Raro ha sido el año en que Sonic se ha perdido la cita con el E3. El erizo de Sega lo ha intentado en múltiples ocasiones, unas con más suerte que otras. Pero parece que en esta ocasión la velocidad azul puede recuperar toda su magia con Sonic Lost World, un videojuego que combina niveles 2D con otros 3D dentro de un conjunto de jugabilidad tan clásica como esperanzadora. ¿Esta vez sí?
"Esta vez sí". ¿Cuántas veces habremos escuchado decir esto cada vez que se ha anunciado un nuevo videojuego de Sonic? La afición por el erizo azul alcanza a un gran número de usuarios. Es un personaje con más de 20 años de edad, un auténtico icono de la industria del entretenimiento. Por tanto, se espera mucho de él cada vez que reaparece. Ese viejo sentimiento se repite esta vez con Sonic Lost World, pero a diferencia de otras aventuras del puercoespín, ahora sí que puede que se haga posible el sueño.
La franquicia del Sonic Team se reinventa, proporcionándonos un enfoque más plataformero pero menos veloz. El propio productor del juego, Takashi Iizuka, ha sentenciado que esta ha sido una decisión premeditada, huyendo de la vertiginosa velocidad presente en los últimos Sonic Colors y Sonic Generations. Se apuesta por un esquema plataformero más tradicional, y en consecuencia por un mayor control sobre Sonic.
Grandes noticias si consideramos que esto es algo que se percibe a la hora de sujetar el mando, con una jugabilidad mucho más equilibrada. Y esto no quiere decir que nuestro protagonista haya dejado de crear una estela allá por donde pasa. Mantiene sus atributos en un conjunto de niveles tanto diseñados en 2D como en 3D. Y todo dentro de una trama donde Sonic y sus amigos lucharán por salvar a Lost Hex de un grupo de villanos conocido como los Mortíferos Seis.
Las galaxias plataformeras de Sonic
Mucho se ha hablado ya sobre las influencias que ha recibido Sonic Lost World, en particular por algunas de sus fases, las cuales presentan grandes similitudes con la esencia de Super Mario Galaxy. Su máximo responsable, el japonés Iizuka, no ha ocultado la inspiración, confirmando de paso que su equipo nunca tuvo en cuenta a aquel cancelado Sonic X-treme a la hora de diseñar esta nueva aventura.
Curiosas declaraciones para una obra que aún así se siente como puro Sonic, reteniendo la magia de los plataformas de la época de los 16 bits. Para lograrlo, se apuesta por un sistema de control muy eficaz, basado en mover el stick para desplazar al erizo y en apretar un gatillo con el fin de ganar velocidad. Sonic puede adicionalmente hacerse bola para ejecutar su mítico "spin-dash", así como poner en práctica un sistema de navegación por el escenario que le permite sortear ciertos obstáculos sobre la marcha, como árboles, sin perder el ritmo.
Por supuesto, no podemos olvidarnos de los ataques, en esta ocasión definidos por el "homing attack" y por una ofensiva con patada (ambos teledirigidos) que es completamente nueva en esta entrega. Brillantes introducciones que encajan a la perfección con el esquema de juego, muy basado en recorrer niveles desde un punto hasta otro siguiendo el camino preestablecido por los diseñadores de Sega. En definitiva, el planteamiento tradicional de la serie, el cual vendrá acompañado de algunos poderes especiales que deberemos descubrir en futuras tomas de contacto.
Lo que por el momento podemos confirmar es que este Sonic se siente como uno de los mejores en la franquicia. Es una continua exhibición del erizo, que será mejor y más satisfactoria cuando mayor sea la habilidad del usuario. Esto es algo que siempre ha ocurrido con la saga, de forma que ver jugar a una persona habilidosa crea una gran impresión sobre la calidad del videojuego.
Por ello, intuimos que la rejugabilidad será clave para sacar el máximo partido de Sonic Lost World. Las fases no son sencillas, contienen partes conflictivas, así que la repetición de niveles está asegurada, algo que a su vez hará que nos gustemos más, que nos soltemos y que disfrutemos plenamente en el momento en que nos aprendamos las claves de la fase en cuestión.
Esto será algo que ocurra tanto en escenarios con "scroll" lateral como en decorados plenamente enfocados en una jugabilidad 3D. Ambos estilos de nivel, de hecho, se irán alternando de forma equitativa durante nuestro periplo de velocidad, suponiendo una gran idea en términos de variedad y diversión. El diseño del juego, en este sentido, resulta muy acertado, al adornarse con los clásicos loopings, propulsores y también vertiginosas caídas libres.
Durante este E3, y hablando con los responsables del juego, tuvimos además ocasión de conocer que el videojuego tendrá soporte para dos jugadores, uno manejando el binomio wiimote-nunchuk y otro sirviendo de apoyo con el GamePad. La función "off-screen" ha sido igualmente confirmada, una extraordinaria noticia para aquellos que quieran llevarse al erizo azul a cualquier rincón de la casa.
Desgraciadamente, y a pesar de terminar nuestra partida con una extraordinaria sensación, no pudimos rematarla con la prueba de la versión para Nintendo 3DS, que por otro lado debe ser considerada como independiente. Contará con un diseño de niveles completamente original y específico, con muchas partes de jugabilidad 3D y potentes características de conectividad (soporte para cuatro usuarios simultáneos -tanto local como online- y la presencia de varios modos de juego entre los que se encuentra la batalla).
Tanto la versión para Wii U como la dedicada a 3DS (diseñada esta última por Dimps) llegarán a las tiendas hacia finales de año, momento en el que podremos comprobar realmente si el puercoespín ha recuperado el esplendor de sus mejores momentos en la industria del videojuego (la mayor parte vividos durante la década de los 90).