¿Es posible crear un plataformas que, aunque asequible para el gran público, siga siendo interesante para los expertos del género? Kirby's Epic Yarn responde a esta interesante pregunta de manera excelente con una aventura tierna, dulce y muy rejugable, donde sus creadores demuestran el talento para entretejer pura jugabilidad Nintendo con un apartado gráfico maravillosamente textil. Bienvenido al reino de los hilos.
New Super Mario Bros, Donkey Kong Country Returns, las dos entregas de Super Mario Galaxy... A nadie le debería extrañar que dijéramos que Wii es la mejor consola de sobremesa para los amantes de los buenos plataformas, un argumento que todavía adquiere más poder si os comentamos que Kirby's Epic Yarn viene para sumar al catálogo un plataformas tan puro, tierno y entretenido como encantador.
Fue toda una sorpresa contemplar durante el E3 del año 2010 a un Kirby completamente renovado, en esta ocasión bajo un diseño textil que hacía que su cuerpo rosa estuviera formado completamente de hilo. El personaje creado por Masahiro Sakurai y desarrollado porsteriormente por HAL Laboratory en casi una veintena de títulos sorprendió a propios y extraños con una técnica gráfica depurada. Puro ingenio audiovisual aplicado a la jugabilidad de una obra en la que nuestro rechoncho amigo formaba parte de un mundo cosido a mano.
Pero aún más sorprendente ha sido ver cómo una compañía con cierta inexperiencia como Good-Feel (sólo cuenta con Wario Land: The Shake Dimension en su currículum) ha sabido dirigir los pasos de Kirby en una innovadora dirección. Y es que nuestro tragón protagonista ya no lo es tanto porque, más que absorber a sus rivales, ahora los descose mediante los propios hilos que forman su cuerpo, soltando lazos a su paso, adquiriendo la forma de decenas de objetos diferentes y recorriendo varios mundos textiles para conseguir que pasemos unas horas de juego verdaderamente gratificantes.
Arte textil
En un principio, en la propia redacción temíamos que Kirby's Epic Yarn, en un intento por querer acercarse demasiado a todas las edades y clases de usuarios, acabara siendo un videojuego demasiado dulce. De hecho, el título es fácil de superar en poco más de seis horas; pero es tal el disfrute que se logra retransmitir -ya sea por su apartado visual o por el ingenio de sus plataformas-, que serán algunas de las horas mejor aprovechadas por cualquier poseedor de una Wii.
Kirby no puede morir en esta nueva obra. Si acaso, pierde parte de las gemas que conseguimos a lo largo de los niveles, pero es que precisamente una de las premisas necesarias para completar al cien por cien el título es evitar que nos acierten los enemigos. Por tanto, existe un equilibrio jugable muy interesante. Podemos completar la obra fácilmente, lo cual es positivo para los usuarios más pequeños o menos habilidosos, pero al mismo tiempo los expertos y amantes del personaje tendrán un gran reto al intentar conseguir todos los secretos de cada nivel.
Esto está materializado en el videojuego de manera irreprochable, también, gracias a la increíble variedad de situaciones que se nos plantean. Si bien predomina la jugabilidad plataformera tradicional de la serie, con saltos por doquier, existen adicionalmente situaciones en las que Kirby se convierte en un ovni, en un pingüino surfeador, en un tren, en un cohete, en un tanque, en un submarino, en un camión de bomberos, en una excavadora, en un tren, en una nave espacial... Esta vez nuestro amigo no copia habilidades de otros rivales, pero... ¿quién los necesita estando hecho de hilo?
De esta forma, jugando con la libertad que ofrecen los hilos, es cómo Good-Feel ha planteado unas dinámicas de juego directamente conectadas con la jugabilidad. Todo relacionado, aunque no lo hayamos comentado aún, con un argumento que -como podéis imaginar- es puramente ornamental, recordando a otras entregas dentro de la franquicia.
Básicamente, todo se construye bajo un guión sencillo: Kirby, en uno de sus paseos por Dream Land, se encuentra con una fruta, y pretende engullirla cuando... un extraño ser aparece, llevándose a nuestro redondo héroe hacia una dimensión paralela: el Reino de las Telas. Ahora deberemos encontrar el camino de vuelta, algo que sólo podremos conseguir cosiendo las siete partes del reino con la ayuda del príncipe Hilván (el cual, como comentamos más adelante, podrá controlar un segundo usuario).
En total, ocho mundos en los que atravesaremos verdes praderas, cálidos desiertos, volcanes, mansiones tenebrosas, paisajes nevados, decorados repletos de dulces y hasta ciudades futurísticas. El derroche de imaginación depositado por los creadores es descomunal, con niveles completamente inéditos, salvo algunas excepciones -en forma de fases recuperadas del pasado- que harán las delicias de los fieles seguidores de la serie.
Un plataformas perfectamente hilado
Lo citado queda complementado por un diseño de niveles plenamente satisfactorio, donde aparte de saltar podemos atrapar a los enemigos y lanzarlos contra obstáculos u otros rivales del decorado. De igual manera, tenemos otras acciones como planear en el aire (en forma de paracaídas), realizar un ataque en picado (como una pesa) o ir a mayor velocidad (adoptando la estética de un coche). La gracia y suavidad de animaciones hipnotiza de tal forma que resultaría difícil encontrar algún otro personaje -dentro del mundo de las plataformas- con una expresividad tan pronunciada.
Para resumirlo, es bueno quedarse con la idea de que los propios desarrolladores han jugado con sus herramientas de desarrollo, tal y como Disney hacía con sus cortos animados. Arte interactivo lo llamarían algunos, aunque todos deberíamos estar de acuerdo en que es talento lo que se esconde, en este caso, en las oficinas de Good-Feel. Si no, sería imposible explicar cómo se han usado diferentes planos del escenario (a un estilo similar al de Paper Mario) para crear diferentes dimensiones de juego que, a su vez, son pequeños puzles en sí mismos.
Pero lo mejor de todo es que no supone un caso aislado. La capacidad de sorpresa del videojuego es sobresaliente. A cada nivel superado, obtenemos una gratificacion en forma de un nuevo reto aún más agradable que el anterior. Hasta los enemigos finales suponen pequeñas piezas de lucidez, con sus pautas para ser superados y unos simpáticos diseños que nos traerán de vuelta a viejos conocidos (y hasta aquí vamos a leer).
El añadido de la faceta cooperativa (sin online), para que un jugador se sume al disfrute plataformero al principio de cada nivel, no hace más que añadir otra razón más para jugar al título. Esto no consigue que la experiencia se modifique -en el sentido de que el progreso de la aventura no cambia-, aunque sí se hace más llevadera. Acciones como impulsar a nuestro compañero para que llegue más alto, o manejar un robot cooperando en el control del mismo abre muchas posibilidades y convierte al plataformas en aún más divertido y completo si cabe.
Y por si preocupa el hecho de dejarle los controles a un usuario de corta edad, huelga decir que estamos ante un título plenamente accesible. Por algúna razón Good-Feel ha optado por un esquema de control apoyado en el simple uso del wiimote en horizontal, con tan sólo dos botones para interactuar con el entorno: uno para atacar y el otro para saltar.
Eso sí, no todo será descoser y cantar, ya que otro de los incentivos para hacerse con Kirby's Epic Yarn reside en su extraordinaria rejugabilidad. Puede ser asequible, y hasta fácil, completar sus niveles por primera vez, pero hacerlo al cien por cien... eso ya es otra historia. Recoger las gemas necesarias para obtener medallas de oro en cada fase es altamente complicado (sobre todo en los últimos mundos), al igual que encontrar todos los tesoros presentes.
Desbloquear nuevos retos y alcanzar niveles escondidos es otra tarea secundaria, al igual que decorar nuestro apartamento y el de los de los inquilinos del hotel de Estambrosio. Y es que deberemos ayudarle a colocar los 168 objetos coleccionables y los otros 180 patrones de tapices (que también se pueden comprar) dentro de las distintas habitaciones, apuntando con el wiimote hacia la pantalla dentro de la -casi- única mecánica presente en la obra que aprovecha la tecnología giroscópica.
En consecuencia, y si llevamos a cabo todas las acciones secundarias planteadas, la duración total podría estirarse hasta más de 10 horas de colorido que se manifiestan -como ya ha puesto en práctica Nintendo en alguna que otra ocasión- en forma de obra de teatro. De hecho, los tiempos de carga (en ocasiones un tanto pronunciados) se resuelven corriendo un telón sobre el escenario, tal vez representando lo que es, en verdad, una de las mejores actuaciones de nuestro querido retaco.
Una actuación que cuenta con una buena traducción al castellano e incluso con voces en español para el narrador de un cuento interactivo que también goza de un apartado sonoro completo y mimado, con 50 melodías que tienden a enfatizar el carácter alegre de Kirby. Hasta encontraremos viejas piezas sonoras que nos recuerden a otros juegos de la bola rosa. Sin duda, forma de expresión de un glorioso pasado al que se lanza un contundente hilo de diversión gracias al ingenio textil de un estudio de desarrollo que, estamos seguros, se ha ganado el contrato para realizar un nuevo proyecto dentro de la Gran N.
Kirby's Epic Yarn es pura, tierna y dulce satisfacción plataformera, un videojuego que desprende por los hilos de nuestro héroe rosa una genialidad jugable que triunfa por ser apta para todas las edades y tipos de usuarios. Los menos experimentados podrán llegar al final de la aventura y los más exigentes tendrán motivos para rejugar la obra hasta traspasar las 10 horas de diversión. Todo recubierto de una gran demostración, por parte de Good-Feel, de cómo conjugar un brillante y textil apartado visual con la jugabilidad tradicional de la franquicia Kirby. Sin lugar a dudas, arte interactivo en uno de los plataformas mejor hilados de esta generación.
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