Rewritetheend / 14 de abril de 2020 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

8 Muy Bueno

Ginnungagaaaap
Tras alcanzar la muerte en un naufragio, nos ponemos en la piel de una tal Thora, ni mas ni menos. Nuestra misión tras morir es alcanzar el Valhala, recibiendo del propio Odín la oportunidad de conseguirlo enfrentándonos a los Jotun, enormes criaturas nórdicas que conoceremos tras afrontar cada nivel y conseguir los objetivos. Nos toca impresionar a los dioses!!

Estos objetivos son atravesar los mapas, encontrar runas que nos permitan abrir los portales que dan acceso a estos gigantes, y matarlos. Ala ya está. Solo que todo esto lo hacemos a través de Guinnungagap, el vacío que nos da acceso a los mundos o reinos tan variopintos por los que nos movemos. Atravesamos los calores de Muspelheim o los verdes bosques de Jotunheim, ejemplos de los 5 reinos en los que se divide el viaje. De estos 5, 4 están divididos en 2 mapas diferentes, por lo que hay cierta variedad de escenarios a recorrer con orden libre, según me pareció en mi aventura ya que yo no seguí ningún orden concreto, salvo el que va primero, Jotunheim. Algunos puzzles en estos escenarios se nos interponen en la misión, pero su dificultad está bien medida y son sencillos, para no hacer pesada su resolución.

Los quehaceres no van más allá de encontrar un árbol con un fruto que aumenta nuestra vida, la runa que hay en cada mapa para acceder a los Bossazos, y la estatua del dios de turno (Loki, Thor o Heimdall, por poner ejemplos de moda gracias a Avengers), cada uno de los cual nos concede un poder que nos servirá en el combate. También las fuentes de Mímir, dios que nos ayuda recargando nuestra vida y poderes especiales.

El combate se basa en golpe rápido con cuadrado, golpe cargado con triángulo, esquivar con equis y poder especial con círculo. Simple, pero eficaz para el juego. Los bosses suponen cierto reto, pero cuando conocemos su forma de actuar, están hechos. En el modo Valhala, accesible al terminar el juego, luchamos contra estas bestias y nos meten alguna dificultad añadida al combate. Los movimientos no tienen misterio, Thora corre y ya está. Su fluidez de animación se basa en girar en ángulos de 45º, pero si se puede mover en todas direcciones.

El arte gráfico es bastante bueno, destacando el diseño de personajes, Thora y los gigantes, y algunos enemigos pequeños, con unos dibujados impresionantes, propios de alguna peli japonesa de animación perfectamente. Los escenarios están muy bien hechos y tienen detalles, pero en mi opinión no destacan tanto como el dibujo de personajes. 

El sonido es genial, quitando algún pico en niveles de audio, pero la música, y sobre todo la narración con esa “vikinga” voz femenina y masculina, te meten en el papel mucho.

Pura mitología nórdica en vena con este juego, con un breve vídeo final que me erizo la piel... un poco...