Wolfenstein The New Order: Impresiones jugables exclusivas

Wolfenstein The New Order: Impresiones jugables exclusivas
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Año 1960. La Segunda Guerra Mundial se ha saldado con la victoria nazi. Alemania controlada, Francia ocupada, EEUU conquistado, Reino Unido anexionado... Todo es una auténtica pesadilla, y B.J. Blazkowicz se levanta en medio del desastre tras años en coma. Así comienza el nuevo Wolfenstein, con un orden que deberemos derribar como mejor sabemos: armados de balas y mucha rabia. Regresa un clásico del género shooter. Es hora de disparar...

Si sois de aquellos jugadores que disfrutaron a principios de los noventa con el mítico Wolfenstein 3D, enhorabuena, formáis parte indispensable de la historia de los videojuegos. El título de id Software consiguió allá por el año 1992 popularizar el género de los FPS hasta límites insospechados, suponiendo un punto y aparte dentro de nuestra querida industria. Matar nazis se puso de moda, generando un legado que tuvo su continuación en el sobresaliente Return to Castle Wolfenstein y en el último exponente del año 2009.

Pero la guerra contra el ejército de Hitler no ha terminado. El pasado mes en 3DJuegos descubrimos en exclusiva que la laureada licencia tendrá otro juego más, en esta ocasión fruto de la colaboración entre Bethesda y MachineGames. Y seguro que no os suena de mucho este último nombre. Es un estudio nuevo, de origen sueco, pero que está compuesto por desarrolladores veteranos, algunos de ellos procedentes de Starbreeze, los reputados autores de Las Crónicas de Riddick o The Darkness.

Es decir, muchas esperanzas para un Wolfenstein: The New Order que se nos plantea como un "reboot" enfocado a otorgarnos una nueva visión sobre el héroe B.J. Blazkowicz y su particular lucha contra los hombres de las SS. Eso sí, esta vez en una época alternativa (avanzando unos años en el tiempo) y una jugabilidad que es puramente shooter, pero con muchos toques de aventura. Enemigos imposibles, armas del futuro y locura antinazi en una obra que respira el espíritu del original, pero sin alejarse de las tendencias actuales. Ese es el objetivo principal del estudio escandinavo con este nuevo título de disparos, que no sólo estará con nosotros muy pronto (finales del 2013), sino también en todas las plataformas posibles: 360, PS3, PC y consolas de próxima generación.

Tendremos entre nosotros un nuevo Wolfenstein con todas sus letras, pero con una importante carga de aventura. Ahora ya no será todo disparar...
Tendremos entre nosotros un nuevo Wolfenstein con todas sus letras, pero con una importante carga de aventura. Ahora ya no será todo disparar...

Malditos bastardos
Los más veteranos recordarán que Wolfenstein 3D se desarrollaba en plena Segunda Guerra Mundial, con un espía adicto a las balas y el ruido. Él era B.J. Blazkowicz, que por supuesto vuelve para ser el héroe en Wolfenstein: The New Order. La diferencia es que ha pasado algo de tiempo -estamos en los sesenta- y los nazis han conseguido dominar el mundo. Nueva York cayó en 1948 y Londres en 1960. Las naciones más poderosas están doblegadas en un futuro muy diferente del que todos conocemos (fueron las tropas de Hitler las que visitaron la luna), y en el cual nuestro protagonista despertará para seguir repartiendo justicia.

Así es como nos explican los desarrolladores suecos la manera en que se ha conseguido traer al icónico personaje de vuelta, mediante el pretexto de su coma y aislamiento durante dos décadas en un centro médico de Polonia. Todo lo demás os lo podéis imaginar. Balazos a diestro y siniestro nada más despertar, con los nazis asediando el lugar y nuestro personaje viajando hacia diferentes emplazamientos del globo para poner las cosas en orden. Él será no sólo el detonante para reavivar el movimiento de resistencia latente en Berlín, sino también pieza clave en este proceso bélico por la recuperación de la libertad.

Esta es, en esencia, la base argumental del juego, uno en que el clásico héroe (inspirado en las figuras hollywoodienses del cine de acción de los 80) gana en profundidad, no sólo diciendo tacos mientras acaba con sus enemigos, sino también mostrando cómo le afecta la guerra. El conjunto se baña con esa mezcla entre misticismo, tecnología futura y líderes casi demoníacos que ha caracterizado a la licencia Wolfenstein. Tendremos nuevos compañeros, por supuesto, como una misteriosa enfermera que nos seguirá desde nuestra salida de tierras polacas, así como viejos conocidos. Los guiños a otros juegos están garantizados.

Por supuesto, la acción shooter será fundamental, pero también tendremos secuencias de conducción, montando en robots y hasta debajo del agua.
Por supuesto, la acción shooter será fundamental, pero también tendremos secuencias de conducción, montando en robots y hasta debajo del agua.

Clásico y moderno
Reescribir la historia. Esa es de forma resumida nuestra tarea en Wolfenstein: The New Order, y para lograrlo deberemos derrocar a la poderosísima maquinaria de guerra nazi recorriendo cantidad de escenarios europeos. ¿Cómo? Pues está claro, en primera persona y con un arma asomando por la pantalla. El tradicional esquema FPS regresa, recuperando algunos elementos clásicos (olvidaros de la vida autoregenerable) al tiempo que se incluyen características del presente (como los eventos escriptados).

La finalidad es construir un shooter actual pero recuperando esas buenas costumbres que se perdieron con el paso del tiempo. Hablamos, por ejemplo, de la tradicional barra de vida y del escudo que nos ayudaba a no caer en el terreno de batalla demasiado pronto. De hecho, los autores no ocultan en momento alguno que el clásico Wolfenstein 3D fue su referencia principal a la hora de elaborar este título, y eso sin perder de vista a otros grandes representantes de la franquicia, como el imponente Return to Castle Wolfenstein, el cual logró reavivar la esperanza de los fans allá por comienzos de siglo.

Estos han sido los pilares sobre los que se ha construído este nuevo programa, elaborado por MachineGames, pero supervisado muy de cerca por id Software, en el sentido de que han ayudado a mantener el concepto original, al tiempo que prestan su genuino motor gráfico: el id Tech 5. Todo esto es lo que hace posible una revitalización que nos plantea el viaje personal de B.J. Blazkowicz, uno que ya se nos ha dicho que "no será corto, más bien largo", y que no tendrá multijugador. Los suecos se consideran como una compañía enfocada a las campañas para un solo usuario: "Preferimos centrarnos en lo que sabemos hacer bien, esforzándonos al máximo por obtener el mejor resultado posible". Esa es la filosofía.

Arsenal antinazi
Así pues, podemos ya confirmar que la campaña individual va a ser la única opción posible, un recorrido shoooter que, eso sí, promete ser tan intenso como clásico. Puede que viéramos proliferación de eventos escriptados y un avance en ocasiones algo encorsetado (poco intuitivo a veces), pero nos agradó el hecho de que no existiera ayuda al apuntado -al menos en la demo mostrada-, detalle que convertía a los enfrentamientos contra robots, supersoldados y tropas de asaltos nazis en un auténtico desafío (incluso a pesar de encontrarnos en el tercero de los cinco grados de dificultad disponibles).

Otro factor crucial para cualquier Wolfenstein son las armas, y es un alivio comprobar que MachineGames no ha pasado por alto este detalle. Gozamos de pistolas, rifles de asalto, escopetas y hasta arsenal retro para los más veteranos. Podemos hacer uso de ellas a dos manos, y no faltan las ametralladoras fijas, así como secciones en las que ponernos a bordo de una estructura robótica mecanizada.

Pura adrenalina para un videojuego en el que tendremos otro tipo de artilugios, como una especie de láser para abrirnos paso a través de vallas metálicas, o un particular juguete -de nombre impronunciable- con la característica especial de que puede cortar metales de todo tipo. Para los diseñadores ha sido importantísimo crear este tipo de armas, en este caso particular porque "permite a los usuarios no sólo avanzar por nuevas zonas, sino además practicar otro tipo de combate más táctico contra los enemigos. ¿Te imaginas destrozar la cobertura de aluminio que protege a tu rival? Pues aquí es posible". En resumen, posibilidades muy interesantes que se completan con la opción de mejorar algunas armas (no todas).

¿Robots nazis? Preparaos para contemplar los experimentos más surrealistas, siendo el más común de los platos estos enormes bichos de metal. Serán muy duros de roer.
¿Robots nazis? Preparaos para contemplar los experimentos más surrealistas, siendo el más común de los platos estos enormes bichos de metal. Serán muy duros de roer.

No solo disparos
"No estamos creando sólo un shooter. Por supuesto, es un FPS, pero no como los demás". Así se expresan en MachineGames cuando se les pregunta por la diferencia entre Wolfenstein: The New Order y el resto de videojuegos en el mercado. Y es que la obra de los suecos contiene una particularidad: su componente de aventura. El diseño de niveles, a pesar de resultar algo lineal en ocasiones, no posee caminos evidentes. Debemos abrirnos paso activando interruptores e interactuando con mecanismos más complejos. Hasta tenemos situaciones que podríamos catalogar como puzles.

Aparte, hay secciones en las que conversar con otros personajes, así como multitud de espacios secretos a descubrir. La acción de saquear enemigos en busca de munición o vida tampoco está introducida al azar, y tiene la finalidad de que nos demos un paseo por los decorados antes de continuar con los balazos. Incluso, si somos avispados, podríamos hallar alguna mejora para nuestro indicador de salud. Y si todavía no os creéis la fuerte naturaleza aventurera de este nuevo Wolfenstein, sólo hay que prestar atención a las acciones que se han introducido, desde infiltrarnos en instalaciones de alta seguridad hasta conducir vehículos.

Persecuciones sobre ruedas, manejo de robots y alguna parte en la que deberemos luchar bajo el agua constituyen ejemplos de que estamos ante algo más que un juego de disparos. Pero tenemos otro detalle adicional que seguro que os impacta más. Según nos han revelado los desarrolladores en una entrevista, al comienzo del juego se nos pedirá tomar una decisión, la cual afectará al desarrollo del resto del mismo. "No es algo que vaya a cambiar radicalmente la historia", según nos dijeron, "pero sí que os acercará un enfoque distinto". Con ello, puede que tenga más sentido la rejugabilidad, apoyada en un sistema de repetición de misiones cuyos pormenores desconocemos, aunque estará presente.

Un aspecto que nos llamó la atención es que se conservará el idioma alemán para los nazis (con subtítulos). ¡Así puede que les lleguemos a odiar un poco más!
Un aspecto que nos llamó la atención es que se conservará el idioma alemán para los nazis (con subtítulos). ¡Así puede que les lleguemos a odiar un poco más!

El regreso de Wolfenstein
Un shooter clásico pero con ingredientes actuales, adrenalina a raudales, algo de aventura... Sabemos muchas cosas ya sobre este "reboot", menos su apartado visual. Nosotros ya lo hemos visto en un PC, y aunque no sorprenda en exceso, sí que se nota el interés por acercarnos cuanto antes la "next-gen". Esto se manifiesta en Wolfenstein: The New Order con luces volumétricas y efectos de partículas. Tenemos elementos destructibles -algo limitados- y una fuerte carga sanguinolenta, representada por algunas armas capaces de hacer estallar a enemigos en pedazos creando una auténtica carnicería.

Luces y sangre son pues los estandartes de un juego que en las nuevas PS4 y Xbox 720 presentará una mejor resolución y texturas de más calidad, pero nada diferente en términos jugables. El id Tech 5 promete en este sentido hacer gala otra vez de su poderoso carácter reescalable, dando cabida a un trabajo artístico realmente intenso, preocupado en mostrar cantidad de localizaciones europeas (como Londres) desde una renovada óptica: la de la ocupación nazi. Ver estos entornos recubiertos por su simbología, con banderas e incluso figuras de astronautas alzando el brazo derecho es toda una experiencia, con seguridad lo más sugerente de la obra.

Si a esto le sumamos la paranoia Wolfenstein, con seres experimentales y grandes robots nazis, el espectáculo gana en intensidad, más cuando sabemos que se ha pretendido dar al conjunto un aspecto cinematográfico, algo a lo que contribuyen de forma determinante las numerosas secuencias de introducción (todas ellas generadas por ordenador). Eso, unido a la música tecno-rockera y a los comentarios irreverentes de nuestro protagonista -estilo Duke Nukem-, nos da un regreso a las raíces de Wolfenstein, pero adaptado a la moda shooter actual. Esperemos que el enfoque sea el adecuado y que para finales de año tengamos al B.J. Blazkowicz más descarnado y divertido de cuantos hayamos controlado.

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