TimeShift puede presumir sin duda de uno de los desarrollos más accidentados de los últimos años. Bailes de fechas, betas mediocres y la incertidumbre de si tras esta lamentable planificación se escondería un buen juego. En la fase final de su desarrollo nos encontramos con motor gráfico nuevo y diferentes premisas jugables. Veremos si se convierte en el grande que pretendía.
Sierra no es una distribuidora que nos tenga acostumbrados a grandes retrasos, a lo largo de su dilatada carrera ha tenido una seriedad notable tanto con el usuario como con los estudios desarrolladores, por eso sorprende el caso de TimeShift, que en su largísimo periplo pasó también por Atari. Quizá la inexperiencia de Saber Interactive, los programadores de este título, ha sido el factor desequilibrante; y, desde Sierra, conscientes de que es mejor para todos sacar un producto terminado con cierto retraso a un saco de bugs a tiempo, se han inclinado por aplazar y dar pie a una modificación completa de este título, que en principio estaba previsto para el ya lejano 2005 con la distribución de Atari.
El juego ha sido muy esperado durante todos estos años, ya que partía de una premisa que podía suponer una auténtica revolución en los first person shooters, género al que el programa no deja de pertenecer pese a las reformulaciones, y es la del control del tiempo. En TimeShift podremos congelar el tiempo, rebobinarlo o ralentizarlo como si de una cinta de video se tratara. Interesante, ¿no?
Chronos
Y ahí estamos, como un dios del tiempo moderno haciendo lo que nos venga en gana con éste. Ya no seremos el Coronel Swift como estaba previsto en la versión primigenia de TimeShift, ahora seremos un soldado cuya identidad por ahora desconocemos, que seguirá llevando un traje, llamado SAM, que le permite controlar los rigores del tiempo como su alter-ego. Pero el personaje ya poco se parece al anterior héroe atiborrado de anabolizantes, ya que ahora el traje le cubre el cuerpo entero y ni tan siquiera le veremos la cara.
El resto de matices de la historia del juego permanecen igual, aunque siguen acusando síntomas de hipertrofia. En TimeShift seremos la cabeza visible de un comando rebelde que se ha levantado en armas contra la clásica y malvada corporación sin escrúpulos, en un no menos clásico entorno futurista oscuro y lluvioso al más puro estilo Ridley Scott.
Tempus Fugit
Desgraciadamente el retraso ha traído noticias en su planteamiento, que algunos valoraran como buenas y otros, quizá no tanto. Para empezar el juego ha sufrido una simplificación en su desarrollo bastante alarmante. En un principio el programa estaba pensado como un shooter con importantes elementos de rompecabezas, que tratarían de enriquecer la experiencia y que aportarían un uso de los poderes temporales verdaderamente interesante. Con el cambio de distribuidor y con el largo período de tiempo de desarrollo la experiencia jugable ha sido simplificada hasta extremos insospechados. Se ha suprimido el factor puzzle del título y ahora será el propio traje el que, de forma autónoma, decida que poder temporal debemos usar en cada momento, eliminando la posibilidad de escogerlo nosotros. Como se puede ver, la mecánica también ha sufrido un severo acercamiento al shooter puro y duro.
El proceso de testeo de la beta por parte de miles de usuarios determinó que el sistema del control manual del tiempo era demasiado complejo, que los puzzles eran excesivamente complicados y que la jugabilidad en líneas generales no convencía. Lamentablemente nunca podremos comprobar lo que un estudio con más medios y personal podría haber hecho con la apasionante premisa inicial de TimeShift, pero lo que tenemos ahora es también interesante, aunque quizá en menor medida por resultar algo más rutinario en un principio.
SAM, el traje, por ejemplo gestionará el control del tiempo de tal modo que si por casual hay un importante número de enemigos en pantalla optará por ralentizarlo para hacerles frente con mayor precisión, o si una granada cae cerca de nosotros lo detendrá para permitirnos cobijarnos en un lugar seguro lejos de la explosión. Todo esto con un solo botón, en lugar de los tres controles planeados inicialmente.
La dinámica general también ha sido modificada de forma importante, ya que como hemos comentado se ha suprimido el factor de los rompecabezas, y ahora el juego se orienta fundamentalmente a los tiroteos espectaculares. Los entornos son pues algo más cerrados y con menos variaciones, y al ritmo se le ha insuflado una velocidad vertiginosa que hace de las rutinas de coberturas y disparos una experiencia excelente.
Nuevo Juego, Nuevos Gráficos
Muy lejos queda el apartado tecnológico del primer TimeSwift que fue mostrado hace un par de años. Estos meses de desarrollo le han sentado estupendamente al producto, y no sólo ha habido un aumento en la calidad de texturas o iluminación, si no un nuevo enfoque en la dirección artística más sólido y maduro. Se ha apostado por un futuro lúgubre y lluvioso, en entornos urbanos de colores apagados, los escenarios tienen un aspecto muy bueno; y los personajes, más oscuros e imponentes, gozan de un modelado de más de dos mil polígonos.
Por si fuera poco y aparte de estas indudables mejora a nivel gráfico la tecnología del título también se beneficia de forma importante del retraso, y es que TimeShift contará con las asombrosas físicas del motor Havok en su versión 4.5, y será el primer juego en emplearlas.
Desde Vivendi/Sierra se asegura que el título correrá en consolas de forma estable a más de 35 frames por segundo, lo cual viendo los fenomenales tiroteos que se dan en pantalla parece una cifra muy respetable. Confiemos en que el juego llegue a PC acompañado también de una buena optimización.
TimeShift es, con sus virtudes y sus defectos, una interesante propuesta dentro del género shooter. Pese a su brutal simplificación sigue pareciendo como un título muy a tener en cuenta, y con el paso del tiempo ha adquirido un aspecto gráfico a la altura de los más importantes juegos de la Next-Gen. El lanzamiento, si todo sigue como se planea, está previsto para finales de este mismo año. Esperaremos a ese momento para juzgar si los cambios en el tiempo han sido a peor o a mejor.