Vareludo / 28 de junio de 2017 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

10 Inolvidable

Inmortal
A veces, la vida te deja experiencias, personas, películas, libros, historias o situaciones que te marcan para siempre.

Planescape: Torment es el videojuego que más me ha marcado en los últimos años, después de pasar meses totalmente apartado del mundillo, llegando incluso a perder el interés y la fe en volver a ilusionarme por un juego.

No voy a engañaros, este texto no es objetivo. Simplemente no puede serlo. Es como intentar contarle a alguien cómo suena tu grupo favorito o como si intento describirle a uno de mis mejores amigos. De todos modos, voy a intentar ser medianamente imparcial, aunque sé que no lo voy a conseguir. Tened en cuenta que podría tirarme hablando sobre los miles de detalles que hacen este juego lo que es durante horas, y por tanto no me va a llegar el espacio para todo lo que tengo que decir. Comencemos.

Planescape: Torment es un juego de rol clásico o CRPG basado en las reglas de Dungeons & Dragons, concrétamente en las de la segunda edición. A diferencia de muchos de sus contemporáneos, este no se trata de un título centrado en el combate, si no en la conversación, la exploración y la interactividad con el entorno. Habrá combates, pero no son el punto fuerte del juego (aunque pueden llegar a ser francamente entretenidos, al fin y al cabo es un juego de D&D).

Empezamos despertando en un mortuario, no tenemos ni puñetera idea de quién somos o qué hacemos ahí. Nos acompaña una variopinta calavera, que nos leerá unas indicaciones que tenemos escritas en la espalda, y a partir de ahí todo queda en nuestras manos.

Especialmente después de ver cómo tratan al jugador los RPGs actuales, no paro de sorprenderme cómo PT es tan perfectamente orgánico. No hay ni una sola señalización, eres tú quien tienes que averiguar por dónde tienes que ir, qué tienes que hacer y cómo. Tienes que esforzarte en hablar con todos los personajes del escenario, prestar atención a lo que te rodea y a lo que te cuentan y decidir cual es tu próximo paso. No os voy a contar mentiras: Aquí vas a pasar la mayor parte de tu tiempo leyendo y pensando. No suena muy divertido, ¿Verdad?

Lo cierto es que podría no serlo si no fuese porque estamos ante un guión que está considerado uno de los mejores de la historia de los videojuegos. Personalmente, no puedo nombrar uno mejor. De hecho, diría que deja en ridículo a guiones de otras disciplinas. La presentación tanto de los personajes principales como de los secundarios es fantástica, así como sus trasfondos y evolución. La trama principal te atrapa desde el segundo uno. Las subtramas son variadas, profundas y, en ocasiones, sorprendentes. El universo está descrito con todo lujo de detalle y aumenta la inmersión hasta límites insospechados. Por si esto fuera poco, la historia principal cuenta con ciertos tintes filosóficos que rara vez son implementados adecuadamente en los videojuegos, ya que los guionistas tienen a ser extremadamente pretenciosos.

En definitiva, el guión y especialmente la misteriosa trama principal, consiguen atraparte y tenerte pegado a la pantalla leyendo e investigando durante horas. Nunca en mi vida había pasado una noche entera sin dormir, viendo el amanecer desde el ordenador, solo para ver cómo termina un juego. Hacía años que no era capaz de aguantar ningún videojuego más de cuatro horas seguidas, y este lo compré un lunes a la 1AM y el jueves a las 8AM lo había terminado con 41 horas en total.

En cuanto a lo más puramenet jugable, en Torment, casi todo lo que hacemos importa. Esto es porque nuestro alineamiento, o moral, por llamarlo de alguna manera, se modifica con casi cada decisión que tomemos, lo cual va a tener consecuencias a diversos niveles (Cómo nos ven ciertos personajes o facciones, por ejemplo). Mencionar también que gracias a estas decisiones, PT es altamente rejugable, más aún si añadimos el hecho de que hay tres clases y solo nos conviene utilizar una por cada run.  

Aunque como ya he dicho, el combate no es excesivamente importante, nuestros atributos sí que lo son, pues desbloquean numerosas opciones, especialmente en conversación (Cuanta más sabiduría e inteligencia tengáis, mejor). Esto no es una aventura gráfica y el roleo tiene una presencia brutal, así que no os dejéis engañar por la menor importancia que se le da a las peleas.

En el plano artístico, Torment no defrauda, con localizaciones variadas y atípicas, multitud de modelos para los personajes, detallados escenarios... Sí que es cierto que las áreas no son tan grandes como las de otros RPGs de la época, pero yo prefiero la calidad sobre la cantidad. La banda sonora es un gran punto a favor, con temas que se te quedarán para siempre por aparecer en situaciones que no vas a olvidar. Encaja perfectamente con la atmósfera y sientes hasta el impulso de escuchar algunos de los temas cuando terminas la historia.

Y para terminar voy a tirar de mi lado más pasional y subjetivo:

Los videojuegos son como las personas. Hay un montón. Muchas son auténtica basura, otras son repetitivas y están plagadas de clichés, y también hay un buen puñado que merecen la pena y te hacen pasar buenos ratos.

Pero a veces encuentras alguna persona que puede llegar a donde otros no pueden. Esa persona con la que hablarías durante horas sin cansarte. Recuerdas cuándo y cómo os conocisteis y le cuentas todo lo que te pasa.

Pues Planescape: Torment es su equivalente en el mundo virtual. Una experiencia repleta de personajes, situaciones, lugares, historias y leyendas tan memorables que no vas a poder deshacerte de ellas. Algo que ocupa tu cabeza desde que lo empiezas hasta que lo terminas y, una vez que lo haces, sientes esa felicidad de haber jugado a uno de los mejores  RPGs de la historia.

Atentamente, un fanboy.

10/10