Call of Duty Ghosts: Dentro de la Saga

El año 2013 para Call of Duty es el año de Ghosts, y con él observaremos una evolución para la serie. Con intención de sacar partido de las máquinas de nueva generación, y de al mismo tiempo explotar las de la pasada, el juego busca avanzar en lo gráfico y en lo jugable. Todavía es una incógnita si lo conseguirá, pero vamos a dar algunas pistas entrando Dentro de la Saga: Call of Duty.

La serie Call of Duty es una de las que más éxito ha tenido durante esta generación, y eso se debe principalmente a su capacidad de reinventarse desde sus inicios en la Segunda Guerra Mundial, a la adopción como telón de fondo de una guerra contemporánea que le ha proporcionado sus mejores éxitos. Enganchar a los aficionados de distintas edades ha sido clave, especialmente gracias a un multijugador que se ha convertido en la clave jugable de un título que ha basado su éxito no sólo en sus ventas, sino también en la presencia de abundantes microtransacciones para ampliar sus abanicos de mapas: algo que ha irritado de sobremanera a más de uno, especialmente por sus altos precios.

Con sus entregas anuales hemos estado luchando en infinidad de campos de batalla, y tras el juego de Treyarch del año pasado les toca el turno a los creadores de la franquicia de retomar el testigo de su desarrollo. El nombre elegido para el nuevo Call of Duty ha sido Ghosts, un título que se lanzará a caballo entre una generación y otra, y que tiene la difícil tarea de reeditar las cotas de calidad de entregas precedentes. De hecho hemos dudado sobre si comparar para nuestro Dentro de la Saga al título que nos ocupa con Modern Warfare 3 o con Black Ops II, sin embargo finalmente nos hemos inclinado por hacerlo con el primero puesto que, de hecho, es el último que ha desarrollado Infinity Ward e incluso comparte algunos lazos argumentales con aquel.

JUGABILIDAD

• Experiencia tan espectacular y cinematográfica como siempre.
  
• El multijugador volverá a ser clave de su experiencia jugable.
  
• Guión de Stephen Gaghan, autor del de la película Traffic.
  

El que, si nada cambia, será el último episodio de la serie Modern Warfare, nos dejó también uno de los capítulos más discretos de la, por lo demás, extraordinaria franquicia bélica. Los motivos quedaron claramente relacionados con una sobreexplotación de los conceptos jugables y de contexto, y es que si bien el videojuego hacía los deberes con notable eficacia en todos los campos y ofrecía un producto muy compacto y sin fisuras, también le faltaba brillantez, capacidad de sorprender y chispa creativa para alcanzar las cotas de inspiración que sí lograron los dos primeros Modern Warfare. Campaña, parte on-line y el resto de la oferta del lanzamiento conformaban un todo con posibilidades de entretenimiento a largo plazo, pero quedó claro desde el comienzo que el salto que pretende ofrecer Ghosts era más que necesario.
La base jugable de Ghosts, a pesar de tratarse de un título intergeneracional que busca sacar partido del próximo ciclo de máquinas, es la misma que la de entregas anteriores. Hay pequeños cambios en el control para hacerlo más fluido y mejorar la naturalidad de todo lo que hacemos. Descubrimos mucho trabajo ahora detrás de las animaciones, pero hablamos de ellas en la sección de la experiencia jugable por su forma de afectar al manejo que propone este nuevo episodio. El cacareado perro, Riley, que ha sido objeto de muchas mofas durante la fase promocional del programa, tendrá una importancia capital. No sólo por ofrecer un rendimiento completamente distinto a lo que estamos acostumbrados a ver en cuanto a compañeros, sino también porque podremos darle órdenes y tendrá un "importante papel" según sus responsables.

La campaña, además, ofrecerá una gran variedad de situaciones y una relación entre personajes muy bien trazada para ganar en realismo y veracidad dentro de un hilo cargado de espectacularidad. El multijugador se va a beneficiar notablemente de todos los cambios en el movimiento que propone, y también de importantes mejoras en la personalización, con un nuevo sistema de perks, la presencia de mujeres seleccionables, más de una treintena de nuevas armas, un modo cooperativo que debuta y otras siete modalidades inéditas más para complementar una de las mejores ofertas del programa en este sentido: la variedad. Los mapas, por su parte, continúan presentando eventos caracterizados por su componente scriptado en el individual, pero también habrá muchos de un estilo más dinámico destinados al on-line. Hablamos entre unos y otros de terremotos o trampas explosivas, por poner sólo un par de ejemplos, que darán cierta aleatoriedad a unos mapas que buscan así combatir su componente estático del pasado.

GRÁFICOS

• Mejoras visuales particularmente notorias en consolas de nueva generación.
  
• Apartado artístico muy variado: con escenarios de muy distinta índole, desde la jungla hasta el espacio.
  
• Utilización de un renovado engine visual.
  

El último título de Infinity Ward dedicado plenamente a la actual generación de videoconsolas nos dejó un aspecto tan continuista en el apartado gráfico como ya hemos dejado claro que fue en el jugable. El motor ya había dado sus mejores réditos en el primer Modern Warfare, y sin apenas grandes cambios en la fórmula tecnológica, los resultados fueron muy parecidos a lo que llevábamos ya varios años viendo al margen de algunos ajustes sutiles aquí y allá. La variedad de la campaña y de los mapas competitivos fue, sin duda, el gran titular de un producto que mostraba muchos más réditos desde la óptica puramente artística que desde su ejecución gráfica.
Renovado motor gráfico con especial énfasis en sacar un buen partido de Xbox 360 y PlayStation 3, y por lo que hemos podido ir viendo en diferentes presentaciones todavía algo alejado de los niveles estéticos que esperamos de un Triple-A en Xbox One y PlayStation 4. Sí hay algunas sorpresas agradables para las máquinas Next-Gen como la promesa de 60 frames por segundo, que viene a apoyar la teoría de que la fluidez de la experiencia es una vez más fundamental para Infinity Ward, o la técnica Sub-D que añade polígonos para mejorar el aspecto de las superficies, además de una mayor calidad en las texturas. Asimismo, hay también más de 20.000 combinaciones posibles para personalizar a nuestro personaje on-line, con cascos, uniformes, equipamiento, accesorios, emblemas y un largo etcétera de alternativas.

SONIDO

• Uno de los grandes titulares habitualmente de la serie.
  
• Presencia de Eminem, que aporta un tema a la banda sonora.
  
• Efectos de sonido de gran calidad, y responsables de buena parte de la inmersión.
  

A pesar de que Modern Warfare 3 no contaba con la extraordinaria batuta de Hans Zimmer que sí habíamos disfrutado en la segunda entrega, lo cierto es que Brian Tyler consiguió llevar a cabo un extraordinario trabajo. Por lo que respectaba a los efectos de audio, el lanzamiento demostraba el extraordinario nivel que vienen demostrando los shooters bélicos en esta generación, que se han apoyado en ella para lograr las extraordinarias cotas de inmersión que han venido alcanzando. Aquel Call of Duty, además, llegaba a nuestro país traducido y doblado a nuestro idioma con un muy buen nivel.
Del sonido de Ghosts es de lo que menos sabemos del nuevo Call of Duty. Su banda sonora sigue sumida en el misterio, y es que a parte del tema que se ha promocionado interpretado por Eminem y gestado como adelanto de su nuevo disco, el resto de pistas sobre la música son escasas. Esperamos, sin embargo, el mismo mimo habitual para los efectos de sonido y, asimismo, para unas voces que llegarán dobladas a nuestro idioma, esperemos, con el buen hacer habitual.

INNOVACIÓN

• Novedades en forma de modalidades, armas y posibilidades para el multijugador.
  
• Presencia del perro como acompañante al que darle órdenes.
  
• Campaña cargada de escenarios y situaciones cambiantes.
  

La innovación de Modern Warfare 3 fue una de las grandes decepciones de la serie, puesto que apenas aportó nada de interés. A pesar de las críticas vertidas desde ciertos sectores de aficionados sobre la IP Call of Duty, lo cierto es que los dos primeros capítulos del binomio dedicado a la guerra contemporánea desarrollados por Infinity Ward habían sido tan revolucionarios que dejaron fijados los cánones en cuanto a campaña y multijugador que el resto de los shooters y juegos de acción en tercera persona han venido adoptando con el paso del tiempo. Lamentablemente el videojuego de 2011 aportó muy pocas cosas de provecho, más allá de algunos añadidos cuyo interés no tenía una relevancia tan importante como lo que habíamos venido viendo en el pasado. Se comenzó, no sin razón, a afirmar que la serie había tocado techo en cuanto a incorporaciones, y que hacía falta una revolución que Black Ops II trataría de adoptar con su apuesta por el futuro sin tampoco el éxito del pasado.
La innovación es el habitual caballo de batalla de los grandes sagas con entregas de carácter anual, y en el caso del nuevo Call of Duty no podíamos hablar de una excepción. Para saber si Ghosts supondrá un nuevo comienzo que rompa con la previsibilidad de su predecesor todavía tendremos que esperar, pero de momento hay algunos motivos que invitan al optimismo. El prólogo de la campaña ambientado en la estación espacial Odin promete ya de principio una gran sorpresa jugable gracias a la gravedad cero, sin embargo de Infinity Ward esperamos propuestas diferentes en otros capítulos motivadas por los telones de fondo cambiantes, y también confiamos en que el añadido del perro tenga una proyección jugable clara más allá del efecto cosmético de su presencia. Del multijugador, por el contrario, ya se han anunciado nuevas modalidades, armas inéditas y un renovado sistema de perks para esbozar un aspecto remozado en toda esta parte.

LA PREGUNTA