Puede que en el espacio sí que oigan tus gritos, sobre todo si tienes a alguien al lado. Pero, gracias a ello, descubrirás un nuevo sistema jugable que ni siquiera te habías planteado cuando recorrías los oscuros pasillos de Dead Space a solas. La tercera entrega de la saga apuesta por un nuevo añadido: el cooperativo "individual".
Desde que Dead Space 3 decidió mostrarse al mundo, lo cierto es que no ha tenido una gran acogida. ¿La razón? Un cooperativo que parecía llevar la saga más hacia la acción que al terror. Y, pese a que no es la primera vez que nos ponemos a los mandos del juego, sí es la primera que lo hacemos a dos jugadores. Y no solo podemos decir en su favor que el cooperativo no es ningún problema, sino que incluso que lleva este modo a un nivel que poco o nunca habíamos visto antes.
Dos personajes, doble realidad
Para empezar, en nuestra demostración pudimos controlar a Isaac Clarke en un entorno nevado antes de llegar a un complejo. En el camino nos topábamos con unos cuantos necromorfos que parecían estar muy bien adaptados a las condiciones del planeta, y que se movían más rápido que nunca. Para detenerlos, será más imprescindible aún hacer uso de las capacidades cinéticas y de alteración del tiempo para contener a algunas de ellas, mientras terminamos con las otras.
Una vez en el complejo, nos fijamos que una puerta no podía abrirse, puesto que estaba pensada para la experiencia cooperativa. En nuestro segundo viaje, controlando al compañero de Clarke, John Carver, tuvimos una escena extra. Ahora bien, podemos ponernos negativos y decir: "si juego al juego en solitario me pierdo esta escena", pero la realidad es que estos extras están pensados de una forma que es imposible crear el efecto que pretenden si no se juega a dos jugadores. Dichas secuencias harán un repaso al pasado del segundo protagonista mientras que éste se enfrenta a la misma enfermedad que Clarke pasó en la segunda aventura, cuándo los delirios le hacían ver cosas que no estaban ocurriendo en la realidad.
Y esa es la gran idea para el cooperativo de Dead Space 3. Mientras que tu compañero que maneja a Clark ve todo perfectamente normal, para el segundo jugador ocurrirán un montón de cosas en la pantalla: escenarios más siniestros, elementos como unos terroríficos soldaditos de plomo y secuencias que ocurren directamente en la cabeza del personaje. No hay nada mejor que decirle a tu amigo lo que estás viendo, describírselo y darte cuenta de que él no ve nada (dando, de paso, una sana envidia).
Estas escenas son, además, una delicia jugable. En una, por ejemplo, tendremos un ataque en el preciso momento en el que aparecen unos cuantos necromorfos. Así que si Clark intenta lidiar de forma individual con la situación mientras pide ayuda a su compañero, Carver simplemente está contra la pared, intentando recuperar el juicio. Lo que el jugador de Carver ve es algo completamente distinto, una especie de infierno personal lleno de sombras que le atacan, y que por más que elimina siguen apareciendo. ¿La solución? Ir cuanto antes hacia la luz para recuperar la cordura.
No sabemos a ciencia cierta cuántas escenas de este tipo veremos en Dead Space 3, pero cuando salimos de la demostración nos dimos cuenta de que habíamos jugado un nuevo estilo de cooperativo y de terror, con mil ideas en la cabeza de cómo este modo aún no ha dado de sí todo lo que puede ofrecer, y del que sin duda el género survival horror podría beneficiarse mucho.
En cuanto a su apartado técnico y visual, hay que reconocer que esta tercera entrega es, sin duda, muy variada. No solo en cuanto a los espacios abiertos que nos presenta el planeta helado de Tau Volantis, sino porque la paleta de colores es mucho más agradecida, dando lugar a estampas difíciles de conseguir en anteriores entregas. El añadido de coberturas, enemigos humanos y munición global para todas las armas será claramente un hándicap para aquellos que anhelen una experiencia más cercana al survival horror, eso es un hecho, pero Visceral no se ha olvidado de los momentos angustiosos que seguirán patentes en esta nueva entrega.
Después de esta nueva toma de contacto jugable, Dead Space 3 se ve con otros ojos. Es posible que la balanza se haya inclinado un poco más hacia la acción, sí, y que andar con un amigo por los oscuros pasillos sea más reconfortante y menos angustioso, pero no hay duda de que Visceral está intentando hacer algo más con su saga de terror, y eso es siempre reconfortante.