Joker1991 / 24 de junio de 2018 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

9 Magnífico

Rpg clásico y necesario para 3ds
Acabo de pasarme este RPG tras más de 83 horas. Es un gran RPG con una buena historia, demasiado larga e innecesaria, pero que te mete en este mundo lleno de islas perdidas. Tiene buenos personajes principales con los que puedes interactuar y convertirlos en grandes héroes. 

Es un juego aconsejable aunque tengo que advertir que es demasiado largo y aproximadamente a mitad del juego te puedes sentir cansado y deseas tener ya todos los fragmentos necesarios. Lo recomiendo para jugarlo en verano ya que se tiene más tiempo libre, lo empecé en diciembre de 2017 y acabo de terminarlo hoy 24 de junio de 2018.

Lo que menos me ha gustado es el sonido y la musica, muy poca variedad. Siempre aparece la misma canción.

SasukeOtaku / 6 de agosto de 2017 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

7,5 Bueno

Viaje al pasado ignorando el presente
La versión original de Dragon Quest VII salió en el año 2000 en PSX. Enix estuvo a cargo de este en su día, unos años antes de fusionarse con Squaresoft. En 2016, el título se rehizo para 3DS (ya unido Square Enix, lógicamente) con apartado gráfico completamente renovado y escenarios rehechos. Ah, y en español.

Dicho esto, me gustaría comentar que me hice con este título de salida para 3DS, pero por varias razones que iban acumulándose una detrás de otra, no tuve tiempo de jugarlo demasiado, y este verano me puse serio y me planteé terminarlo. Así ha sido, y aquí tenéis mi análisis:

Empezando por el apartado gráfico, SE ha hecho un trabajo que va más allá de añadir unos cuantos filtros, mejoras y añadidos con este remake, pues la misma palabra lo dice, no es un port HD o un remaster, es un rediseño completo, los escenarios han sido recreados y adaptados al nuevo motor. Sigue notándose que es un juego antiguo, pero solo hay que ver alguna que otra comparación en imágenes o vídeo para darse cuenta de lo que ha cambiado el juego con esta versión. Un trabajo excelente.

Además, los textos, como ya he dicho, están completamente en español, y son de excelente calidad. A lo largo de nuestra aventura podremos visitar un montón de pueblos y aldeas, cada una con su acento, dialecto e incluso idioma propio. No será raro ver frecuentemente muletillas, coletillas, palabras en otro idioma (entendibles, claro), etc. Esa variedad lingüística es suficiente motivo como para hacer que hables con todo el que te cruces, aunque no digan nada realmente importante, ya que lo hace todo menos pesado, y esto, aunque pueda parecer un simple detalle, en un RPG tan largo se agradece.

Y qué decir de la banda sonora, compuesta por temas de calidad, que van desde lo más marcial a lo más triste. Trompetas o flautas interpretarán varias melodías a lo largo de nuestra aventura. Melodías que tararearemos sin darnos cuenta alguna que otra vez. Se ha hecho un trabajo más que satisfactorio con la música del título, currado y de calidad, aún estando en formato MIDI.

Entrando un poco más en la trama en sí, os puedo adelantar que la historia que viviremos no será nada del otro mundo en complejidad, es la mar de simple: un grupo de niños emprende una aventura en la que tendrán que restaurar todas las zonas, aldeas y regiones desaparecidas con el paso del tiempo a causa de distintas dificultades (maldiciones, lluvias petrificantes, plagas de monstruos...). Para ello deberán viajar al pasado con la ayuda de unas tablillas de colores y resolverán los problemas que acechan en cada isla con el fin de perpetuar su existencia hasta el presente. No hay mucho más, como veis es una historia medieval de aventuras bastante sencilla, pero no por ello es mala ni nada por el estilo. Tiene su encanto, está hecha con mimo, habrá regiones más interesantes que otras, pero cada una tiene sus historietas que contar, y hay alguna que te sacará una pequeña sonrisa. Mantiene un ritmo contínuo, muy marcado y claro desde el primer momento, aunque esto es una arma de doble filo: después de un buen número de horas lo veremos repetitivo y pesado. Una fórmula que puede extenderse todo lo que se desee fácilmente debe tener un límite y no ofrecer más de lo mismo hasta cansar al jugador, y esto es algo que Dragon Quest VII desgraciadamente no hace. En resumen, una historia simple pero eficaz, que cumple aceptablemente en un juego de estas características, aunque pesada a la larga.

El elenco de personajes controlables, al igual que la historia, son simples y tienen la personalidad muy marcada desde el principio: un príncipe rebelde que quiere huir de su destino de heredar el trono, una chica borde y creída que se enfada a la mínima, un señor ya con sus años y su experiencia que habla como antaño y muy formalmente, una muchacha bailadora y vivaz procedente de un campamento nómada... Y bueno, nuestro protagonista, el hijo de una familia humilde de pescadores.

En cuanto a las mazmorras, son al más puro estilo clásico, avanzar y combatir repetidamente, con algún que otro sencillo puzle de vez en cuando, aunque nada realmente destacable. Pecan de repetitivas, con estructuras casi idénticas entre ellas (excepto un par de ellas que son un pelín más originales) y, en definitiva, algo aburridas en ocasiones. Respeto plenamente que sea un JRPG clásico al 100%, pero cuando esto implica ignorar cualquier evolución y mejora de ciertas mecánicas jugables para volver a los errores del pasado... No, gracias. Creo que ese es uno de los fallos más graves de DQVII, aplicable tanto a mazmorras como a otros aspectos.

El combate se basa en utilizar el ataque más fuerte que tengas para ganar, como mucho algún aumento de defensa/ataque para hacerlo todo más sencillo o curar en el momento adecuado y podrás completar el juego tranquilamente sin calentarte mucho la cabeza. Obviamente, hay habilidades y conjuros que se aprovechan de las debilidades de los enemigos, pero no se les da la importancia que debería, resultando más factible lo menos ingenioso. Con los jefes igual, atacarlo hasta que muera es siempre la mejor opción, sin pensar demasiado, porque es que no vale la pena, de verdad. Es una auténtica lástima, porque estas cosas son las que marcan la diferencia entre un combate divertido y ameno y otro rápidamente agotador y pesado. Y si a esto le sumamos que te saltan enemigos con mucha frecuencia, pues imaginaos el resultado. Vale, a pesar de todo lo comentado os aseguro que no es un desastre y está lejos de serlo, pero que podría mejorarse bastante es un hecho.

Pasemos ahora a las vocaciones. Variedad y suficiente cantidad son claras características de este sistema. Desde guerrero o mago hasta pastor o bailarín. Hay una serie de vocaciones disponibles desde el primer momento (que ya de base cada personaje es afín a unas más que a otras, pero oye, no se hace imposible llevar la contraria tampoco). Una vez aprendidas un par o más de estas, si se da el caso, podrán "desbloquear", por así decirlo, abrir paso a otras vocaciones avanzadas (mejores, claro). Habrá que escoger una buena variedad para tu equipo, puesto que cada vocación tiene sus habilidades/conjuros exclusivos que solo se podrán conseguir subiéndolas de rango. Esto está bien pensado, ya que nos hará pensar en el futuro cuando elijamos vocación, con el objetivo de conseguir vocaciones más avanzadas.

¿Y qué hay de la curva de dificultad? Pues a lo largo de la aventura se mantiene bien, pero de cara a la recta final la cosa cambia. Antes de entrar en esta quizás se nos haga hasta fácil avanzar, pudiendo acabar con los enemigos con un par de golpes, o en el primer turno sin mucho esfuerzo. Pero las últimas mazmorras y el jefe final nos OBLIGAN a levelear. Es decir, que pasa de ser un medio-paseo a ser un infierno. ¿Sabe SE sobre la existencia del término medio? Odio tener que recurrir a entrenar como si no hubiera mañana únicamente por culpa de las últimas horas de juego, caracterizadas por dificultad artificial que no aporta NADA a la experiencia más que pérdida de tiempo en levelear (a esto sumémosle lo agotador que se hace combatir, por si fuera poco).

El mundo, como ya os imaginaréis, es de un gran tamaño, dividido en islas y zonas. Habrán unas más grandes que otras y/o con más lugares de interés.

Y finalmente, la duración del título oscila alrededor de las 70 horas. Largo, desde luego, muy largo. Demasiado si soy sincero, puesto que, como he comentado anteriormente la fórmula nunca dice no a implementar otra isla (lo que conlleva más exploración, otra historieta para esta, otra mazmorra, más horas...), pero hay un límite, y DQVII no lo respeta, logrando que el jugador solo tenga ganas de entrar en la recta final que, por cierto (vamos a terminar bien, venga) es distinta al resto del juego: la historia se vuelve mucho más interesante, y aprovecha bien nuestros viajes, volviéndonos a reunir con los personajes más importantes de cada isla, es decir, tienen más protagonismo dentro de la trama, no son "de usar y tirar".

Conclusión: DQVII es un juego que, a pesar de tener sus luces y sus sombras, es disfrutable, y si eres fan del JRPG clásico te gustará. ¿Lo recomiendo? Diría que no, a no ser que te guste el rol oriental de antaño (muy antaño), claro. Su mayor problema es, como ya sabréis, que deja apartada cualquier evolución y pulidez de mecánicas casi necesarias para dar paso a un producto con graves errores que ya disponen de solución pero no se les ha hecho prácticamente ningún caso.

LO MEJOR:

+ La variedad dialectal y lingüística que presenta el título. Textos de calidad en nuestro idioma.
+ La banda sonora es una gozada.
+ El ritmo que sigue la trama resulta realmente fácil de seguir.
+ El sistema de vocaciones da lugar a un amplio abanico de posibilidades.

LO PEOR:

- Se abusa de la sencilla fórmula de sumar contenido hasta el límite de resultar pesado.
- Mazmorras muy repetitivas e incluso aburridas demasiado basadas en avanzar-combatir.
- El combate se hace agotador, y por si fuera poco aparecen enemigos cada 2 por 3.
- El final nos obligará a levelear por culpa de una dificultad artificial que nada tiene que aportar realmente.

14libra / 27 de noviembre de 2016 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

7,5 Bueno

Repetir el mismo turno.
No soy un apasionado del mundo Dragon Quest, es más, con este he jugado a tres títulos en total de toda la saga pero por ahora debo reconocer que son buenos juegos, con una esencia única. 
En el apartado gráfico me parece un juego notable tanto en el apartado técnico, sabiendo aprovechar la potencia de la consola, como en el apartado artístico donde tanto algunos personajes como monstruos tienen diseños con personalidad. Pero no todos son elogios, ya que el juego en este apartado como en casi todos flaquea en la monotonía, en este caso en la diversidad de diseños y es que tanto NPCs como monstruos se repiten demasiado a lo largo de la historia, sobre todo estos últimos que son los más importantes.
Por lo que respecta a la jugabilidad me parece un buen juego pero que vuelve caer en la monotonía, en esta ocasión de mecánicas y experiencias. Por ejemplo, tu papel en cada isla, los enfrentamientos en esta, los oficios en general, etcétera. Todas estas características presentan una gran cantidad de variantes pero que a la hora de la verdad es igual pero con distintos matices.
El sonido me parece lo peor del juego sin lugar a dudas, ya que el título en sí carece de variedad de temas, haciendo que algunos se repitan hasta la saciedad, reforzando de una forma exponencial la sensanción de monotonía.
Por último, en la parte de la innovación, al ser un juego creado originalmente hace más de 10 años (16 si no me equivoco) no marca ninguna tendencia ni revoluciona ningún sistema ya existente.
En conclusión es un buen juego para poder pasar muchas horas con la 3DS pero que en mi opinión se repite demasiado en su sistema y llega a un punto que cansa.

Nitos1986 / 15 de noviembre de 2016 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

8,5 Excelente

Nostalgia
Lo primero que notas al jugar este juego es una sensación de antaño. No sé cómo explicárselo a jugadores de nueva generación, esos que rechazan el sistema de combate por turnos, pero voy a intentar describir mis sensaciones.

Se nota desde el principio que es un remake de un Rpg de la vieja escuela: Una buena historia, con humor, largo y combate por turnos.

JUGABILIDAD: No hay mucho que decir en esto: Un Rpg por turnos, caminas, sigues la historia, luchas, etc. El sistema de batalla te da la posibilidad de automatizar el combate en cierta medida y puede agilizar mucho cuando te tienes que enfrentar a grupos de  monstruos de pacotilla, pero en los jefes es más divertido utilizar la estrategia. Tiene un sistema de vocaciones que es lo que resulta algo más pesado si es que quieres dominarlas todas pero resulta muy útil llevar a tus cuatro personajes con la vocación de héroes.

Hay un montón de cosas por hacer, pero una de las más interesantes es el Refugio de los Exmonstruos y las tablillas que puedes descargar por StreetPass y las que cuelga Square Enix todas las semanas, pueden alargar el juego o simplemente ayudarte a subir de nivel, conseguir un dinero extra o subir vocaciones.

GRÁFICOS: No son lo mejor del juego pero es bastante bonito. Lo que me molesta es que, una vez salvas una Isla, en el futuro es prácticamente calcada. Además, repiten mucho los modelos de personajes, demasiado. Las animaciones en combate podrían ser algo más trabajadas así como la cámara en el mismo. No hay mucho más que añadir.

SONIDO: Otro punto que no le favorece. La Banda sonora no es que sea mala, al contrario, es buena, pero dispone de pocos temas, y como con los modelos de personajes se repite demasiado. En.los combates no está mal pero se podría mejorar con ciertos ataques.

INNOVACIÓN: Dado que se trata de un Remake, sí que la hay, pero no lo hace distinto de otros JRPGs. No veremos nada nuevo que no haya salido en otro juego, por ejemplo en FFIV.

HISTORIA: La argumento es bueno y tiene giros no del todo inesperados pero que te dejan con buen sabor de boca, aunque el final me dejó con ganas de algo más grande.

En resumen, a mi me ha llevado completar todo unas 150 horas, y me he quedado parte de las minimedallas. Un juego muy largo y recomendable si te gustan los JRPGS.

Mi nota: 8,5