En la actualidad, parece casi incierto que existiera un tiempo en que un erizo azul y un fontanero fueran constantes rivales en ventas. Desde hace diez años, el Sonic Team perdió fuelle y la creatividad del estudio mermó, pero ahora los colores de las siete esmeraldas vuelven a reavivar una franquicia que promete un futuro próspero.
Hacía tiempo que el Sonic Team prometía llevar al erizo por la misma senda que le llevó a lo más alto con Sonic Adventure, pero lo único que lograron crear fueron juegos que se estrellasen con una jugabilidad nefasta e irreconocible. El equipo de desarrollo más importante de Sega había perdido el ritmo.
Unos años más tarde, y gracias a las portátiles de Nintendo, el antiguo estudio de Yuji Naka comenzó a resurgir con las franquicias Sonic Advance de GameBoy Advance y Sonic Rush de Nintendo DS. Sonic Colours supone una vuelta a estos ideales del Sonic Team y recupera aspectos muy importantes que habían transformado en éxitos a ambas series.
Así pues, y aprovechando al máximo el potencial de la doble pantalla, se le ha otorgado una velocidad elevada, haciendo de Colours un juego frenético de principio a fin. Sonic retoma sus aventuras llenas de colores, fuegos artificiales, anillos y explosiones por doquier; todo ello en un proyecto muy prometedor.
Nuevos protagonistas, nueva historia
El incansable Eggman ha construido un parque de atracciones en el espacio, que utiliza como base central para crear un arma capaz de controlar las mentes de todos los seres vivos. Pero sabemos que allá donde se halle el peligro, el puercoespín azul asomará el hocico para desbaratar a toda velocidad los malvados planes del doctor Robotnik.
Los wisps, unos curiosos alienígenas de formas diversas, albergan un devastador poder en su interior, razón por la que el archienemigo de Sonic intentará aprovecharse de ello. Y, obviamente, si el doctor puede conseguirlo, el veloz erizo comprobará lo que significa fusionarse con estos seres para obtener habilidades especiales como convertirse en un cohete o ser una bola de fuego, entre otros, haciendo un total de seis wisps.
En cada una de las siete zonas del juego, podremos utilizar el poder de un máximo de dos wisps (son fijos para cada mundo) que salvemos a lo largo de la historia. La estructura de actos sigue la tendencia a lo largo de los años: dos en los que nuestro objetivo será llegar vivos a la meta, y una fase final en la que protagonizaremos un choque contra alguna de las máquinas de Robotnik.
Rápido e incesante, Sonic en estado puro
Tras los 4 minutos de media que dura cada acto, si acabamos el nivel con más de 50 anillos bajo el brazo, tendremos la posibilidad de acceder a una fase especial controlada por la pantalla táctil, en la que deberemos recoger tantas bolas de colores como sea posible para conseguir una de las siete "Chaos Emeralds". Adicionalmente, se muestran algunos extras, como la disposición de misiones extraordinarias (tres por planeta) que nos permitirá reunirnos con caras conocidas de la franquicia.
Nada más comenzar el título, nos daremos cuenta de que el Sonic Team le ha puesto un ritmo endiablado, siendo bastante complicado su control al principio. Sin embargo, y como siempre suele ocurrir, al cabo de unos actos nos acostumbraremos a la rapidez de Sonic y a la facilidad de controles que nos proponen.
Y es que con únicamente 5 botones podremos realizar acciones recogidas de otros títulos y algunas nuevas, como los ya comentados, poderes de los wisps. Vuelven el impulso inicial en forma de bola ("spin dash") o el "homing attack", con el cual podremos dirigirnos a distintos objetos en mitad de un salto. Gracias al botón R, y recopilando controles de entregas anteriores, podremos agacharnos y realizar un barrido.
Diversión y trabajo a raudales
Por supuesto, no podía faltar un modo multijugador, tanto online como offline, para competir con gente de todo el mundo, amigos con el juego o simplemente haciendo uso de una única tarjeta. Además de para hacer carreras de velocidad con un rival, la conexión Wi-Fi de Nintendo es utilizada para visualizar los tiempos récord mundiales y nuestras marcas personales.
La combinación de modelos y escenarios tridimensionales con un scroll horizontal, permite al Sonic Team mostrar un juego rapidísimo que se mueve con una fluidez sorprendente, sin ningún tipo de ralentización. Aprovecha perfectamente las cualidades de Nintendo DS con un diseño de niveles muy detallado y amplio, con muchas variantes respecto a los posibles caminos, y una sensación general de representar un trabajo bien hecho.
La banda sonora continúa la tendencia de los juegos del erizo de Sega, con una melodía orquestal en los menús y electrónica en las fases, más enérgicas según nos acerquemos al final de la historia. Si bien la música es nueva, los efectos de sonido recuerdan mucho a los antiguos, siendo bastante agradable escuchar algo retro entre tanta novedad.
La diversidad de colores da nombre a Sonic Colours, un título variado y sencillo que supone una evolución en el camino de un dañado Sonic Team, que empieza a encontrar de nuevo el ritmo. Unos gráficos vivos, melodías retro y un excelente control combinado con la velocidad de Sonic, lo convierten, probablemente, en el mejor juego del famoso estudio de Sega en los últimos 5 años.
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