BioShock: Impresiones jugables

BioShock: Impresiones jugables
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Cuesta creer que a estas alturas alguien no sepa lo que es Bioshock, quien no esté al corriente deberá dar una explicación de donde ha estado metido los últimos meses. Uno de los shooters más esperados de los últimos tiempos presenta su candidatura a juego del año y a clásico inolvidable. Bienvenido a Rapture.

No aburriremos a los lectores recordándoles por enésima vez que Irrational Games son los responsables del mítico System Shock 2, y tampoco nos explayaremos señalando que Bioshock es su “sucesor espiritual”. En esta ocasión vamos a centrarnos en la experiencia jugable pues ya hemos tenido ocasión de poner nuestras manos sobre una beta del esperado título. El viaje a Rapture comienza en apenas dos meses y no conviene perder el tiempo.

Rapture – Adam, la Utopía Convertida en Pesadilla
Parte del encanto de Bioshock está en descubrir por uno mismo la historia que se esconde tras la fantasmagórica ciudad, pero hay ciertos detalles que se pueden comentar sin miedo a desvelar la intriga de la trama.

Para empezar Rapture, como ya comentamos en el primer avance, es una ciudad situada temporalmente a mitad de un ficticio siglo XX. Esta sociedad apartada del resto de la humanidad pretendía ser una suerte de micro-clima social de carácter utópico y experimental, en el que por medio de la genética y una sustancia denominada Adam, trató de construir un mundo paralelo a la civilización del momento, que según los pensadores de aquel entonces, se encontraba totalmente deshumanizada por las encarnizadas guerras mundiales.

Por supuesto el experimento salió mal, y Rapture acabó convirtiéndose en una pesadilla conceptual, donde la sustancia Adam acabó revelándose como un peligroso compuesto con graves efectos secundarios y serios problemas de adicción.

Esta es la deliciosa premisa de Bioshock, que mezcla a partes iguales las corrientes filosóficas de mediados del siglo XX que hablaban de la deshumanización del hombre, con la literatura fantástica de lo submarino al más puro estilo Julio Verne y el terror de matiz psicológico.

I Choose…The Impossible
Ya hemos visto Bioshock en movimiento y nos ha dejado sin palabras. El “hype” (expectación) es un término muy peligroso, pues sólo en ocasiones el producto final hace justicia al boom mediático que tuvo alrededor. El caso de Bioshock justifica sin lugar a dudas todo lo que se ha dicho de él, es incluso mejor de lo que podía pensarse.

El comienzo del juego nos presenta a bordo de un aeroplano sobrevolando el océano, una inesperada avería hace chocar al avión contra la superficie del agua y deja al protagonista a merced de la marea. Milagrosamente el personaje avista en la distancia una pequeña plataforma que emerge majestuosamente por encima de las olas, y al llegar a ésta, descubre una escalerilla que desciende hacia un misterioso batiscafo.

En el angustiante y encantador mundo submarino de Rapture los supervivientes conviven en una especie de sociedad extraña. Hay agresores, protectores y “niñas”. Protectores y niñas casi siempre irán unidos, los primeros con su gran cuerpo mecánico y fuertemente armados; las niñas, portando una jeringuilla y serán capaces de procesar el Adam sin que se produzcan efectos secundarios…
En el angustiante y encantador mundo submarino de Rapture los supervivientes conviven en una especie de sociedad extraña. Hay agresores, protectores y “niñas”. Protectores y niñas casi siempre irán unidos, los primeros con su gran cuerpo mecánico y fuertemente armados; las niñas, portando una jeringuilla y serán capaces de procesar el Adam sin que se produzcan efectos secundarios…

Obviamente nadie en su sano juicio se metería en un submarino extraño, pero las circunstancias no dejan al héroe otra opción. Perdido en medio del océano y sin forma de comunicarse con nadie, este naufrago se decide a meterse en el sumergible como única alternativa, aunque de haber sabido el panorama de Rapture, a buen seguro no lo hubiera hecho.

Durante el viaje a las profundidades un video y una grabación nos informan de la historia de la ciudad y de las circunstancias que empujaron a su creación. El video parece casi una promoción de tipo turístico, pero al llegar el panorama es bien distinto. Rapture presenta un aspecto ruinoso y siniestro, y los adictos al Adam campan a sus anchas, desfigurados y sicóticos, matándose entre ellos.

La Ciudad de las Sensaciones
La perspectiva, como ya sabemos, es en primera persona, lo que nos permite ser más precisos a la hora de apuntar con las armas, y lo que también nos da una sensación de cercanía y de pertenencia al entorno que en este juego alcanza cotas verdaderamente sublimes.

Y esta sensación no sólo se logra con la decoración retro, el sensacional trabajo de voces (aún no hemos podido visualizar la versión localizada a nuestro idioma) o los sobresalientes gráficos; sino en mayor medida por la atmósfera. Y es que la opresión de estar bajo millones de litros de agua nunca estuvo mejor capturada.

Si miramos por los enormes ventanales de Rapture podremos ver a la fauna marina moviéndose por entre edificios y carteles publicitarios de neón. Fauna de todos los tipos, desde algas a pequeños peces llegando incluso a las enormes ballenas. Todo en el mar de Bioshock destila vida, y las sensaciones que se experimentan con tan sólo mirar por una ventana son apabullantes.

El desamparo se une a la pertenencia en el espectacular cóctel sensitivo, y así mismo es uno de los mejores elementos de Bioshock. En ningún momento sabemos de donde va a salir el próximo psicópata de intenciones homicidas, el mapeado es un espectacular laberinto de esquinas, puntos ciegos y zonas oscuras preparado específicamente para asustar.

No es sólo acción, ni tampoco sólo rol, ni aventura… Bioshock son las tres cosas a la vez, pero combinadas con maestría y un apartado visual tan majestuoso y desolador, que sólo podría ser representado en un marco tan impresionante como en los vestigios de una poderosa civilización, en las profundidades oceánicas.
No es sólo acción, ni tampoco sólo rol, ni aventura… Bioshock son las tres cosas a la vez, pero combinadas con maestría y un apartado visual tan majestuoso y desolador, que sólo podría ser representado en un marco tan impresionante como en los vestigios de una poderosa civilización, en las profundidades oceánicas.

Y por último la sensación del poder. Poder que experimentaremos gracias a las armas de fuego y gracias a las capacidades que el protagonista irá adquiriendo. Hay armas si, e Irrational Games nos da la opción de enfrentarnos al juego desde un punto de vista clásico, es decir empleando sólo armas al uso, o dándole un enfoque algo más sobrenatural con la utilización de los terroríficos plásmidos, que nos darán capacidades sobrehumanas mientras los usemos.

Entre las armas convencionales podemos encontrar revólveres, ametralladoras o escopetas, y algunas algo más improvisadas como llaves inglesas. También dispondremos de una cámara de fotos, aunque todavía desde el estudio creador no se ha especificado si tendrá alguna función concreta en el desarrollo de la aventura a parte de la de capturar instantáneas.

Entre los poderes que podemos adquirir durante el juego se encuentran los que se deriven del uso del Adam, y que podremos encontrar desperdigados por los escenarios. Entre ellos encontramos una división: los tónicos genéticos y los plásmidos.

Los primeros presentan un efecto constante sobre nuestro personaje, e incrementan ciertas características como la velocidad o la resistencia. Los segundos en cambio nos permitirán el acceso a poderes algo más sobrenaturales como lanzar bolas de fuego, lanzar descargas eléctricas a los enemigos (realmente sobrecogedoras si éstos se encuentran sobre charcos de agua) o regeneración y endurecimiento de la piel. No obstante si Adam provoca efectos secundarios en los ciudadanos de Rapture, nosotros no seremos una excepción, pero de nuevo no hablaremos más de la cuenta.

Por otro lado existe en el juego un componente de rol ligero en el sentido de que podremos repartir puntos de experiencia entre nuestro personaje y sus poderes, y también a la hora de mejorar nuestras armas.

No es un FPS al Uso
No Bioshock, puede ser muchísimas cosas, pero desde luego no es un First Person Shooter corriente. No hace falta ser un lince para darse cuenta, y no lo es sólo por el peso que se la da al desarrollo del personaje o al uso de los plásmidos, sino también por su sobrecogedora dirección artística y su trabajada historia. El hecho de no contar con modo multijugador ha permitido a Irrational Games centrarse en una historia de carácter no lineal muy bien trabajada, que nos ofrecerá una campaña larga e intensa como pocas, de la que no vamos a dar detalles, porque, como ya hemos señalado, lo importante de Bioshock es vivir por uno mismo todo lo que se nos cuenta.

Si el principal protagonista de Bioshock es el agua, los personajes que nos encontraremos en Rapture, la tétrica hostil ciudad submarina, serán estremecedores. Ciudadanos comunes, cirujanos, enfermeras… lo que un día fue la posible élite de la humanidad, hoy convertida en algo demencial y tremendamente codicioso.
Si el principal protagonista de Bioshock es el agua, los personajes que nos encontraremos en Rapture, la tétrica hostil ciudad submarina, serán estremecedores. Ciudadanos comunes, cirujanos, enfermeras… lo que un día fue la posible élite de la humanidad, hoy convertida en algo demencial y tremendamente codicioso.

En lo referente a su mencionada y admirable dirección artística sólo podemos decir que estamos sin duda alguna ante el apartado visual más bello y al mismo tiempo repulsivo que hemos visto jamás en un videojuego. La ciudad a nivel urbanístico bebe del estilo arquitectónico de ciudades de la época como pudieran ser el Chicago o el Nueva York de mitades del siglo XX. Todo ello adornado con decenas de rótulos de neón que enmarcados en la oscuridad del fondo oceánico le dan a Rapture una belleza exterior tétrica al mismo tiempo que sublime.

Una vez dentro de los edificios el panorama cambia de forma notable. La oscuridad reina, y sólo unos determinados puntos de los escenarios han sido iluminados por Irrational, de una forma muy estudiada y para nada gratuita. El mobiliario es también muy respetuoso con la época a la que trata de representar, y todo desprende un estilo de los años 50 muy interesante y francamente bien realizado. Desde las gramolas, a la distribución de las habitaciones, el tamaño de las puertas o el instrumental quirúrgico del hospital; todo es muy fiel a su contexto y ha sido tratado con un cariño y una exquisitez dignas de encomio.

Pero dejando de lado los preciosistas entornos y centrándonos en los personajes deberemos decir que su modelado es simplemente espectacular. La tasa de polígonos de los habitantes de Rapture es altísima, y se mueven con una naturalidad y una suavidad tremendamente realista. Su diseño es también brillante y aterrador pues son personas normales: enfermeras, ciudadanos comunes, policías, cirujanos… pero todos ellos con terribles taras y deformidades.

Pero el principal protagonista de Bioshock no es el héroe de la aventura, ni tan siquiera ninguno de los horribles enemigos, el principal personaje es ese testigo silencioso que con su fluir nos observa desde el exterior de las estancias. El agua. El agua de este juego es el mejor líquido elemento que hemos observado nunca en un videojuego, como se puede observar en este vídeo, su tratamiento ha sido llevado a cabo con un mimo y una atención al detalle impresionantes. Tanto si está estancada, como si corre con furia por un escape, o si se desliza suavemente por unos escalones, el agua muestra un realismo maravilloso que a duras penas se puede explicar con palabras.

Nuestros compañeros de fatiga serán las armas de fuego y una codiciada sustancia que originó el debacle de la Rapture más brillante, el Adam. Ingerir esta sustancia mejora tanto los atributos físicos como intelectuales, pero también provoca efectos secundarios en forma de horribles mutaciones. Necesitarás el Adam para sobrevivir a este hostil mundo, y sólo podrás conseguirlo de los cadáveres…
Nuestros compañeros de fatiga serán las armas de fuego y una codiciada sustancia que originó el debacle de la Rapture más brillante, el Adam. Ingerir esta sustancia mejora tanto los atributos físicos como intelectuales, pero también provoca efectos secundarios en forma de horribles mutaciones. Necesitarás el Adam para sobrevivir a este hostil mundo, y sólo podrás conseguirlo de los cadáveres…

El apartado de efectos visuales es también de sobresaliente. La sangre salpica salvajemente con los impactos de bala sobre los cuerpos de los enemigos, dando una impresión de veracidad muy bien conseguida. El fuego también ha recibido un tratamiento espectacular, y tanto si sale de nuestra arma como si consume el cuerpo de un enemigo, su visionado goza de ese carácter hipnótico del fuego real.

Expectación
Otra preview y otra retahíla interminable de piropos y adjetivos superlativos. Bioshock es el juego que miles de jugadores están esperando. Un acercamiento adulto y menos frenético de lo habitual al género de la acción, de la mano de unos auténticos maestros que dejaron huella hace años con System Shock 2. El título será lanzado en la última semana de agosto en el que será el comienzo de unos meses maravillosos para ser aficionado a los videojuegos. La lucha por la corona de juego del año será cruenta, pero Bioshock está entre los favoritos.

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