Sostenibilidad y respeto a la naturaleza, o mayor productividad a costa del medioambiente. La nueva entrega de la clásica serie estratégica Anno da un salto hacia el futuro con un prometedor título en el que todas nuestras decisiones tendrán consecuencias en el entorno que nos rodea.
La Tierra ha sucumbido al calentamiento global y tan solo un pequeño grupo de islas se ha salvado de las inundaciones que han anegado todo el planeta. ¿Qué harías como gobernante? ¿Actuarías respetando el medio ambiente para evitar cometer los errores del pasado, o tratarías de prosperar lo más rápido posible sin importar las consecuencias? De esta decisión dependerá el futuro de los ciudadanos bajo tu mando, y con este novedoso giro, Ubisoft y Related Designs Software pretenden llevar a lo más alto a la clásica serie estratégica Anno, que avanza por primera vez en su historia al futuro sin que éste sea un mero añadido estético.
¿Contaminación o sostenibilidad?
Dos grandes facciones, cada una con una visión del progreso completamente distinta, se disputarán el poder en un mundo en el que existen muchas formas de conseguir los recursos necesarios para sobrevivir, pero en el que cualquier decisión promete cambiar todo el entorno que nos rodea. ¿No nos importa cubrir bajo una densa nube de polución a nuestras ciudades si con ello conseguimos la mayor productividad industrial? Adelante, apostemos por los Tycoons. ¿Preferimos crecer lentamente pero siempre en armonía con el medioambiente? Entonces vayamos a por los Ecos.
La contaminación será, por tanto, uno de los elementos más novedosos en este juego que por todo lo demás, promete mantenerse tremendamente fiel a las bases jugables de la serie. Volveremos a encontrarnos, por tanto, ante un juego de gestión de centros urbanos en el que deberemos saciar las necesidades de nuestros habitantes con la construcción de todo tipo de estructuras, creando servicios que mejoren sus condiciones de vida y, en esta ocasión, cuidando también el entorno para que su felicidad no decaiga. Aspecto muy a tener en cuenta, ya que de ésta dependerá el número de habitantes que se asentarán en nuestra ciudad, así como su receptividad a la hora de pagar los impuestos, que serán esenciales para permitirnos prosperar.
Los caminos de la sostenibilidad o la expansión tecnológica sin control marcarán el tipo de estructuras y tecnología con la que contaremos durante la partida, así como los objetivos y problemas con los que tendremos que lidiar. Los Tycoons, por ejemplo, podrán edificar un gran número de estructuras en un reducido espacio para maximizar la producción, pero a cambio necesitarán de grandes cantidades de combustible como el petróleo, que deberán extraer bajo el mar o adquirir mediante el comercio realizando importantes inversiones económicas para poder funcionar. Para más inri, la deforestación, las nubes contaminantes o las zonas atestadas por residuos tóxicos, que ya de por sí causarán el descontento entre la ciudadanía, provocarán catástrofes naturales como maremotos, tornados o fugas de fuel en alta mar, lo que a la larga supondrá más gasto.
Los Ecos, por el contrario, serán mucho más lentos en sus progresos pero siempre lo harán manteniendo prácticamente invariable el entorno que les rodea. Por supuesto, ambas facciones cuentan con diferentes métodos para paliar los efectos de la contaminación, pero en este campo la tecnología Ecos resultará muchísimo más efectiva: sistemas para limpiar la atmósfera, depuradoras de agua, uso de energías renovables que no emiten gases contaminantes… Por fortuna para los Tycoons, todo parece indicar que en un momento de la partida se nos permitirá adquirir algunos de estos recursos tecnológicos para frenar la polución, aunque no está del todo claro cómo se resolverá este intercambio tecnológico.
Y ya que hablamos de tecnología, hay que destacar que existe una tercera facción neutral con la que podremos comerciar para adquirir nuevos recursos tecnológicos, y que será la que nos de paso también a la conquista del fondo marino. Una magnífica novedad en la serie que nos va a permitir crear ciudades submarinas para poder extraer determinadas materias primas también mediante el abuso y la sobreexplotación, o de forma más ecológica.
Si hablamos del comercio marítimo, al que deberemos recurrir obligatoriamente ya que nuestra isla inicial nunca contará con todo lo necesario para sobrevivir en condiciones, los desarrolladores prometen importantes mejoras, sin concretar de momento ninguna. Lo que está claro es que será indispensable contar con una fuerte flota de barcos con los que explorar el mundo que nos rodea, algo que a la larga puede provocar disputas con otras ciudades que podremos zanjar mediante acuerdos pacíficos, o mediante la fuerza bruta. En este caso, las batallas en tiempo real prometen ser más complejas que nunca gracias a la posibilidad de usar unidades terrestres, aéreas y submarinas. Por desgracia, éste es uno de los aspectos menos publicitados del juego, así que todavía nos queda mucho por descubrir.
A la espera de resolver estas incógnitas, lo que está claro es que este Anno 2070 se trata de uno de los juegos de estrategia más prometedores del momento y una fantástica muestra de cómo puede hacerse avanzar una saga con importantes novedades jugables pero manteniendo, por supuesto, su esencia jugable.