Análisis de Paradise City

Análisis de Paradise City
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Si no le tienes miedo a los grupos de mafiosos y las bandas de colgante de oro, coge la uzi que te han prestado y recorre las calles de Paradise City. La ley ha de imponerse para que los ciudadanos puedan andar por las calles. Es la ley del asfalto.

Cada cierto tiempo aparecen en el mercado de los videojuegos algunos programas que pretenden llamar la atención de alguna manera, muchos con unos gráficos de infarto, otros ofreciendo una jugabilidad comprometida con el jugador, y los demás intentan pasar sin pena ni gloria, eso sí, conservando la corrección como bandera, sin alardes en ningún sentido.

The Escape from Paradise City intenta convencernos de que, gracias a su “originalidad”, puede hacerse con una porción interesante dentro de los juegos de rol y la estrategia en tiempo real. Los recursos de los que hace gala son lo suficientemente atractivos como para mantener al jugador medio enganchado a las pesquisas que se dan cita en el juego de Sirius Games. Estos recursos no dejan al espectador estupefacto con un innovador sistema de juego, pero si evoca a algunos de los juegos pasados que intentaron solventar el tedio gracias a innovaciones jugables.

Paradise City es de esos juegos comprometidos con el usuario para reportarle horas de diversión sin límite. Pero se queda en eso, diversión. El límite lo marca una campaña para un jugador que establece demasiados peros, enturbiando sobremanera el conjunto.

Tras la estela de Gangland
Si recordamos la referencia citada podemos caer en la cuenta que el desarrollo de este Paradise City será muy parecido o casi calcado. Nada más lejos de la realidad. Su perspectiva isométrica puede que aporte atisbos de lo que fue aquel programa, sin embargo se queda en eso, en casuales similitudes.

La historia de Paradise City comienza cuando tres antiguos criminales han sido contratados para limpiar las calles de la bazofia criminal que las puebla, para ello seremos partícipes en las reyertas más sangrientas y peligrosas.
La historia de Paradise City comienza cuando tres antiguos criminales han sido contratados para limpiar las calles de la bazofia criminal que las puebla, para ello seremos partícipes en las reyertas más sangrientas y peligrosas.

La acción nos lleva a una ciudad asediada por las bandas de gangters o sindicatos de criminales (que para el caso es lo mismo), los cuales pueblan todas las calles con total desprecio por la paz y el sosiego. La historia comienza cuando tres antiguos criminales han sido contratados para limpiar las calles de la bazofia criminal que las puebla, para ello seremos partícipes en las reyertas más sangrientas y peligrosas que se puedan imaginar. Nuestra misión queda muy clara, el objetivo es librarnos de todas las mafias que podamos, dejando vía libre a las fuerzas del orden para acometer con fuerza en esas estructuras de delincuencia y así eliminarlas de raíz.

Para empezar, dado que estamos ante un título de lo más variopinto por sus modos de juego implementados, pondremos todo el interés en su manejo. Por supuesto, no cabe duda que se ha intentado simplificar hasta el extremo todas las acciones, recurriendo sin lugar a dudas a un sistema de menús, como en la gran mayoría de juegos de rol que podemos encontrar hoy en día.

El juego se divide en quince misiones en las que tenemos que poner toda la carne en el asador para derrocar el vandalismo y la corrupción. Para ello con cada uno de los personajes que controlamos hemos de configurar los atributos esenciales, como buen juego de rol, a saber: fuerza, destreza, ataque, etc.

En la oscuridad de la noche
En cuanto a este apartado, ha de alabarse el buen hacer de los programadores por crear un producto competitivo, pero lejos de los grandes alardes de las superproducciones. Es un juego que cumple con las expectativas y no defrauda en absoluto, pues aunque su estilo visual no nos deja con la boca abierta, pasa la prueba con un bien alto.

El modelado de los edificios cumple con su función, resultando en apariencia lo que quieren ser, edificios de una gran urbe, ni más ni menos. El aspecto siempre siniestro y decadente estará presente en todo momento, acrecentando esta sensación la oscuridad de la noche eterna que se le ha otorgado al juego. Aunque el día tiene su encanto también, pues veremos unas sombras perfectas en el suelo, fruto de los cuerpos físicos.

En cuanto a los personajes que pueblan las calles de este Paradise City nos dejan un sabor un tanto amargo, pues veremos a los mismos “muñecotes” continuamente. Es uno de los grandes inconvenientes que hace que el juego adolezca de la profundidad y ambientación idóneas. Las mismas caras, los mismos gestos, acaba siendo toda una decepción por lo poco cuidadosos en este sentido que han sido en Sirius.

Paradise City presenta un arriesgado e interesante cóctel de estrategia, rol y acción, para plantearnos un juego que apuesta por cierta originalidad, pero cuyos valores de producción se presentan excesivamente ajustados.
Paradise City presenta un arriesgado e interesante cóctel de estrategia, rol y acción, para plantearnos un juego que apuesta por cierta originalidad, pero cuyos valores de producción se presentan excesivamente ajustados.

Sin lugar a dudas también influye en el acabado jugable el no poder observar a más gente merodeando por las calles. La sensación de soledad se hace más profunda cuando vemos a un gentío limitado, escaso. Incluso el tráfico es ínfimo, pasa un coche cada mucho tiempo, dejando la ciudad desvalida de atascos y aglomeraciones ruidosas.

Observamos varias perspectivas de la cámara dentro del juego, una cenital, donde vemos al personaje desde arriba. La otra nos ofrece una vista en tercera persona de lo que ocurre, obteniendo el jugador más datos de la acción. Esto no acarrea ningún sobresalto al equipo informático con el que juguemos, la buena optimización del conjunto es perfecta, y en cualquier equipo podemos hacer “correr” el título.

En conjunto, en su entramado visual y sonoro, el juego cumple con su cometido y no resulta demasiado decepcionante, amén de algunos peros técnicos. En todo caso, no resulta mediocre para ser un proyecto con no muchos medios económicos a sus espaldas. El esfuerzo ha merecido la pena y sus autores pueden ir con la cabeza bien alta.

Su modo de juego
Dirigimos a un miembro de los tres disponibles para la aventura en cada una de las misiones. Para cada misión nos proveeremos de un personaje que posee diferentes características personales, como bien reza en el menú preparado para las estadísticas de cada “agente”: experiencia, la cual irá en aumento cuando vayamos logrando objetivos y misiones. Muchas de estas misiones se basan en acabar del todo con las bandas que se encuentran en la calle. Si nos ponemos en contacto con capos que nos puedan untar con dinero seremos los primeros en convertirnos en mercenarios del mejor postor, todo para enriquecernos a la vez que hacemos los trabajitos.

Cada personaje tiene sus atributos primarios bien definidos, por lo tanto en la lista de los mismos aparece el cuerpo físico y su resistencia a los golpes, la percepción, la agilidad, la concentración en la tarea y el carisma. Todos ellos atributos que tienen su propio medidor que habrá que observar constantemente para controlar cómo pueden mejorarse. Con ello conseguimos crear un personaje a nuestra medida, con virtudes y defectos que configuren un jugador correcto para la lucha contra el crimen organizado.

Paradise City nos presenta un hervidero de acción donde arden las luchas entre gangsters. Sea de dia o de noche, mayoritariamente de noche, nuestra misión consistirá en dominar los barrios para acumular poder y dinero.
Paradise City nos presenta un hervidero de acción donde arden las luchas entre gangsters. Sea de dia o de noche, mayoritariamente de noche, nuestra misión consistirá en dominar los barrios para acumular poder y dinero.

La dinámica del juego nos lleva a “conquistar” barrios donde se esconden importantes jefes. Debemos hacernos con el control de los barrios y de los recursos que los mueven, es por ello que si vamos recogiendo las ganancias de los hoteles, conseguimos drogas que aporten atributos temporales y armas con las que infundir el miedo, seremos intocables. Es imprescindible seguir estas tareas al dedillo, será la única manera de sobrevivir y hacernos con matones que nos ayuden en nuestras pesquisas.

La perspectiva en tercera persona de este título puede recordar a la omnipresente saga GTA. Su dinámica dista mucho del juego que nos ocupa, siendo arcade en el caso de Grand Theft Auto y rol/estrategia este Paradise City. Contiene todos los ingredientes necesarios para pasar un rato divertido, sin embargo no llegará nunca a ser la panacea de este género híbrido. Méritos parece tener, pero su conducta deja demasiados claroscuros como para que se convierta en sustituto de nadie.

Discreto

Sin sello

Paradise City

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Este Escape from Paradise City posee elementos muy gratificantes en su desarrollo. Con un sistema de juego elegante, alejado de grandes alardes pero efectivo y un apartado técnico correcto que se explota con maestría. Sin embargo algunas grietas en su diseño y la falta de profundidad en su historia, así como un torpe manejo del sistema en general, lo convierten en un producto creado para el disfrute de unos pocos incondicionales del género. Simplemente correcto y ameno.

Jugadores:
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