El juego más adorable de Nintendo esconde una ausencia llamativa: no hay madres a la vista. Ni la tuya, ni la de tus vecinos. ¿Qué nos dice eso sobre su mundo perfecto y aparentemente inocente?
Cuando empezamos una nueva partida en Animal Crossing, digamos que se repite la misma historia: llegamos a una isla desierta, recibimos una carta (o varias), aceptamos pagarle a Tom Nook un préstamo que durará hasta que tengamos canas, conocemos a los vecinos... pero entre saludos, diseños y demás, nos falta algo.
Nuestra madre nos va mandando cartas, sí, pero lo cierto es que nunca la vemos. Y no solo a la nuestra, sino a la de nadie. No hay madres en Animal Crossing (ni padres, todo sea dicho). Este vacío no puede ser un error, sino que es es un silencio deliberado que Nintendo ha mantenido hasta hoy. Y aun así, jugadores de todo el mundo han llenado ese hueco con teorías, recuerdos y narrativa compartida.
El vacío maternal en un mundo construido para familia
Animal Crossing lleva desde el principio explorando temas profundos como el sentido de la comunidad, la amistad y el hogar. Su creador, Katsuya Eguchi, ha dicho en varias ocasiones que el juego nació de la propia soledad que sentía al haberse mudado lejos de su familia y trató de recrear la sensación de estar con tu familia incluso cuando no estás físicamente con ellos. Sin embargo, esa búsqueda emocional, en verdad tiene una contradicción, ya que el propio juego nunca muestra una presencia materna real. Solo hay cartas pero nunca un rostro o un personaje. ¿Por qué?
Lo cierto es que Nintendo jamás ha dado respuestas sobre esto. No hay entrevistas oficiales en las que mencionen la intención o la motivación. Solo se sabe que el espacio familiar existe — porque hay escuelas, niños y demás —pero las madres no aparecen.
Una de las experiencias más comentadas por jugadores es el hecho de recibir cartas en el buzón de vez en cuando firmadas por "Mamá". Para muchos, siempre son un momento nostálgico y doloroso. En foros como Modern Loss, jugadores que habían perdido a su verdadera madre cuentan que sintieron un consuelo extraño: una ilusión que tenía mucho que ver con su propio duelo. Otros jugadores compartieron que, con solo unas líneas y un pastel de cumpleaños digital, sintieron que por un momento su madre volvía a existir, aunque fuera en un mundo hecho a base de píxeles.
Ese pequeño acto tiene mucho peso porque si lo pensamos bien subraya lo que nunca se nos muestra: el vacío de una madre imaginada. Animal Crossing permite llenar ese hueco con tu propia interpretación emocional, ya que no hay figura tangible, pero sí una presencia a través de un nombre en una carta.
Teorías fan que llenan la ausencia
Los foros de jugadores están llenos de especulaciones sobre relaciones familiares entre vecinos: algunos imaginan que Natura y Rina son hermanas, que Cabriola y Pécora son abuela y nieta (o también hermanas), e incluso que algunos aldeanos comparten hogar aunque no lo digan.
Mientras tanto, algunos fans creen que la ausencia de madres es totalmente deliberada y que la decisión busca evitar complicaciones culturales (especialmente de género), para ser inclusivos, o para que cada jugador pueda proyectar su propia familia sin influencia ninguna. Otros aplauden la posibilidad de que el juego reflexione una estructura familiar alternativa, la de comunidades que cuidan sin roles maternos tradicionales.
Pero también, por supuesto, hay críticas, ya que algunos creen que Nintendo tiene una visión anticuada o limitada del rol maternal. Como en el foro donde se debatía por qué en el juego no hay carta del padre o cita materna directa, donde algunos usuarios piensan que "Nintendo es probablemente un poco más tradicional".
Siguiendo con el tema de las figuras paternales, tenemos a Tom Nook, el centro económico del juego: te da préstamos, financia las mejoras de tu casa y demás, supervisa la construcción, etc. Lo cierto es que de alguna manera representa una figura paternal (distante, neutral y orientada al negocio, en este caso). Su estilo emocional –frío, callado y autosuficiente– ha sido interpretado por muchos como un ejemplo perfecto de apego evitativo: una persona que prefiere evitar los recuerdos dolorosos y mantener distancia emocional.
Tom nunca menciona a su madre. Ni siquiera tiene un retrato en su tienda. ¿Refleja eso algo del universo emocional que han decidido crear? Puede que el vacío de la madre sea un espejo de la propia lógica del personaje, que pone lo funcional por encima de lo emocional y el tema económico por encima del afecto.
Una ausencia significativa: lo que no se ve
Lo que yo creo es que la ausencia de madres no es un error de diseño sino que es una elección narrativa. Al no presentarlas, Nintendo deja ese pequeño universo abierto a la interpretación emocional.
Ese silencio permite que la comunidad comparta historias, cree memoriales en sus islas e incluso que les dedique árboles o flores a figuras ausentes. Así, la ausencia materna se convierte en parte del tejido emocional del juego, en un espacio para imaginar, para proyectar y, sobre todo, para recordar.
Quizá Animal Crossing nos enseña que familia no siempre es algo biológico, sino que es construir juntos, es escribir cartas y es cruzar entre islas en verano. Katsuya Eguchi pensó en familias separadas por geografía y tiempo, pero tal vez también pensó en familias imaginadas desde el propio juego.
Aquellos usuarios que reciben cartas de su madre o imaginan relaciones fraternales entre vecinos están participando en una narración colectiva.
La verdad es que ni Nintendo ni Animal Crossing nos dan la respuesta, no tenemos ni ide de por qué no hay explicación sobre por qué nunca vemos mujeres mayores identificadas como madres o abuelas (bueno, abuela tenemos a Juana, la señora de los nabos, pero ya está). Y eso, paradójicamente, es lo que hace que el juego sea tab especial, porque cada jugador puede llenarlo con su propia identidad familiar.
Ese gran misterio no es tanto una carencia como una invitación a reconstruir, a imaginar y compartir. En cada carta, en cada conversación, en cada isla, seguimos llenando ese vacío con lo que nos hace humanos: recuerdos, ausencia y esperanza. Y si bien nunca veremos madres en Animal Crossing, quizás ya las hemos estado dibujando en la arena de nuestras islas desde el principio.
En 3DJuegos | Tu juego favorito estuvo a punto de desaparecer para siempre, pero Nintendo lo rescató justo a tiempo
En 3DJuegos | Esto es lo que tienen en común un niño japonés, uno español y otro estadounidense. El juguete que conquistó el mundo
Ver todos los comentarios en https://www.3djuegos.com
VER 0 Comentario