PorraTromp / 13 de octubre de 2021 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

9,5 Imprescindible

Adiós, muñeca
Probablemente no sea buena idea empezar un análisis con una frase que conlleva el riesgo de enemistarme con el lector, pero allá va: soy un firme defensor de que las historias de videojuego no son buenas. 

En la mayor parte de ocasiones no se utilizan las particularidades de los videojuegos como una forma de enriquecer las historias, sino que se opta por absurdeces peliculeras que no funcionan si se tienen que extender durante un número de horas muy superior a lo apropiado. Indiana Jones y el Templo Maldito funciona, Uncharted 3 no tanto, por poner un ejemplo sencillo. Las veces en las que se hace bien, se me viene a la cabeza el maravillosamente irregular Nier Automata, capaz de alcanzar unos picos altísimos de genialidad a la vez que te tortura con secciones que rozan lo doloroso en lo jugable, son celebradas como se merecen por mi parte. Supongo que a estas alturas ya adivina por qué escribo esto.

Disco Elysium es un CRPG cimentado en los mecanismos del rol de lápiz y papel más tradicional. Nuestro personaje es una hoja en blanco, a la que añadiremos atributos básicos y lanzaremos a la aventura, aventura en la que seguirá desarrollándose conforme hable con otras personas, lleve a cabo determinadas hazañas y consiga ciertos objetos. No hay combates ni el juego requiere habilidad con el mando en ningún momento, siendo la dificultad meramente testimonial y basada en si tu personaje ha adquirido ciertas características o no. Quizás entrar en la guarida de un millonario sea más fácil con fuerza bruta, quizás con un pico de oro, la libertad está garantizada y no te cerrarás apenas puertas si juegas a tu manera. Todo se decide con tiradas de dados, azarosas, como la vida. Todo esto contribuye positivamente a la rejugabilidad de un título que en principio no debería tenerla de ningún modo, teniendo en cuenta su planteamiento. 

El guión se apoya en un asesinato, pero ocasionalmente no será más que un telón de fondo para una sucesión de trabajados personajes con los que interactuarás según la psique de tu personaje. ¿Tienes suficiente mano izquierda como para sacar una confesión a ese sospechoso, o tendrás que optar por amedrentarle, con el peligro de perderlo para siempre? Sin embargo, en muchas ocasiones no todo será tan excitante como esto, y te puedes llegar a sentir perdido en un mar de texto. El trasfondo político y social, haciendo que la ficticia, decadente y distópica Revachol sea un personaje más y quizás el más importante, ocupa la mayor parte de los diálogos de Disco Elysium, haciendo que, como he dicho, el asesinato pase a un segundo plano y deje el protagonismo a sus personajes y a sus ácidos diálogos, en un agradable guiño a la novela negra americana del siglo XX.

Son muy importantes las referencias e inspiraciones que los creadores de Disco Elysium (que agradecieron a Marx y Engels en su discurso de aceptación del premio a mejor indie en los Game Awards el haberles "enseñado a pensar") han dispuesto a lo largo de estas treinta horas de roleo puro. Dungeons and Dragons y Planescape Torment en lo jugable, el buddy film explorado mil veces, desde Dos hombres y un destino hasta True Detective para la relación entre Harry y el adorable Kim Kitsuragi, Hammett y Chandler para dibujar esa sociedad corrupta que es más responsable de un asesinato que el que aprieta el gatillo, cuya importancia es difusa y a veces banal... 

No me extiendo mucho más porque está todo dicho. Disco Elysium es un triunfo del videojuego como medio para contar historias, un producto de incontestable calidad con una aparentemente sencilla pero profunda jugabilidad ochentera y una narrativa deliciosa que es capaz de combinar conciencia política, conversaciones duras como un cuchillo romo, un sentido del humor negro jocoso, un respeto reverencial por todas aquellas obras a las que rinde homenaje y una sensibilidad con la pluma que deja momentos para el recuerdo. Como único pero algo muy personal: con algunos puzles de aventura gráfica sería un juego sencillamente perfecto. Pero lo bueno de esta crítica es que es solo mía, para usted puede ser perfecto.