¿Hay límite para las paranoias de los aficionados de Hideo Kojima? Con la reciente confirmación accidental de Death Stranding 2 (o Metal Gear Solid Zero 2), hemos recordado uno de los capítulos más célebres de histeria colectiva alrededor del gurú japonés. Mezcló un videojuego con el primer trasplante de cabeza. ¿Estábamos locos?
Todo el mundo pierde la cabeza con Hideo Kojima, pero no tanto como la va a perder Norman Reedus tras confirmar Death Stranding 2 o la perdimos todos sus seguidores en la primavera de 2015 con la que pudo ser, sin duda, la teoría conspirativa más loca que ha capitalizado un videojuego del gurú japonés. Os pongo en contexto: era abril de 2015, restaban aún unos pocos meses para el estreno de Metal Gear Solid V: The Phantom Pain y todos nos las prometíamos muy felices con Konami, Hideo Kojima y un Metal Gear Solid V: Ground Zeroes que podía tener un precio que era un atropello pero que, jugablemente, era una auténtica delicia. ¿Qué alteró a la comunidad de jugadores un 21 de abril? Una extravagancia sucedió que nos dejó a todos patidifusos.
Pero antes, hay que entender al fanático de Hideo Kojima: todos hemos perdido un poco la cabeza. Nos hemos acostumbrado a sobredimensionar y sobreanalizar las cosas que suceden alrededor de sus juegos hasta un punto enfermizo en el que ya casi no importa lo que pasa en el tráiler: importa conectar puntos de la forma más imposible y hacernos creer que todo es parte de una maniobra de marketing imposible que volverá a dejarnos con la boca abierta como hizo en su día con Joakim Mogren y Moby Dick Studios. ¿Pero puede convertirse en una maniobra de marketing el que iba a ser el primer trasplante de cabeza humana de la historia? Lo importante: ¿puede tener relación dicha operación con el siguiente Metal Gear? Durante unos días muchos pensamos que sí.
Hay que entender al fanático de Hideo Kojima: todos hemos perdido un poco la cabeza
Valeri Spirodónov, un ruso de entonces 30 años, sufre una atrofia muscular espinal que impide a sus músculos desarrollarse mientras sus huesos han seguido creciendo. Es una enfermedad que no tiene cura y que solo puede paliarse con medicina y fisioterapia toda la vida. En la vida de Spiridónov se cruzó un neurocirujano famoso, Sergio Canavero, al que muchos han apodado como el Doctor Frankestein del siglo XXI. El médico y el paciente se aliaron en 2015 para ser los principales protagonistas del primer trasplante de cabeza de la historia de la humanidad, presuntamente la única salida del cuerpo de Spiridónov para tener una vida normal. De acuerdo, Antoniochan, ¿qué tiene que ver con Metal Gear el trasplante de cabeza?
Lo primero que activó los sentidos paranoicos de los fans de la saga de Konami fue la apariencia y la voz de Canavero con el doctor del primer acto de Metal Gear Solid V. El parecido era absolutamente asombroso, pero no tanto como la localización del que sería la introducción del software, Chipre. ¿Qué llevaría a Hideo Kojima a plantar a Snake en un país tan aleatorio como Chipre? ¿Era casualidad que la operación de trasplante de cabeza se fuese a hacer, originalmente, en Chipre? Llamó la atención también que el proyecto de la operación se llamase HEAVEN, Head Anastomosis Venture. ¿Sería un Outer Heaven para los implicados en la operación?
Pero es que en noviembre de 2014, el doctor Canavero puso a la venta un libro llamado Head Transplantation: The Quest of Inmortality, en el que muchos de los capítulos incluían nombres potencialmente sospechosos con la franquicia de Hideo Kojima: The Big Chill recordaba a Big Shell de Metal Gear Solid 2, Gemini era un término usado en Metal Gear Rising, Heaven volvía a parecer y Frontiers de Militaire Sans Frontieres de Metal Gear Solid: Peace Walker también estaba ahí. Hablando de Gemini… ¿sabías que era un informe médico de Canavero que contenía la palabra "phantom" un buen puñado de veces y que se subió un 29 de marzo de 2013? Eso es 48 horas antes de que Hideo Kojima se desenmascarase como el mandamás de Moby Dick Studios.
¿Sabéis qué acabó de atar todo el relato del absurdo? Saber que Spiridónov era parte de la industria del videojuego. Trabajó en Wargaming en su día, creadores del exitoso World of Tanks, y aunque los lazos parecían absurdos entre sí y resultaba difícil imaginar cuál sería el final del camino de una hipotética promoción cruzada entre una operación de semejante magnitud y un videojuego de infiltración y acción, durante muchos días nos tuvo en vilo la posibilidad de que Canavero, en realidad, fuese la madre de Hideo Kojima o que Spiridónov se revelase como el Big Boss de una Konami que, por cierto, aún no había hecho añicos nuestro corazón cancelando Silent Hills. Todo era más bonito en 2015, definitivamente.
Todo era más bonito en 2015, definitivamente.
Aunque se deben contar con los dedos de una mano los neurocirujanos que aprueban la teoría de Canavero, el doctor explicaba a los medios en 2015 que con un equipo de 150 personas y una operación de 36 horas (salpimentado con 10 millones de euros) era posible "trasplantar una cabeza a un nuevo cuerpo donante". ¿Qué pasó entonces? Que el amor se cruzó por la puerta de Spirodónov y se echó atrás. Hoy nuestro protagonista está felizmente casado y tiene una hija, mientras que Canavero sigue con sus planes ambiciosos de revolucionar la neurocirugía trabajando en el que, presuntamente será, el primer trasplante de cerebro de la historia. Casi nada.