El encanto de Yoshi no conoce límites, y Nintendo se empeña en que con cada título vaya a más. Ahora el tejido escogido es la lana, tan suave como un personaje que otra vez se defiende a base de saltos y muchos huevos. Lanzamos unos cuantos para contaros cómo ha tejido Good-Feel el prometedor Yoshi's Woolly World.
Hay videojuegos en Nintendo que te hacen sentir por un momento como si estuvieses en otro mundo, como si cualquier problema que tienes perdiera importancia. Estos sentimientos han acudido de nuevo a nosotros tras probar Yoshi's Woolly World, al tiempo que hemos recordado algunas de las palabras que recibió Shigeru Miyamoto durante la recepción del Premio Príncipe de Asturias: "Con su gran imaginación, ha conseguido crear sueños virtuales, capaces de traspasar fronteras ideológicas, étnicas y geográficas".
Es cierto, Yoshi en realidad fue creado por un señor llamado Shigefumi Hino, partícipe en el primer Super Mario World, pero en la Gran N todos comparten este sentir, esta forma de entender el videojuego. Por ello, cuando juegas a este nuevo título de Wii U resurgen otra vez todas esas sensaciones, las de un universo único con personajes carismáticos que consiguen abstraernos de la realidad.
Por suerte, la magia de este videojuego no sólo radica en ese importante detalle, sino también en su genial apartado artístico. Parece que este año la cosa iba sobre hacer títulos basados en distintos materiales. La plastilina de Kirby y la lana de Yoshi. El resultado en este videojuego no es sólo un aspecto encantador, sino un diseño que responde a mecánicas. Si nuestro personaje tira de un hilo con su lengua, un nuevo camino se abre. Si lanzamos un huevo de lana en el lugar indicado, tejeremos una nueva plataforma. Es el arte de Nintendo, pero con sentido jugable, que es al final lo que importa.
Puro Yoshi
Yoshi's Woolly World no va a ser el mejor videojuego para Wii U, tampoco el más completo o desafiante. Sin embargo, sí es una experiencia que encaja dentro de su catálogo, la de un Yoshi con todas las letras, y con ello nos referimos más a una experiencia relajante que a una cargada de adrenalina. Simpático, dulce y con una explosión de alegría a cada paso que damos, con esos detalles únicos marca de la factoría con sede en Kyoto.
Takashi Tezuka es el encargado de orquestar un plataformas que está en realidad desarrollado por Good-Feel, que por cierto no es la primera vez que teje un juego con lana: ya lo hizo en Kirby's Epic Yarn. En aquella época los resultados fueron muy buenos, y ahora os adelantamos que tampoco nos van a decepcionar. No sabemos aún el número de mundos, pero teniendo en consideración lo que nos ha llevado el primero de ellos (hora y media) podemos esperar un disfrute duradero.
Yoshi vuelve a hacer lo que mejor sabe. Saltar, patalear en el aire para llegar más alto, realizar su mítico ataque en caída y, sobre todo, lanzar huevos. Dinámicas de siempre pero ahora tejidas con lana. Los enemigos se deshacen en hilos al alcanzarlos con la lengua del dinosaurio, mientras que las distintas formas que va adquiriendo nuestro personaje (moto, paraguas, gigante…) responden a la creatividad que proporciona este particular tejido. La jugabilidad es variada, con distintas situaciones a lo largo de la aventura.
Podemos ver a nuestro Yoshi gigante arrasando con todo mientras avanza en scroll horizontal, verlo convertido en moto desafiando a la gravedad, mantener pulsado el botón para accionar su forma de paraguas y ver cómo vuela por el escenario, etc. Luego además disponemos de algún que otro minijuego de muy corta duración, consistente en recoger todas las gemas que podamos. Y por último están los jefes finales, como Burt the Bashful. Metedlo en un buscador, seguro que os suena de algo...
Es un juego fácil, muy asequible, incluso más si optamos por controlar a un Yoshi alado en el "modo relajado" (curioso nombre dado lo relajado que ya es el juego en sí). Se trata de una opción pensada para los más pequeños de la casa, y sinceramente, no es para los que estáis leyendo este artículo. Pero tampoco conviene asustarse. No es que se nos haya dejado en la cuneta, sino que este Yoshi es para jugarlo al 100%, y cuando nos referimos a esto queremos decir que la verdadera diversión no está en los desafíos, sino en los coleccionables.
O tal vez no habría que separar conceptos. Los coleccionables siempre han sido desafíos en esta licencia, y nos atreveríamos a decir que el primer reto, lo que verdaderamente importa. ¿Quién no iba a por todas las margaritas en otros Yoshis? ¿Quién no se hacía con cada una las pequeñas estrellas? ¿Quién no sufría por encontrar hasta el último secreto? Esto regresa tal cual, con los mismos coleccionables que hemos mencionado en las preguntas. Es una seña de identidad. Recorrer los decorados de arriba a abajo es parte de la diversión.
Por ello, es un juego en el que el cooperativo cobra una importancia crucial. Hemos jugado el primer mundo y no nos imaginamos hacerlo en solitario. Tener a alguien al lado, colaborar y al mismo tiempo competir para ver quien consigue más objetos en cada nivel es un ingrediente especial, la chispa de Yoshi's Woolly's World. Se admiten dos jugadores, y además cada uno puede escoger entre un buen abanico de Yoshis tuneados en lana. Hasta en estos detalles Nintendo nos hará soltar una sonrisa.
El GamePad no se aprovecha nada más que como pantalla secundaria (si queremos prescindir del TV). No hemos visto funciones online, pero hay soporte para amiibos, en particular ese conjunto de tres Yoshis de colores que aparecerá junto al juego. Os hablaremos en el futuro sobre su utilidad en el juego, pero ya os adelantamos que va a ser interesante.
Hasta entonces haceros a la idea de que Yoshi's Woolly World va a hacer honor a la saga que representa, ni más ni menos. Es un Yoshi, un título que nos embauca a su manera. Decid apartado visual encantador. Decid jugabilidad para todos los públicos. Decid coleccionables. Decid transformaciones. Decid, en definitiva, Yoshi. El 26 de junio lo tendremos entre nosotros, pero sinceramente creemos que Good-Feel está tejiendo un buen videojuego.