El mundo de los videojuegos está repleto de historias apasionantes. Una de ellas nos llega a través del libro Disrupting the Game, escrito por Reggie Fils-Aimé, antiguo presidente de Nintendo of America. Cuenta el éxito de Wii, o más bien cómo estuvo a punto de echar por la borda uno de sus mayores reclamos comerciales: Wii Sports.
Estoy seguro de que el éxito de Wii se mide por la cantidad de personas no aficionadas a los videojuegos que se interesaron por Wii Sports. El concepto de coger un controlador (el wiimote) y moverlo en el aire imitando el movimiento de una raqueta, un bate o unos puños de boxeo atraía desde niños hasta abuelos. El juego fue protagonista en telediarios de todo el mundo, causante del destrozo de no pocas pantallas de televisor y hasta en Los Simpsons se dedicó un capítulo al fenómeno que generó. Pero probablemente lo que no sabías es que su maravilloso concepto podría haber caído en un saco roto. Si el juego fue tan exitoso, se debe en gran medida a que apareció junto a Wii de forma indivisible, como pack de lanzamiento de la consola. Wii y Wii Sports eran sinónimos, términos complementarios que demostraban la filosofía detrás del concepto de la máquina: levantarnos para mover el esqueleto en compañía y romper con la imagen tradicional del jugador solitario sentado en un sillón frente al televisor.
Sin embargo, Shigeru Miyamoto no quería que el juego fuera distribuido de manera gratuita. Al gurú no le entraba en la cabeza que se regalase un software que había costado tanto desarrollar: "No entendéis los retos de crear juegos", llegó a decir. ¿Y de quién salió la ingeniosa idea de hacer un pack? Del entonces presidente de Nintendo of America: Reggie Fils-Aimé. La perspectiva japonesa de defender el valor del trabajo realizado, chocaba con la agresividad comercial estadounidense. No era nada nuevo. En Sega ya ocurrió algo similar cuando Sonic the Hedgehog se puso a la venta junto a Megadrive.
La verdad es que ni el propio Satoru Iwata estaba convencido de este movimiento, y en un primer momento lo rechazó, diciendo que Nintendo no ofrecía su contenido de forma gratuita. Hasta tal punto llegó la cuestión, que Miyamoto planteó la alternativa de incluir Wii Play en lugar de Wii Sports, pero Reggie se mostró en contra de esta propuesta. No creía que fuese una experiencia tan atractiva y "completa". De hecho, lo que dijo es que era mejor que dicho juego se pusiera a la venta junto a un wiimote, estrategia que llevó a Wii Play a vender 28 millones de unidades (el quinto juego más vendido de Wii).
En definitiva, Reggie tuvo una visión de negocio impresionante con el lanzamiento de Wii, que explica en buena medida el éxito de la máquina. Es imposible prever qué es lo que habría ocurrido si Wii Sports se hubiese vendido por separado, pero a buen seguro no tantas personas hubiesen tenido acceso a las posibilidades de la máquina. Nintendo confiaba en que las sensaciones con el juego pasaran de persona a persona, y eso fue lo que ocurrió. Usuarios de todas las edades se animaron a probar un juego en mucho tiempo. No pocos compraron la consola solo para sujetar el wiimote y lanzar bolos.
Reggie tuvo una visión de negocio impresionante con el lanzamiento de Wii
Nintendo trató de trasladar el éxito a Wii Sports Resort, y de hecho lo consiguió, esta vez incluyendo un nuevo periférico (el Wii Motion Plus), alcanzando la también sorprendente cifra de 33 millones de juegos vendidos. Como veis, software y hardware han ido de la mano en esta serie de juegos deportivos, en una estrategia comercial impecable.
No sé en este punto cómo le saldrá a los japoneses con Nintendo Switch Sports, y es algo que me genera mucho interés. De momento, las ventas obtenidas no son nada espectaculares. Son tiempos diferentes, está claro, y lo que funcionó hace 15 años no tiene por qué hacerlo ahora (al menos al mismo nivel). O a lo mejor es que no está Reggie en la compañía para sacarse de la manga otra estrategia de escándalo. Nunca lo sabremos.