Ceslick / 12 de marzo de 2016 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

8 Muy Bueno

Kid, el cuentacuentos y el bastión
Bastion junto a otros ejemplos como Braid o Limbo iniciaron en los años alrededor del 2010 un movimiento que se ha extendido, en un boom indie, donde juegos de menores ambiciones se iban haciendo lugar entre los grandes nombres de la industria, juegos realizados muchas veces por gente principiante en el desarrollo del videojuego o simplemente trabajadores de grandes estudios que no querían volver a otro estudio de tales dimensiones (como fueron los casos de Super Meat boy o The binding of Isaac y su creador). Ser meros mod´s de juegos venerados como Warcraft 3 (Dota) o Half Life (Counter Strike) que pasaban a ser juegos completos, juegos en flash que muchas veces acababan en newgrounds, eso fue dejado atrás y ahora componían sus propio proyectos que en su mayoría vieron la luz en el programa Arcade de Xbox360.

Todo esto no habría sido sin la calidad con la que estos juegos llegaron a los jugadores: To the moon hizo llorar a más de uno, Limbo presentaba un atmósfera sobrecogedora poca veces visto en un plataformas, Flower encandilo a más de un incauto con su apuesta por la naturalidad. ¿Que tenía Bastion para ofrecer?

Una historia, un cuento, un cuentacuentos. Esto es Bastion, poco más y poco menos, que un cuento. La historia se nos es narrada a partir de Rucks, anciano hallado en el propio bastión, que actua como narrador omnipresente a lo largo de nuestra aventura.

El misterioso narrador nos cuenta como nuestro protagonista, Kid, se levanta un día en medio de un gran desastre que ha devastado el mundo entero y con pocos supervivientes a primera vista. Poco a poco se nos va desgranando un conflicto entre dos pueblos, los Caelondianos y los Ura. Nada excesivamente enrevesado pero si que nos deja un par de momentos memorables que solo se verán acrecentados por su prodigiosa banda sonora. 

Ahora bien, uno de los mayores problemas de Bastion es referente a su jugabilidad y continuidad. No es cosa del gameplay en sí, al contrario, es un ARPG lo suficientemente entretenido hasta completarlo y quizás unas horas más. El problema es su estructura, consistente en visitar un nuevo sitio que contiene un nuevo núcleo/fragmento, muchas veces custodiado por diversos monstruos, para preparar y repara el bastión, volver a este y vuelta a empezar. Son muchas, demasiadas, las veces que vas a repetir este ciclo y al final va haciendose repetitivo.

Volviendo al gameplay, este es un arpg de vista isométrica basado en las dos armas y una habilidad (muchas de ellas referidas a alguna de las armas mencionadas) que lleves equipadas al momento. Hay un buen número de ellas, cosa que hace que bastante por mantener la frescura de la jugabilidad. Más allá del uso que le demos en la aventura principal también tendremos pequeñas pruebas que medirán nuestra habilidad con dichas armas y que nos permitirán recompensas extras.

Recuperando el tema del narrador y la banda sonora, el apartado artístico esta cuidado al detalle. La voz del narrador nos envuelve durante toda la aventura y el juego simplemente no sería el mismo sin ese tono grave en nuestra espalda explicando la historia. De igual manera que tampoco sería el mismo juego sin esa banda sonora, que realza esos momentos memorables mencionados aún más, en especial el tema vocal, Build That Wall que encabeza uno de esos momentos.

Los escenarios, a pesar de lo descrito sobre su estructura cíclica tampoco están descuidados, cada uno tiene su variedad además de esconde algún que otro secreto, además de adecuarse muchas veces a las virtudes del arma encontrada en dicho escenario, y la banda sonora de nuevo tiene una melodía para cada situación.

Puntos a favor

-Sistema de combate simple, pero efectivo durante la aventura
-Su narrador, lleno de personalidad
-A pesar de su simpleza argumental logra dar un par de momentos memorables, bien ejecutados
-Apartado artístico

Puntos en contra

-Su estructura, en exceso cíclica

A final de cuentas, Bastion tiene motivos para destacar como lo hizo en su momento, sobretodo de un mercado del que nadie se esperaba nada. No es perfecto, pero si tiene la suficiente calidad como para destacar. ¿Seguiría destacando a día de hoy con el mercado indie en pleno apogeo? Quién sabe, el caso es que encandiló y sigue gustando a aquellos que se aventuren a jugarlo, con su ya merecido puesto.