El lado más clásico del poder del Maná vuelve una vez más a una consola de sobremesa. El que aquí conoceríamos como el nuevo Secret of Mana, llega para proponer una serie de novedades con las que dar aún más acción al mítico RPG que atravesó hace más de diez años nuestras fronteras. La principal diferencia es que ahora todo será tridimensional, por capítulos; pero manteniendo las bases de una historia antológica. Dawn of Mana nos invita a conocer el origen de la leyenda.
Noviembre de 1994 queda ya muy lejos, pero fue una fecha más que importante dentro del género de los RPG, por lo menos en Europa. Ese mes salió a la venta Secret of Mana, uno de los primeros RPG para el cerebro de la bestia (Super Nintendo) que se atrevían a nutrir un género hasta ese momento poco reconocido por nuestras tierras. Tan poco reconocido que cuando unos años después llegaron Illusion of Time (Enix) y Secret of Evermore (Square), tuvieron que hacerlo con una traducción al castellano además de con unas guías que los más veteranos seguro que todavía recordarán.
No cabe duda de que tanto Illusion of Time como Secret of Evermore tuvieron un importante papel a la hora de propiciar una llegada más fluida de títulos RPG a nuestras tierras, pero no menos crucial fue la labor de Secret of Mana, que sin traducción y sin guías supuso una llamada de atención a las oficinas de unas distribuidoras que inmediatamente comprendieron las oportunidades que estaban dejando pasar. La serie Seiken Densetsu (como se conoce en Japón a Secret of Mana) se hizo un hueco entre nosotros rápidamente, no sólo por su esquema de juego innovador y directo, sino también por una historia que nos ponía a un gran árbol como elemento articulador de la acción.
El mundo de Mana se amplía
Aquel árbol del Maná escondía sin duda un secreto que se prolongó a lo largo de los muchos títulos que componen a día de hoy el World of Mana, denominación para la colección de videojuegos construidos bajo las ideas de Koichi Ishii. Unas llegaron a Europa y otras, desgraciadamente, no. Podría ser el caso de Dawn of Mana, videojuego de Square Enix para una PlayStation 2 que no está haciendo ya muchos amagos de traer nuevos videojuegos a su catálogo. Y sobre todo éste, que tiene más de un año de antigüedad en el mercado nipón y cerca de seis meses en el estadounidense.
No hay intenciones para traer este videojuego, a pesar de que la franquicia tiene antiguos adeptos que seguramente esperan con impaciencia algo que no solamente venga con el sello de Koichi Ishii, sino que también incorpore la denominación de origen dada por el nombre Secret of Mana. Y es que, extraoficialmente, este videojuego sería la tercera parte de la saga que comenzó a venderse en Europa durante aquel año 1994. Un videojuego que, al igual que los que iniciaron la leyenda del árbol de la vida, se caracterizará por una acción que nada tendrá que ver con las batallas por turnos que tan famosas hicieron a otras series como Final Fantasy.
Un Action-RGP con más acción que nunca
Dawn of Mana será un Action-RPG en toda regla, aunque con la lógica evolución que nos propone saltar de las dos dimensiones de hace más de diez años al aspecto tridimensional ya estandarizado en la actualidad. El salto generacional se nota, y no sólo en los gráficos, sino también en la jugabilidad, la cual se ha visto influida por el uso del motor Havok (empleado en títulos como Half-Life). Ahora seguiremos la acción desde un punto de vista que pasará de la cámara aérea a otra más cercana al protagonista y que se situará justo detrás de él (tal y como si estuviéramos en una aventura al estilo Zelda: Ocarina of Time).
Toda la acción será en tiempo real, realizando una fusión entre RPG, acción y aventura aún más marcada que en el pasado. De hecho, se pierden características RPG en favor de los otros dos factores. Tanto, que el videojuego se dividirá en fases que comprenderán hasta ocho capítulos en los que nos pondremos en la piel de Keldy, un chico elegido por el árbol del Maná para defender al mundo del poder de la oscuridad. Un maléfico poder encarnado en la figura de Stroud, el cual busca desesperadamente la llave de Mavolia con el fin de despertar al mal que había sido sellado durante tantos años. Como es de esperar, el famoso árbol tendrá mucho que ver en la aventura, pero también los amigos que iremos conociendo a lo largo de una historia repleta de giros emocionantes.
Vuelven viejos conocidos
Giros todos ellos que nos llevarán a través de una tierra de fantasía repleta de nuevos y viejos enemigos de la serie, desde los conocidos champiñones a un cangrejo gigante con muy malas espinas. Para defendernos de ellos tendremos múltiples movimientos a nuestra disposición: atacar, saltar (incluido el doble salto), usar una especie de tirachinas, empujar objetos para aturdir a los enemigos, rodar, defendernos de los ataques... Para avanzar usaremos el stick analógico izquierdo y para mover la cámara nos las arreglaremos con el derecho (la cámara no es perfecta, pero gracias al control manual se podrán corregir los posibles errores).
Completando a los movimientos tendremos a varios espíritus que se pondrán de nuestro lado. Respondiendo a los nombres de Wisp (espíritu de la luz), Salamander (espíritu del fuego), Undine (espíritu del hielo), Jinn (espíritu del viento), Gnome (espíritu de La Tierra), Dryad (espíritu de los árboles), Shade (espíritu de la oscuridad) y Luna (espíritu de la luz de la Luna), estos místicos seres se encargarán de potenciar nuestro ataque o, en algún que otro caso, de recuperar nuestra vida. Cada uno tiene una particularidad, algo que seremos capaces de descubrir a medida que avancemos en la aventura.
Combos, interactividad y mucho colorido
Saber usarlos en el momento correcto será muy importante, casi tanto como guardar la partida gracias a los puntos de guardado, los cuales se nos irán presentando de tal forma que cuando perdamos la vida no tendremos que volver a comenzar la aventura con las manos vacías. Unas manos que, por otra parte, deberemos de usar certeramente para conseguir el máximo número de combos por capítulo. Si así lo hacemos, nuestra calificación de final de fase aumentará, aunque también se tendrán en cuenta muchos otros aspectos como la cantidad de enemigos derrotados o el tiempo que hayamos tardado en completar el nivel en cuestión.
Para ponernos las cosas más fáciles, siempre podremos optar por lanzar una roca enorme a los enemigos o destruir un pilar para que los rivales se caigan de él, por ejemplo. El escenario es altamente interactivo gracias al poder del motor Havok pero especialmente gracias al conocido como Mono System. Él será el culpable de que casi todos los elementos de la aventura sean, de una manera u otra, manipulables. Pocos títulos RPG pueden presumir de una característica como ésta, en este caso favorecida por un apartado gráfico que (aunque se le notan dos años de antigüedad) se muestra colorido y capaz de representar la vena artística tan peculiar de World of Mana.
La serie Mana se reinventa
Los gráficos tienden, por tanto, a hacernos recordar otros títulos dentro de la serie, aunque se diferencia tremendamente en lo que respecta al diseño de niveles. El nuevo enfoque del título (menos orientado al RPG) le ha hecho perder esa libertad para recorrer el mundo. La aventura en Dawn of Mana se hace más lineal, y eso es algo que queda más que patente si nos ponemos a recorrer unos niveles que pocas veces nos sumirán en el desconcierto de decidir a dónde ir. Más combate y menos exploración, una fórmula arriesgada pero a la vez innovadora para la serie.
A los usuarios les toca decidir si todos estos cambios sientan bien a un videojuego que parte de un pasado realmente memorable. Secret of Mana hoy en día sigue siendo considerado uno de los mejores videojuegos de la historia y permanecerá ahí por mucho tiempo. Dawn of Mana no será capaz de repetir aquel éxito, pero es un testigo del importante papel que tuvo su antepasado. Merecería la pena volver a recuperar una vez más la saga por nuestras tierras, aunque fuera sólo para que no pocos volvieran a ser conscientes del poder del Maná en una videoconsola de sobremesa.