver a rendirnos ante la secuela. Superior artísticamente y también en términos de control, se trata de una cita ineludible para todos los aficionados del género. Con LucasArts nacieron las aventuras gráficas, y con Monkey Island 2: LeChuck's Revenge se perfeccionaron hasta extremos que todavía no han sido superados.
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