MacGyver-93 / 25 de septiembre de 2014 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

8 Muy Bueno

Thomas Was Alone
-Mínimo Común Divisor-
Thomas Was Alone lo definiría, de forma rápida y sencilla, como el mínimo común divisor necesario para narrar una historia. Esto se debe al minimalismo más absoluto al que la propuesta jugable nos confiere. Desde lo visual, sonoro y jugable, está todo planteado para sumergirnos en un universo donde la sencillez es la clave de la propuesta total.

Bajo esta intencionada sencillez se esconde uno de los elementos que dan fuerza a la propuesta, su historia. Thomas Was Alone viene a demostrarnos como todos los elementos que construyen el envoltorio o armazón son mero instrumento y medio para hacernos llegar un mensaje centrado en la amistad y la existencia. Un mensaje que trasciende más allá de la propuesta y genera una alegoría de la vida misma con sus obstáculos, situaciones, sentimientos, nacimiento y muerte. 

A lo largo de los niveles acompañaremos a nuestros geométricos protagonistas de colores por toda una serie de niveles, de creciente dificultad y variables, que transcurren en el interior de un ordenador. Debido a una serie de fallos en dicho ordenador cobrarán vida una serie de rutinas de inteligencia artificial que irán desarrollando carácter y personalidad propia. Durante la narración, acontecida por una voz omnisciente, iremos descubriendo la historia de estos peculiares protagonistas, su relación entre ellos, sus deseos, miedos, temores y hasta el cuestionamiento de su propia existencia, en su búsqueda de una salida de ese entorno virtual.

-Trabajo mano [cuadrado] a mano [cuadrado]-
Junto a su apasionante y cariñosa historia, la propuesta jugable nos propone ir descubriendo poco a poco los compañeros de viaje de nuestro, en principio, solitario cubo Thomas. Así, junto a él, también conoceremos a otras formas de IA que, en concepto jugable, supondrán una variable más de posibilidades para afrontar los niveles que incrementan, de forma muy equilibrada, la curva de dificultad y reglas conforme avancemos. 

Cada nuevo personaje que se una a nuestra aventura dispondrá de una serie de cualidades diferenciales que tendremos que aprovechar hábilmente para llegar al final del nivel. Uno de ellos dispondrá de capacidades elásticas que permitirá rebotar a los demás sobre él, otro dispondrá de un tamaño reducido que le posibilitará colarse por pequeños espacios, otro capacidad de flotabilidad, y así con cada nuevo miembro que se una a nuestro equipo que nos permitirá estrujarnos el cerebro con nuevas situaciones para encontrar una solución que permita que todos los integrantes del nivel lleguen a su punto de salida.

Los controles, a pesar de lo básicos que puedan aparentar, fundamentados en el salto, conforman junto a la construcción de niveles una muy cuidada propuesta en la que cada salto cuenta y nuestra habilidad de control nos permitirá salir airosos de cada situación o fracasar de forma estrepitosa. Las sensaciones a la hora de mover a estas figuras de IA son muy positivas, permitiéndonos saber en todo momento las posibilidades de cada figura y sus limitaciones, con una respuesta de control acorde a nuestra percepción.

-Las claves visuales y sonoras-
En esta aventura, y como anteriormente ya se ha mencionado, el minimalismo es una de sus premisas y su recurso de estilo principal para cautivarnos. Todos los elementos están cuidados de tal forma que la sensación de estar dentro de un ordenador sean tal cual las podemos imaginar, un espacio plano, geométrico, frío y con contraste de luz-oscuridad, que nos remite al concepto de binario.

En su faceta musical nos encontramos con melodías que buscan nuestra inmersión en los niveles con tonos alegres y amenos, muy evocadores de sonidos electrónicos. En cuanto al sonido ambiente es inexistente a excepción de los saltos que evocan a tonos de bits tan característicos de los entornos informáticos.

-Conclusiones-
Nos encontramos frente a un videojuego de puzzles muy bien planteado en su propuesta jugable y que cautiva con su manejo accesible, su curva de dificultad siempre retadora pero nunca desesperante y su emotiva historia que logra tocar la fibra sensible. Quizá se puede reprochar su duración, en mi caso 4 horas y media con todos los niveles al 100%, pero por su propuesta tan equilibrada es de esos juegos que se agradece rejugar cada cierto tiempo.

Narunix / 24 de octubre de 2013 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

6,5 Discreto

Sencillo y complicado.
El objetivo de este juego consiste en llegar a una especie de puerta blanca. Tú puedes ser diferentes figuras (un cuadrado, un rectágulo...) y tienes que esquivar los obstáculos hasta llegar al objetivo.
Jugabilidad: bastante buena, pero mejorable.
Gráficos: coloridos, pero simplones.
Sonido: divertido, pero no muy destacable.
Innovación: es original, pero tampoco muy entretenido.
 
Conclusión: el juego está bien para jugar en un rato de aburrimiento, pero tampoco es muy entretenido.

SaNx3z-666 / 27 de junio de 2013 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

7,9 Bueno

Cuando la música te transporta a una dimensión 2D
Al finalizar el videojuego creado por Mike Bithell me pregunté a mí mismo cómo iba a ser capaz de analizar y describir lo que he sentido gracias a Thomas Was Alone. Luego, me puse a pensar que seguramente las emociones que produce un título son siempre diferentes, muy diferentes, y siempre dependen de un factor determinante: la persona que lo disfrute. Sí, eso siempre está ahí, pero esta vez ha sido diferente. Una simple nota no bastaría, un texto sin importar el número de palabras que éste tuviese tampoco sería suficiente, porque es imposible (quizás no imposible, pero sí muy, muy difícil) explicar qué has sentido y que otra persona lo entienda si aún no ha jugado a ese determinado videojuego.

Puede que en la mayoría de análisis que he escrito (no son muchos, pero sí los suficientes para saber que éste va a ser diferente) haya sido capaz de describir lo que la gente puede encontrarse al abrir su nuevo juego, ponerlo en su consola u ordenador y empezar a jugar. Esos análisis eran sencillos de realizar. Todas las características que era necesario analizar y tener en cuenta para realizar un texto objetivo estaban determinadas de ante mano, incluso antes de saber qué juego era el próximo que iba a jugar. La jugabilidad o los gráficos siempre están ahí. En cualquier videojuego. Es más, casi en cualquier medio especializado son las principales características a analizar (o las únicas, en muchos de ellos). Cuando juegas a un título y te enfrentas al reto que supone (en algunos casos) analizarlo, sabes perfectamente qué parámetros tienes que tener en cuenta. Este juego era diferente, y eso lo descubrí nada más leer su título.

Después de jugar a Thomas Was Alone comprendí que no serviría de nada centrar mis esfuerzos en explicar una jugabilidad tan simple y sencilla como la que posee este juego, o unos gráficos tan ”planos” que incluso su diseño es en 2D y no demasiado vistosos. Esos aspectos no son los importantes en este juego, aunque, puede que sí lo sean, y que en su sencillez  radique su magia. Sí. Magia.
Este juego no puede describirse con otra palabra. Es mágico. En todos sus aspectos, y especialmente en el relativo a la  increíble banda sonora que transportará por unas horas a una dimensión paralela en la que un rectángulo rojo protagonize una pequeña gran aventura. Y sí, habéis leído bien. Thomas, el protagonista, es un diminuto y rojizo cuadrilátero.

La historia, de un sentido metafórico enorme y cargada de referencias al panorama del videojuego actual e incluso citando a otros títulos como TESV: Skyrim o Batman Arkham, se desarrolla en un entorno plano en dos dimensiones, de aspecto lo suficientemente colorido para no ser grises, pero con unos tonos tan mate como para no parecer un cumpleaños infantil o el contenido digestivo de un unicornio. Se compone de 9 capítulos de una media hora de duración (duración considerable tratándose de un juego de estas características) en los que tendremos que alcanzar una serie de portales que nos conducirán a la siguiente fase, apoyándonos siempre en la habilidad innata de nuestro cuadriculado amigo para saltar, que es la piedra angular donde se asienta todo el juego. Además, a medida que la aventura avanza, nos encontraremos con otros personajes, y que como seguro que muchos estabais pensando, también son todos polígonos de cuatro lados con los que tendremos que colaborar para que gracias al uso de sus habilidades especiales y de la posibilidad de alternar entre cada uno de ellos, podamos conseguir alcanzar los portales que nos llevarán hasta el final de nuestro viaje. Algunos de los compañeros de viaje poseen capacidades tan fascinantes e ingeniosas como la posibilidad de caer en contra de lo que dictamina la Ley de Gravitación Universal de Newton o incluso hacer que los demás miembros del curioso y único equipo de héroes reboten en éste.  

Descrito en palabras tradicionales, y aún no siendo justo analizar Thomas Was Alone de esta forma, es un título de plataformas, pero eso sí, muy original. Tendremos que ir superando los diferentes niveles siempre pensado en la mejor estrategia a seguir y esquivando peligros de homicidas características tales como agua hirviendo,  pinchos en dos dimensiones tan peligrosos como si fuesen 3D (con o sin gafas) ¿Veis como descritos, la jugabilidad y los gráficos no parecen tan fascinantes? Esperad a probar el videojuego vosotros mismos y seguro que cambiáis de opinión.

La música y el sonido son el corazón, el alma de la aventura de Thomas. Explicar algo imposible de definir con palabras, se convierte en el principal culpable de esa emoción, ese estado casi hipnótico que nos producen los movimientos de unas simples y coloridas figuras planas en la pantalla, o la evasión psíquica y mental que nos produce este videojuego.  Probablemente desde que jugué a Journey el año pasado, no había sentido tal grado de importancia y relevancia en la banda sonora de un videojuego, que compuesta por David Housden, es, ciertamente, asombrosa. Además, el apartado sonoro está magistralmente redondeado por la voz de un narrador omnisciente y muy ingenioso que será el encargado de poner esa pizca de humor y diversión que tanta falta hace en nuestras vidas. Eso sí, en inglés con subtítulos. En un perfecto inglés y unos perfectos subtítulos, ciertamente. Algo que matizo porque no siempre encontramos este nivel de mimo en aspectos tan básicos y fundamentales en los videojuegos.

Me siento muy impotente escribiendo este análisis. No puedo describir la magia que nos ofrece Thomas Was Alone. No puedo explicar cómo va a entrar en vosotros y qué os va hacer (o no) sentir, ni lo embriagadora que resulta la música y los efectos sonoros del título. No puedo explicar lo original y fascinante que resulta, ni lo inolvidables (o no) que serán las horas que dure vuestra odisea virtual al lado de nuestro rectángulo rojo predilecto. Lo único que puedo deciros es que le deis una oportunidad a este magistral título indie que en palabras de su propio creador es ”un juego minimalista sobre los saltos y la amistad”, porque si sois capaces de dejar a un lado vuestra concepción de cómo tiene que ser un videojuego, esta pequeña aventura se convertirá en una experiencia irrepetible y mágica. Sí, mágica.

Alexil92 / 22 de mayo de 2013 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

8 Muy Bueno

La belleza de lo simple
No sé cuanto cuesta exactamente este juego porque yo lo conseguí gracias a PlayStation Plus... y no podría estar más contento por ello. 
Es uno de esos juegos que nunca me hubiese comprado porque no lo conocía, pero ahora puedo decir que merece la pena un pequeño desembolso para probar una experiencia tan interesante o aprovechar la oportunidad de conseguirlo gratis con PS+.

En cuanto al juego en sí, solo se puede decir que estamos ante un juego de puzles plataformeros donde tomaremos el control de una serie de cubos, piezas (no son exactamente eso, en el juego se explica mejor pero no entraré en ello) las cuales tienen diferentes características físicas y capacidades que les servirán para ayudarse mutuamente a superar cada nivel del juego, que no son especialmente difíciles pero requieren un cierto análisis para saber cómo resolver la situación con los personajes de los que dispongamos.

Cabe decir que no se trata solo de superar nivel tras nivel, sino que se cuenta una historia bastante curiosa y original sobre los personajes y sus inquietudes (sí, tienen inquietudes, pensamiento e incluso tiempo para pensar cuestiones amorosas :P)

En aspecto tecnológico y gráfico, como juego indie que es, no destaca demasiado pero cumple perfectamente en ambos aspectos que no necesitan ser demasiado desarrollados para el caso que nos ocupa tratándose de personajes y escenarios tan simples, que no feos, ya que el juego cuenta con un encanto y una belleza características muy interesantes, acompañados de una música muy bien escogida y adecuada al estilo del juego.

En resumen, el juego no es especialmente revolucionario ni desafiante, pero una vez empiezas a jugarlo es difícil decidir cuando parar, y eso es lo máximo que se le puede pedir a un videojuego, ¿no?

Martsonsora / 4 de mayo de 2013 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

6,6 Discreto

Cuadrados originales
Originalidad y puzzles es el resumen rápido de este Thomas Was Alone, un juego diferente para jugar cuando kieras estar muy relajado y comerte un pokito la cabeza resolviendo unos puzzles relativamente sencillos. Su duración puede llegar a las cuatro horas dependiendo de tu destreza en solucionarlos. La verdad que me gustan estos juegos indie tan simples pero que pican de lo lindo. Recuerda Thomas nunca esta sólo........