El estudio WayForward, Matt Bozon y Jake Kaufman han trabajado juntos para traer la secuela de un título que pasó prácticamente desapercibido (Shantae, de Capcom), pero cuya calidad fue alabada por la crítica. Nueve años más tarde de aquello, llega a DSiWare una mezcla explosiva de jugabilidad directa, gran colorido y una genial banda sonora con el propósito de deleitar a los jugadores amantes de los clásicos.
A los veinte años, WayForward sigue siendo una desarrolladora relativamente independiente que crea, al ritmo que trabaja para otras compañías, nuevos proyectos por cuenta ajena. El primer título ideado bajo propia iniciativa fue Shantae, el cual fue lanzado durante el año 2002 para la plataforma Game Boy Color. En aquel preciso momento comenzaba la historia de un mágico lugar ficticio llamado Sequin Land.
Su creador, Matt Bozon, a pesar de la gran calidad que identificó el primer lanzamiento original de la compañía en la portátil a color de Nintendo, no continuó su particular aventura debido a las bajas ventas que obtuvo. Y algo parecido ocurrió con GameBoy Advance, con la que se comenzó el desarrollo de una nueva aventura, aunque tras el estancamiento en el mercado de la consola, se detuvo el proyecto cuando su progreso se encontraba a la mitad. No obstante, WayForward ha continuado trabajando en Shantae de forma interna para otras consolas, intentando ver cuál es el potencial del estudio, pero sin ánimo de combinar todos los trabajos para crear un juego.
Sin duda alguna, el legado de Shantae que se pretende determinar en estos momentos es el que vemos hoy día gracias a la distribución online de DSiWare. A pesar de los años que han pasado, la genio vuelve a brillar de una forma inusual en un título plataformero, repleto de acción e intenso de principio a fin. Una historia simple, su aspecto retro y una jugabilidad que engancha, son los aspectos más importantes de la secuela.
La geografía de Sequin Land
Tras los hechos de la primera aventura, Sequin Land se encuentra en paz gracias a los cuidados y la protección de la "semigenio" Shantae, que lucha contra los enemigos que acechan la ciudad. Inevitablemente, en un apacible día y en medio de un importante acto, su archienemiga Risky Boots se presenta para robar una extraña lámpara de la cual se desconoce su posible uso. Una desgracia para nuestra amiga, que es despedida de la guardia de la ciudad, acto que no evitará que busque en solitario qué es lo que planea la malvada antagonista.
Este primer hecho ya nos introducirá directamente en una ciudad con tres zonas que representan tan sólo el principio de un título con una maravillosa variedad de escenarios y colores. Tras comprar el mapa (es lo primero que nos recomiendan) en la tienda del pueblo costero Scuttle Town y desplegarlo, nos daremos cuenta de que la aventura no se limita a desplazarnos a izquierda y derecha como en un típico plataformas, sino que además podremos movernos hacia atrás y hacia delante en distintos niveles de profundidad.
La exploración, por tanto, se convierte en un elemento interesante e indispensable, ya que a la hora de avanzar, los personajes de la ciudad nos dan pistas bastante abstractas sobre la dirección a tomar, aunque en ningún momento nos digan exactamente la dirección a seguir. Lógicamente, y para detenernos en nuestra libre excursión por el mundo bidimensional de Sequin Land, hasta que no obtengamos ciertos poderes y habilidades no nos dejarán acceder a determinadas zonas que serán importantes más adelante.
A base de potentes coletazos avanzamos por los escenarios repletos de enemigos, ayudándonos de más de 10 poderes mágicos que adquiriremos en la tienda de Scuttle Town a cambio de gemas, la moneda de cambio, las cuales aparecen al derrotar enemigos. Además, en este lugar podemos encontrar objetos curiosos como, por ejemplo, una mascarilla para el pelo que aumenta la frecuencia de ataque de Shantae.
La danza del vientre es parte de los poderes que nos permitirán avanzar en la aventura. Y es que, gracias a este baile, Shantae puede tranformarse en una especie animal y atravesar las dificultades que un humano normal y corriente no podría. Estas habilidades se encuentran escondidas en diferentes lugares del mapa, pero no son los únicos tesoros ocultos en Sequin Land. También podemos hallar cofres en cuyo interior pueden encontrarse desde gemas hasta un contenedor de corazón que nos ayude a aumentar la barra de vida, dividida en corazones, muy habituales en los juegos clásicos del género.
La importancia de un control directo
Por otra parte, la acción del proyecto de WayForward contiene dos partes muy diferenciadas entre sí: una de escenarios interiores y otra de lugares abiertos. Mientras que en los últimos debemos hablar con los NPCs de Scuttle Town y explorar la variedad de situaciones geográficas de Sequin Land, en las mazmorras (los lugares cerrados) debemos resolver los escenarios laberínticos y encontrar a un enemigo final, al que atizaremos con la coleta hasta conseguir lo que buscamos. La combinación jugable resulta muy intensa y capta la atención del usuario rápidamente, gracias también en parte a unos controles muy directos. Y eso que no se hace prácticamente uso de la pantalla táctil, salvo para elegir las magias, encontrarnos en el mapa y ver nuestro inventario.
Para desplazarnos por el mapeado del juego, se hace uso del "scroll" horizontal (de izquierda a derecha) siguiendo el movimiento del personaje, hasta tocar los límites laterales. En ciertas ocasiones podemos desplazarnos hacia delante (siempre visible en el decorado) o hacia detrás, siempre gracias a unos pequeños bloques que indican con una flecha hacia dónde nos desplazarán. La respuesta a los botones es muy directa, por lo que Shantae hará lo que nosotros queremos que haga. El resultado de este conjunto de técnicas y características resulta en una jugabilidad muy fluida y atractiva.
En cuanto al motor gráfico de Risky's Revenge, mencionar que consigue mover el título a una velocidad de 60 imágenes por segundo sin inmutarse, y eso a pesar del gran contraste en el colorido y las diferentes capas que presenta cada nivel de profundidad. Además, el aspecto de 16 bits está muy conseguido a base de "sprites", utilizando la tecnología de Nintendo DS para realizar un título bidimensional, con la excepción de un efecto pseudo-3D, que representa el cambio entre las capas de profundidad.
Jake Kaufman, compositor de la primera parte de Shantae y -por cierto- de Red Faction Guerrilla, repite con WayForward para crear un apartado sonoro que encuentra similitudes con la etapa de las consolas de 8 y 16 bits. Melodías de acción en su mayor parte, que ponen la guinda al esfuerzo del estudio por crear un título sobresaliente. Los efectos de sonido, entre los que podemos incluir algunos gritos de Shantae, son de calidad y se adaptan a la perfección con su activa banda sonora.
Shantae, desapercibida en su paso por GameBoy Color, pretende demostrar que sus creadores consiguieron dar vida a una saga distinta a las actuales, sin historias complejas, con una jugabilidad directa y muy atractiva, que nos mantendrá frente a la pantalla durante casi diez horas. Disponible sólo para Nintendo DSi y a un precio de 1200 puntos, se alza como el juego más caro en la tienda DSiWare, pero su enorme calidad lo merece.
