Año 2025. El futuro no es como lo imaginábamos y tras varios años de deseos y anhelos de cambio, lo que viene para la saga Call of Duty también es muy distinto. Advanced Warfare es el primer título de la serie en mucho tiempo que va a contar con 3 años de desarrollo a sus espaldas, y los beneficios parecen obvios. ¿En el 2014 recuperamos la esperanza? Todo depende de Sledgehammer Games.
La promesa del año pasado con Ghosts fue ambiciosa, pero no se consolidó ni mucho menos. Desde Activision se nos auguró una gran revolución para la serie, y lo que tuvimos entre manos fue un buen juego de acción, pero que distaba mucho de aportar la evolución que la marca empezaba a necesitar con urgencia y que estaba muy lejos de la brillantez del pasado de la serie con sus puntos álgidos de los dos primeros Modern Warfare o de algunas de las entregas ambientadas en conflictos históricos. Dicho esto la idea que hay detrás de Call of Duty: Advanced Warfare puede sonar a chamusquina a unos y, al mismo tiempo, a rayo de esperanza para otros. Nuestra labor, como siempre en estos casos con un juego que acaba de anunciarse, no trata de inclinarnos por una u otra corriente sino más bien por limitarnos a contarte lo que hay.
Recientemente se ha hecho pública toda la información sobre el título en un banderazo de salida en exclusiva del magazín norteamericano GameInformer, y ahora gracias a ellos ya estamos en condiciones de contarte todo lo que se sabe por ahora del primer Call of Duty que va a desarrollar en exclusiva Sledgehammer Games. ¿Quiénes son? Los antiguos creadores de la serie Dead Space, Michael Condrey y Glen Schofield, que comandan un estudio de reciente fundación que ya hizo sus pinitos en testimoniales colaboraciones en algunos de los episodios precedentes. Es pronto para saber si todo esto va a deparar el regreso de la IP a su antaño legendario estado de forma que convirtió a distribuidora norteamericana en el Rey Midas de la industria del videojuego, pero algunos ya ven motivos para la esperanza.
It's Evolution, Baby
La franquicia Call of Duty quiere dejar de lado las polémicas que durante los últimos años la han azotado, lo que significa eliminar del horizonte las demandas legales, las protestas de la comunidad por el alto precio de sus productos y las constantes acusaciones de sobre-explotación. ¿Cómo hacerlo? El primer método parece todo un acierto, y es el de sumar un nuevo estudio para trabajar de forma independiente en la IP lo que supone que, con Treyarch, Infinity Ward y ahora también Sledgehammer Games, se amplía el tiempo de producción de cada título a tres años por los dos con los que se contaba en el pasado. ¿Qué supone esto? Innovación, margen de maniobra y más posibilidades para sorprender al aficionado.
Activision ya ha enfatizado públicamente todas las cosas positivas que trae consigo este tipo de decisiones, y por ejemplo este tiempo extra con el que ahora cuentan los equipos que abordan la IP generó incluso un shooter en tercera persona. Ahora sabemos que el proyecto, más centrado en la acción y aventuras, supuso la inversión de medio año de trabajo por parte de sus responsables, la propia Sledgehammer Games, que llegó a contar con medio año de trabajo y que una versión jugable de 15 minutos se presentó a los ejecutivos de la distribuidora. Todo para después quedar abandonado por motivos que todavía no se han explicado.
Eso fue antes de que colaboraran en Modern Warfare 3 con Infinity Ward tras el abandono de Jason West y Vince Zampella, y sirvió de hecho para demostrar la valía de un equipo encabezado por dos grandes nombres pero que todavía tenía que manifestar todo el talento que se les presuponía. Los baches se sortearon con acierto, y el equipo se ganó entonces la posibilidad de aportar su propia visión a Call of Duty. Un nuevo motor gráfico y un desarrollo principalmente cimentado sobre las plataformas de nueva generación harían el resto para generar el espectacular tráiler de anuncio con el que se ha presentado ante los aficionados el producto que preparan. Advanced Warfare será el resultado de todo este proceso, un título que va a renunciar a algunas de las claves de la franquicia hasta la fecha y que principalmente han sido responsables de la sensación de agotamiento de la marca: El estilo de cine a lo taquillazo veraniego de Michael Bay, entre otras cosas.
Recordamos que los grandes nombres de Sledgehammer Games están vinculados con lanzamientos tan viscerales y caracterizados por un ambiente tan cuidado como los de Dead Space lo que, cada uno en su género, nos puede dar una idea del tipo de cambios que se van a presentar. La mayoría de ellos orientados hacia el sentirnos dentro de lo que se presenta en pantalla con una autenticidad demoledora. Elementos antaño muy característicos de Call of Duty como la ausencia de cinemáticas y el hecho de vivir la campaña desde el principio hasta el final desde la perspectiva de primera persona van a ser fulminados de un plumazo en un Advanced Warfare que va a apostar por unas impresionantes CGIs pre-renderizadas de impecable aspecto para que tengamos una visión más global de todo lo que está sucediendo.
Otro paso importante para separarse del legado del pasado ha sido toda una demostración de intenciones y va más allá del estilo narrativo, con esta inclinación por el futuro con la que ya se coqueteó en su momento con Black Ops II pero que en esta ocasión pasa a tener principal papel protagonista. La primera gran obra de este estudio se ha contado durante su preproducción con muchísimo trabajo en prototipos de armamento, de vehículos y de ropa de combate, algo que ayudará a lograr un realismo máximo para esta fantasía de ciencia ficción que, de este modo, va a apostar por una fidelidad máxima que contraste con el futuro "Lo-Fi", por así llamarlo, del ya mencionado Black Ops II. Evolucionar, evolucionar y evolucionar no sólo es el deseo de Sledgehammer Games con este trabajo, sino que es un auténtico leitmotiv que resuena con estruendo entre las paredes de sus oficinas como una obsesión... Mejor dicho, como una obligación.
Mirando al Frente
Presentados los entresijos de los complejísimos y fascinantes entresijos del desarrollo de Call of Duty: Advanced Warfare, y puesto en situación todo lo que ha tenido que ver con sus distintos estadios de producción, toca el turno de entrar a fondo en lo que ofrece el programa. No podemos decir que haya grandes sorpresas a nivel argumental, pero sí que hay los suficientes elementos únicos y un villano tremendamente cínico como para que sigamos con tanta atención la historia como sus poderosas escenas de acción.
Es el año 2052 y, como tantas fábulas futuristas adelantan, es la era de las megacorporaciones privadas que rigen el destino de un mundo que ya no se parece en demasía a lo que conocíamos. La que nos importa es la denominada Atlas Corporation, comandada por el despiadado ejecutivo Jonathan Irons, un tipo de elegante aspecto pero peligrosas intenciones. La imagen que transmite la compañía militar privada en el planeta, sin embargo, es la de ser un ente caracterizado por sus acciones filantrópicas y por ser siempre el gigante que más rápida y enérgicamente arrima su hombro a la hora de lidiar con grandes catástrofes naturales o desgracias para el ser humano.
Todo este aura respetable ha garantizado a Atlas Corporation un margen de maniobra inusualmente generoso, que les permite actuar sin necesidad de recibir luz verde por parte de los gobiernos y que interviene a su gusto en conflictos de todo tipo por la superficie del planeta gracias a su poderosa fuerza militar. Los enormes fondos con los que cuenta, su influencia política y la buena fama adquirida durante todo este tipo hace a la organización garante de un puesto incluso en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Irons observa con orgullo como su criatura, construida desde cero, es uno de los primeros actores y activos en la forma en la que se escribe el destino del mundo.
En todo este contexto encarnamos al soldado Mitchell, un personaje sin apenas bagaje a nivel de historia y que los chicos de Sledgehammer Games precisamente buscan que sea nuestra proyección en el juego gracias a ello. El protagonista no habla en las secuencias in-game, pero sí tendrá una importancia clave con sus palabras y su presencia en las escenas cinemáticas. ¿Qué supone todo esto? Olvídate de una baraja de protagonistas en distintos lugares aportando diferentes versiones de la historia como antaño, el nuevo Call of Duty es la historia de Mitchell y sólo de Mitchell, y nos cuenta su progreso desde ser un Marine de los Estados Unidos de América hasta convertirse en un miembro muy valioso de la Atlas Corporation.
De hecho comenzaremos nuestra andadura repeliendo una invasión en una zona de extranjera en la que estamos destinados, junto con nuestro amigo Will Irons. Se trata, ni más ni menos, que del hijo del mismísimo CEO de la compañía, y acabado este nivel de introducción y tutorial nos presentará la posibilidad de enrolarnos en el equipo privado de fuerzas especiales para disfrutar de un armamento de nueva generación y de un traje exoesqueleto que va a marcar de formas que hasta ahora no podíamos ni imaginar la jugabilidad del nuevo videojuego de la serie. Hablamos de una herramienta elaborada por DARPA (Defense Advanced Research Project Agency) que se adhiere al cuerpo y que sirve no sólo en el mundo civil para ayudar a discapacitados a recuperar su movilidad, sino también para disparar la fuerza y movilidad de los soldados en combate. Salvaje, ¿verdad?
Contén la Respiración
Pero, ¿y qué hay de lo que importa? ¿Qué sabemos de la jugabilidad? El tráiler se ha centrado en una de las partes más espectaculares y aparatosas de Advanced Warfare, no obstante el juego va a introducir una gama de situaciones de lo más variado. Esto significa que por ejemplo veremos en primera persona actos espectaculares como el ataque terrorista sobre San Francisco que incluye la destrucción del emblemático Golden Gate, pero también misiones de un perfil más estándar como la parte ambientada en Detroit con un estilo muy diferente y una adecuada sensación de montaña rusa para beneficiar el tempo de la campaña individual.
Los saltos de decenas de metros con caídas limpias gracias al traje son una constante que nos permite una enorme versatilidad sobre el campo de batalla, y que va a cambiar como ya hemos dicho de forma radical la presentación de los tiroteos tan clásicos de la serie. El escenario nos dictará cómo podemos comportarnos, facilitando algunas secciones para las imposibles acrobacias en las que la acción se acelera, y otras en las que zonas calientes del mapa nos obligarán a un acercamiento más pausado para conservar nuestra integridad tras coberturas y haciendo uso de movimientos más elaborados desde el punto de vista táctico.
El arsenal es muy rico tanto en lo que se refiere a variedad como en cuanto a su capacidad de brindarnos grandes posibilidades. Hemos visto algunas armas tan estándar como las habituales que podemos esperar de un shooter en primera persona, pero también otras muy sofisticadas como rifles de pulsos (que están en estado de prototipo actualmente). En cuanto a los gadgets algunos tan útiles como granadas capaces de permitirnos visualizar amenazas o drones de interesante poderío ofensivo. Nos ha gustado también la inclusión de las motos que flotan unos centímetros por encima del suelo, y que nos permiten una movilidad radical, y también debemos anunciar la presencia de los siempre controvertidos QuickTime Events para lidiar con algunas situaciones escriptadas con antelación que vienen a dotar de espectacularidad a determinadas secciones.
Con ánimo de ir concluyendo tenemos que hablar de más grandes nombres. En cuanto a los talentos para las voces, la serie se ha caracterizado hasta la fecha por contar con una larga retahíla de personajes reconocibles que han incluido a actores tan conocidos como Ed Harris y Sam Worthington en Black Ops, Gary Oldman y Kiefer Sutherland en World at War o Idris Elba y Timothy Olyphant en el caso de Modern Warfare 3. ¿Cuál es la estrella de Advanced Warfare? Nada más y nada menos que Kevin Spacey, uno de los nombres importantes del cine reciente gracias a sus memorables papeles en Sospechosos Habituales, American Beauty o Seven, y también actualmente una de las principales estrellas de la televisión merced a su inconmensurable papel en la serie de intrigas políticas House of Cards. El propio intérprete explica que los parecidos entre su papel del senador Francis Underwood en la pequeña pantalla y el personaje del ejecutivo Jonathan Irons del videojuego están ahí: "Ambos disfrutan de jo**rlo todo, y de no regirse por las reglas".A esta estrella hay que sumar la presencia del conocido compositor Harry Gregson-Williams, con un dilatado currículum en el cine y con títulos de la serie Metal Gear a sus espaldas, contribuyendo con algunos temas a su potente banda sonora.
Parece que Sledgehammer Games ha escogido con mucho cuidado los mimbres con los que construir este cesto de auténtico lujo que responde al nombre de Call of Duty: Advanced Warfare, desde las caras familiares que se presentan en su tráiler, a los encargados de investigar y supervisar todo lo que tiene que ver con la preproducción del título como a tratar con cuidado y mimo su propio desarrollo. Todo parece en marcha, por lo tanto, para devolver a la marca de Activision a un lugar de excepción no sólo en cuanto a ventas, en las que ha logrado mantener el tipo a pesar del descenso de nivel de sus últimos episodios, sino también en el antaño monumental nivel de calidad de la franquicia.