Los creadores de Gears of War y Unreal Tournament y los responsables de Painkiller se han aliado para revolucionar el mundillo de la acción multijugador. ¿Cómo? Con Fortnite. Construcción, colaboración, exploración, personalización... Este shooter en tercera persona revoluciona todo lo que podemos esperar de un juego de estas características, y promete dejarnos con ganas de más.
20 años. Más de 20 años lleva Epic Games aportando su maestría al género de los shooters, con especial énfasis en el juego en internet. Es por ello que Fortnite suena como una apuesta a verdadero caballo ganador, un videojuego de carácter free-to-play y majestuoso mundo abierto centrado en la personalización de sus personajes y su mundo. Un auténtico golpe sobre la mesa para el mundo de la acción en compatibles que, posiblemente, podría expandir su propuesta en el futuro a videoconsolas de nueva generación en función del éxito de su propuesta.
Desde un punto de vista técnico el acabado del programa es formidable, y su evolución con respecto a los primeros materiales que comenzábamos a ver en el momento de su anuncio nos dan la idea de un desarrollo en el que ha habido muchas ideas encontradas de la forma que debía adoptar. Sí, el punto de partida del juego es sencillo en cuanto al hecho de que nos enfrenta contra fuerzas del inframundo que se transmiten a través de majestuosas tormentas, sin embargo tras su tono artístico amable y divertido se esconde una propuesta no exenta de profundidad en la que hay un sin fin de elementos componiendo su cuidada ecuación.
Construye, Personaliza, Asesina... Repite
Si bien en los últimos tiempos Epic Games se ha especializado en contar historias y en elaborar universos con una cierta profundidad y una gran idiosincrasia, como bien ejemplifica la serie Gears of War, en esta ocasión el estudio va a golpear directamente en la mandíbula de la diversión. De hecho, desde el punto de vista argumental, el pretexto del lanzamiento que nos ocupa es tan sencillo como el de que su universo, sencillamente llamado Mundo, es atacado por un fenomenal bestiario de criaturas monstruosas que desembarcan en tierra a través de los rayos de unas gigantescas tormentas.
De hecho el principal antagonista del título son estos fenómenos naturales, una serie de nubarrones de color púrpura a los que tenemos que mantener a raya cerrando portales con un arma llamada Atlas. Todo este básico pretexto argumental está superpuesto sobre un escenario generado en base a unos criterios mínimos aleatorios y a una destructibilidad de sus elementos máxima y sorprendente. Además este formato está envuelto en un estilo shooter en tercera persona que recuerda con precisión a lo que esperamos de un título de estas características, e incluso de Gears of War, en cuanto a la utilización de una cámara que se posiciona en nuestro hombro para disparar y que se aleja a un estándar más habitual tanto para el desplazamiento como para las fases de construcción.
Espera, ¿construcción dices? Construcción, en efecto. El mundo grande y abierto del videojuego está caracterizado por la importancia de su exploración, y también por la necesaria localización y recolección de los tres materiales que necesitamos para levantar construcciones por nosotros mismos: madera, piedra y metal. Comenzamos con una tabla con un clavo, que podemos utilizar para defendernos pero también para hacer pedazos árboles, piedras o coches y hacernos con sus materias primas, y a partir de ahí comenzamos a construir nuestro "imperio". ¿Lo siguiente? Lo que quieras. Fabrica un hacha, que es algo que lleva tiempo pero que facilita el proceso, empieza a elaborar trampas o comienza a levantar empalizadas para mantener temporalmente a raya a los adversarios. También necesitarás armas, pero esas son las partes más complicadas de hacer puesto que están formadas por varios elementos diferentes que, combinados entre sí, irán constituyendo nuestro arsenal.
Saber qué debemos hacer y cuándo es clave, así que poco a poco iremos afinando nuestra fórmula y conociendo en mejor medida los pasos a dar en función de cada situación que se nos presente. De hecho la preparación antes y durante la llegada de las oleadas de enemigos es fundamental para salir adelante, y tenerlo todo planeado para defendernos de los enemigos y para cerrar los portales es fundamental. No importa la modalidad que escojamos de cuantas ofrece el título, sólo son variaciones de una misma fórmula que compondrá campañas on-line que nos llevarán superar 10, 20 o 50 horas en función de las características escogidas. Cada una de ellas está compuesta por un mapa del mundo compuesto por regiones que componen cada nivel, y que debemos superar independientemente para hacernos con su dominio.
Acabamos creando, literalmente, descomunales fortalezas con planos y materiales, repletas de torretas ametralladoras, trampas, murallas... Todo con una gran libertad, tan sencilla como la de escoger de cuál de los tres materiales estará hecha cada parte en base al botón del ratón que empleemos para seleccionarla, y la de definir el aspecto de, por ejemplo, una pared modificándola y moldeándola a nuestro gusto para añadirle ventanas o puertas en función de nuestras necesidades. No debemos esperar aquí una personalización a la altura de las creaciones de Minecraft, pero sí es cierto que ofrecerá un nivel de customización muy serio para un título en el que el principal énfasis, no lo olvidemos, es la acción.
Héroes a la Fuerza
Todo lo que tiene que ver con recolectar y edificar es algo que podemos hacer durante toda la partida, es más debemos hacerlo. Sin embargo conforme va avanzando cada uno de los niveles debemos ir cambiando el volumen de la ecuación, sustituyendo las partes más constructivas por otras más destructivas. Las tormentas llegan a los pocos minutos, y es entonces cuando tenemos que virar nuestra actitud y comenzar a matar criaturas y a disfrutar de la parte puramente shooter del programa. Que, por cierto, promete estar también muy cuidada.
Hay cuatro clases para elegir en cuanto a nuestro personaje: Constructor, Ninja, Comando y Carroñero. El primero es el más especializado, como su propio nombre indica, en levantar la base lo más barato y rápido posible, así que está especializado en hacer todo lo relacionado con levantar estructuras a gran velocidad y, en cambio, flojea en lo más puramente relacionado con el combate. El segundo, el Ninja, está especializado en el movimiento máximo, así que cuenta con un doble salto y con un ataque cuerpo a cuerpo verdaderamente formidable.
El Comando centra sus esfuerzos, como su propio nombre indica, en el combate, lo que maximiza su daño, minimiza sus tiempos de recarga y le brinda de serie la posibilidad de contar con granadas o minas de proximidad. En última instancia el Carroñero es el que con más presteza recolecta los recursos necesarios para levantar nuestras construcciones, así que como podemos comprobar el equilibrio entre las cuatro posibles elecciones de personaje y la necesaria cooperación entre un equipo bien balanceado de todos ellos se antoja fundamental.
La personalización, sin embargo, tampoco escapa de estas cuatro clases predeterminadas. Según Epic Games, en declaraciones al magazín norteamericano GameInformer, han contratado a veteranos de los RPG para sumar un componente de este tipo de progresión y customización a la fórmula habitual de Epic Games. Así no sólo podremos elegir el sexo de nuestro protagonista, y también algunas características para su vestimenta y otras partes a definir a nuestro gusto, sino que también podremos escoger el camino que queremos seguir en cuanto a la "limpieza" de niveles hasta lograr la meta final de dominar el mapa completo. Cada sección se genera de forma parcialmente aleatoria, lo que garantizará que se utilicen zonas enormes como partes industriales u otras naturales de una forma con sentido. La intención es que no se desparramen sin ningún tipo de lógica por los decorados por el mero hecho de respetar un carácter impredecible que garantice que ninguna partida sea igual que la anterior.
La variedad de armas, por su parte, será particularmente generosa. Parece que Epic Games, lejos de estar constreñida por el argumento o por la necesidad de ser fiel a un universo, se ha tomado en serio lo de ofrecer alternativas imaginativas a la hora de deshacernos de nuestros enemigos. Según vayamos progresando en Fortnite iremos obteniendo los planos (o esquemas como se conocen en el título) para hacernos con un hacha láser, un fusil que lanza un haz de rayos, la guitarra machacadora o un martillo con una turbina, entre otras muchísimas cosas. Absurdo y genial, ¿no?
Muerte y Diversión
Fortnite promete brindarnos grandes alegrías y un punto estratégico muy agradable. Será realmente estimulante darnos cuenta de que nuestras tácticas en cuanto a la utilización de trampas y su disposición ha funcionado cuando veamos a nuestros enemigos caer en ellas irremediablemente, aunque Epic Games promete una inteligencia artificial a prueba de bombas para combatir cualquier tipo de eventualidad y ponernos las cosas realmente difíciles. Habrá momentos de veras angustiosos cuando las oleadas de oponentes infernales alcancen números ingentes y comiencen a escalar nuestras empalizadas, no dejándonos más remedio que intervenir y "saltar al ruedo" para provocar una matanza de proporciones bíblicas con armas a distancia o cuerpo a cuerpo.
Los momentos serán tan espectaculares que sus responsables prometen ya pleno soporte para la emisión de partidas a través de Twitch, y es que el estudio se ha dado cuenta ya del potencial que tiene una propuesta tan vistosa desde el punto de vista artístico y tan llamativa desde el jugable para aficionados que quieran actuar como meros observadores... Ya sea para observar posibles estrategias de cara a su uso futuro, o sencillamente para disfrutar del espectáculo de equipos que atacan y construyen al mismo tiempo para este monumental ejercicio de defensa.
¿Cómo conseguir que un escenario así de preciosista desde el punto de vista gráfico sea también así de interactivo en cuanto a su destrucción? Gracias a Unreal Engine, una herramienta que permite la generación aleatoria del grueso de cada nivel y, al mismo tiempo, garantiza una tecnología apabullante y el lógico énfasis en el soporte para cooperar con un estilo de entrada y salida libre de las partidas. Como ya hemos dicho, esto es un free-to-play principalmente centrado en el online, así que cada jugador tendrá su propia base de operaciones (que quizá podamos explorar en tercera persona, está aún por decidir, pero que en principio tendrá únicamente una vista isométrica) y a partir de ahí podremos unirnos a las partidas que deseemos conservando nuestras mejoras y elementos de customización.
Eso sí, no todo será trabajo en equipo y cooperación, y es que entre las modalidades también se contará una alternativa de carácter competitivo. De momento sólo hay en marcha prototipos cinco contra cinco, basados en formatos de objetivos que enfrentan a dos bandos en una batalla no sólo entre ellos sino también por la supervivencia. El motivo estriba en el hecho de que en un momento determinado de la partida se sumará el desafío de los monstruos dirigidos por la inteligencia artificial, algo que garantizará que la estrategia deba estar muy presente para tratar de volcar la atención de nuestro enemigo común en la base del bando contrario.
Fortnite todavía tiene un largo tiempo hasta que podamos disfrutarlo, sin embargo su aspecto comienza a ser realmente prometedor. Lejos de ser una mera reproducción de la fórmula de productos como Team Fortress o Minecraft, el juego se hace fuerte en un esquema basado en la acción rápida y frenética pero también en un trabajo sobre la comunidad para fomentar el uso de unas herramientas destinadas a ellos sobre las que todavía no han decidido cómo se proyectarán. A todo lo que hace Epic Games hay que prestarle mucha atención, pero cuando presenta un aspecto tan poderoso como éste es difícil no seguirlo muy de cerca.