Acción táctica y en equipo. Codemasters vuelve a la carga con una nueva entrega de su clásico simulador de combates bélicos: Operation Flashpoint. Un título ideal para aquellos usuarios aficionados a la simulación militar de la primera entrega que busquen una acción más directa y menos exigente.
Los seguidores del primer Operation Flashpoint tienen en la serie ArmA –desarrollada por el equipo del original- la excusa perfecta para seguir disfrutando de los combates bélicos más realistas y tensos del mercado, pero Codemasters no ha querido perder la oportunidad de mantener con vida una de las series más queridas por los aficionados a la acción y, con este Red River, vienen a demostrar que tienen potencial y talento para llevarla a lo más alto entre el gran público. Sobre todo si hablamos de los jugadores de consolas, menos acostumbrados a este tipo de videojuegos tan realistas. El problema es que esta nueva incursión de la serie se queda a medio camino en algunos aspectos, ofreciendo un resultado más que notable pero lejos de lo que muchos seguidores de Operation Flashpoint desearían.
Piensa, ordena y actúa
Ambientado en el ficticio territorio de Tayikistán, en Red River nos veremos liderando a un equipo de marines envueltos en un conflicto internacional contra un grupo de insurgentes y el propio ejército Chino, que se encuentra en la zona enfrentándose también a los terroristas que amenazan la paz de sus fronteras. Y así, con este trasfondo tan poco original aunque bien desarrollado durante la campaña, nos veremos rápidamente recorriendo extensos campos de batalla en los que cualquier movimiento en falso puede suponer nuestra muerte o la de cualquiera de nuestros compañeros de equipo.
Como apuntábamos anteriormente, Red River apuesta por el cooperativo para hasta cuatro jugadores que podrán encarnar a un fusilero versátil en el combate a corta y larga distancia, un experto francotirador, un granadero ideal para distancias cortas y misiones de daño masivo con explosivos y, por último, un batidor perfecto para proporcionar fuego de cobertura a sus aliados. En caso de no poder disfrutar del juego en equipo tendremos a nuestra disposición un menú radial más intuitivo y claro que en la anterior entrega, que nos servirá para dar órdenes al grupo o a cada soldado para afrontar de la mejor forma posible las batallas. De este modo, podemos indicar a nuestros hombres que se dirijan a una posición concreta, que nos sigan, que ataquen por los flancos a los enemigos, que corran, mantengan una posición, asalten un edificio… en definitiva, las órdenes básicas e imprescindibles para salir con vida de cualquier enfrentamiento.
Lógicamente, la experiencia de juego gana muchísimos enteros cuando se disfruta junto a tres amigos más, ya que las tácticas de combate se irán produciendo de forma más natural y efectiva. Sin embargo, Red River también se presenta como un gran juego a nivel individual que brinda un destacable nivel de libertad a la hora de afrontar cada batalla. En primer lugar, porque siempre se nos da la oportunidad de escoger el tipo de soldado que vamos a encarnar, a lo que debemos sumar el hecho de poder combinar al resto de fuerzas para abatir a los enemigos como deseemos. Pero también se ha incluido un sencillo sistema de progresión de habilidades que nos permite mejorar aspectos como la capacidad táctica de nuestro soldado, su puntería, resistencia, capacidad de reacción, etcétera; amén de la posibilidad de cambiar de arma o aplicar diversas mejoras a estas para adaptarlas a nuestro estilo de combate.
Y con esta premisa de juego en equipo Red River vuelve a sumergirnos en un entorno de batalla tremendamente peligroso en el que cualquier movimiento en falso puede saldarse con nuestra muerte o la de cualquiera de nuestros aliados. El nivel de realismo no llega al extremo del primer Operation Flashpoint o de los juegos de la serie ArmA en los que una bala perdida puede poner fin a nuestra vida, ya que en esta nueva obra de Codemasters, las decisiones alocadas se suelen pagar caras, pero siempre tenemos una pequeña oportunidad de sobrevivir gracias a los kits de primeros auxilios con los que cortar las hemorragias (que pueden poner fin a nuestra vida) y sanar las heridas recibidas durante las refriegas. Por supuesto, aunque a nivel jugable el juego se vuelve más accesible para la mayoría de usuarios, con esta decisión se pierde ese nivel de tensión extrema del primer Operation Flashpoint en el que verdaderamente, una mala jugada suponía el fracaso en la misión.
Aparte de este detalle, el desarrollo de las misiones no se aleja excesivamente de lo habitual en el género, aunque sí es cierto que se echa en falta una mayor variedad de situaciones y un devenir de los acontecimientos más elaborado. Básicamente porque los objetivos que se nos marcarán no diferirán mucho los unos de los otros, a lo que debemos sumar un desarrollo de las misiones algo encorsetado y falto de libertad, ya que constantemente nos veremos transportados de un lado a otro cumpliendo las misiones que se nos encargan. Y aunque sí es cierto que habrá misiones secundarias que podemos completar si lo deseamos –esto nos da puntos para mejorar luego al soldado y su equipo-, esa sensación de libertad del original se ha perdido en pos de un desarrollo de la acción en el que el foco de los combates está muy concentrado en puntos determinados del escenario; lo que al final deriva en una campaña con varios altibajos: combates muy emocionantes y tramos de la partida demasiado aburridos.
Aliados… ¿en serio?
En un juego en el que se busca ante todo el combate en equipo resulta imprescindible que los aliados que te acompañen sean eficientes al máximo. Red River lo consigue a medias, porque si bien a la hora de ejecutar las órdenes nuestros soldados suelen ser bastante efectivos, también pecan en muchas ocasiones de ser, literalmente, estúpidos. Ya sea por quedarse parados en medio de un fuego cruzado sin buscar protección o por empujarnos hasta sacarnos de nuestra posición de cobertura con tal de situarse ellos en nuestra zona, habrá momentos en los que verdaderamente lograrán cabrearnos.
Los enemigos también presentan este tipo de comportamientos, ofreciendo buenos resultados en la mayor parte de la partida, aunque con momentos hilarantes como ver a insurgentes salir de sus escondites para convertirse en patitos de feria a los que todos los marines pueden acribillar sin problemas. En ocasiones también suelen reaccionar tarde a nuestras acciones incluso en los niveles de dificultad más elevados, lo que consigue que un movimiento en falso por nuestra parte no siempre se traduzca en la muerte. Y no menos frustrante es ver cómo estos, desde distancias considerables, logran detectar nuestra posición cuando luego a nosotros nos resulta extremadamente difícil dar con ellos porque la mayoría de combates se desarrollan a largas distancias.
Al final, como decíamos, lo mejor es apostar por el juego cooperativo, ya que afrontar la campaña junto a tres usuarios siempre resulta muchísimo más gratificante que hacerlo en solitario, como es habitual en este tipo de juegos. Además, Codemasters ha apostado muy fuertemente por esta faceta eliminando cualquier modalidad de juego competitiva para crear misiones de asalto específicas para el multijugador, en las que los usuarios deberán cooperar para realizar diversas tareas de defensa y ataque. Una muy buena forma de alargar las horas de juego mientras se prueban distintas tácticas de combate.
Un gran simulador bélico en consolas
No hay dudas que Operation Flashpoint: Red River es uno de esos juegos únicos en consolas que cuentan con muy pocos competidores en su campo que le puedan plantar cara de tú a tú, y éste es precisamente uno de los principales atractivos del juego. En este punto, hay que destacar el gran trabajo llevado a cabo por Codemasters a la hora de adaptar un sistema de juego tan complejo como el de un simulador al mundo de las consolas sin perder por ello la citada complejidad de la que hablábamos. Y es que con muy pocos botones nos veremos rápidamente plantando minas en el camino, dando órdenes a nuestros soldados, consultando el mapa táctico y pegando tiros a diestro y siniestro sin mayor problema.
En este sentido, este mismo trabajo de adaptación se puede trasladar perfectamente al apartado técnico de Red River, que mantiene algunas de las señas de identidad de la serie como sus enormes campos de batalla (la distancia de dibujado es destacable) en los que habrá que estar muy atentos para no caer bajo el fuego de los francotiradores.
Los efectos de luces se alzan en este punto como uno de los elementos mejor trabajos del título, así como el modelado de los soldados y armas que podremos equiparles. Lo malo es que esta amplitud de escenarios tiene como contrapartida una serie de objetos y estructuras que se repetirán muy a menudo, restándole cierto atractivo al conjunto. Asimismo, algunas animaciones no están a la altura de lo que cabría esperar de una gran producción como ésta; y aquí hablamos sobre todo de las transiciones instantáneas de los soldados al subir y bajar a vehículos, ya que pasarán de estar de pie a aparecer sentados en sus asientos por arte de magia sin ningún movimiento mínimamente realista.
Si hablamos del apartado sonoro, el que el juego no esté doblado a nuestro idioma tiene como punto negativo el obligarnos a leer los constantes mensajes de aviso de los soldados aliados que irán informando de las acciones del enemigo. ¿Qué ocurre? Que si nos ponemos a leer con detalle estos mensajes perdemos la atención a la acción, lo que puede suponer el recibir un balazo. Además, habrá momentos en los que la pantalla esté repleta de este tipo de mensajes, a los que debemos sumar los diálogos entre los protagonistas.
Notablemente desafiante, con un buen nivel de simulación y lo suficientemente accesible como para atraer a nuevos usuarios al género. Red River se presenta como un muy buen juego de acción táctica que puede convertirse en el puente perfecto entre los usuarios aficionados a juegos de acción más directa que quieran dar el salto a la simulación extrema del primer Operation Flashpoint y similares. No es perfecto, tiene problemas con la inteligencia artificial y su campaña no es la más apasionante del mercado, pero no por ello deja de ser un juego tremendamente interesante que se disfruta de cabo a rabo cuando se prueba en cooperativo.
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