Ponte en situación. Despiertas perdido en mitad de la galaxia. No recuerdas nada. A tu alrededor flotan pequeñas partículas de una estación espacial hecha pedazos. La irritante alarma del indicador de oxígeno te sobresalta de la terrorífica paz que te rodea. No está mal como comienzo, ¿verdad? Adr1ft es uno de los próximos grandes indies, y tiene pinta de que no nos lo debemos perder.
El género indie está gozando de una extraordinaria salud en los últimos tiempos, y así lo demuestran producciones como la que nos ocupa. Se trata del producto de debut de un estudio debutante pero muy prometedor, un videojuego cuyos responsables aseguran que "podemos terminar en una tarde" pero que definitivamente es toda una experiencia que merecerá la pena pasarse más de una vez. Eso es lo que dicen, al menos, y hay muchos motivos para pensar que dicen la verdad.
Y es que Adr1ft es muchas cosas. Para empezar es el proyecto en el que se embarcan veteranos de la industria que han trabajado en títulos como Bioshock Infinite, Halo o God of War. Además también es uno de los indies más prometedores y atractivos de los próximos tiempos, y lo es gracias a su sugerente propuesta jugable y a su fastuoso componente estético. Con neta inspiración de la película de Alfonso Cuarón, Gravity, el videojuego de Three One Zero nos pone en el pellejo de una astronauta, también femenina como en el largometraje, que está quedándose sin oxígeno mientras flota en el espacio. No suena mal, ¿no?
Suspendida en la Nada
El lanzamiento que nos ocupa no ha hecho mucho ruido, desde luego mucho menos del que merece por su prometedora calidad. Se anunció hace ya varios años, y prácticamente hasta finales del 2014 no comenzó a volver a dar señales de vida, por fortuna lo hizo con la certeza de que falta cada vez menos tiempo para poder disfrutarlo. Sus responsables defienden que hay espacio en el mercado para que videojuegos de este perfil se abran su hueco, y ya han adelantado que no durará mucho más de cuatro horas y que se venderá a un precio de entre 20 y 30 euros.
Como ya hemos adelantado somos una astronauta insomne y perdida en mitad de la nada espacial, orbitando alrededor de la tierra y cerca de los restos de su maltrecha estación espacial. La misión, como es lógico, es tan primordial como la de la supervivencia. ¿Cómo llevarla a cabo? Pues el primer paso es el de reparar nuestro traje EVA, que además tiene una fuga de oxígeno y a la que le queda poco aire, y después recomponer las pistas que vamos encontrando para reconstruir lo sucedido y tratar de comenzar a recuperar la memoria de todo lo sucedido.
La exploración es fundamental, y no lo es sólo para sobrevivir. También para desenmarañar todos los secretos que se esconden tras su argumento. Las historias de los diferentes astronautas que no sobrevivieron están flotando a nuestro alrededor esperando ser descubiertas: en forma de mensajes de audio, pero también con mucha documentación que, si nos interesa ahondar en el guión, van a aportar abundante información de trasfondo. "Son gente real con problemas reales", declara Adam Orth, principal responsable del videojuego, sobre todos esos personajes que ejercen a modo de "fantasmas".
El estilo es más el de un thriller angustioso y claustrofóbico que el de la pirotecnia y espectacularidad de muchos otros videojuegos de ciencia ficción. Esto es algo que, por sorprendente, agradecemos y que fija el ambiente y el tono general del título hacia algo más minimalista en la línea de Gone Home, por ejemplo. Se trata de crear tensión a base de silencios, situaciones límite y momentos realmente opresivos… No de machacar con explosiones y fastuosas escenas de acción. "No es un juego de terror, pero queremos asegurarnos de que la gente lo perciba como tal", explican sus responsables.
La gente que juega a videojuegos es gente inteligente. Quiero entretener a la gente, sí, pero también estimular su cerebro un poco
A esto ayuda la escasez de recursos. El aire es un bien muy preciado, lo que en algunas secciones del título le da al programa un cierto aire de contrarreloj que le sienta muy bien. Por otra parte el hecho de que también sea el combustible para el sistema de propulsión hará que vayamos todavía más justos, lo que provoca que tendremos que ser cuidadosos hasta el extremo calculando nuestros desplazamientos más largos. Gastar demasiado de ese aire de impulso podría ser fatal a medio plazo, aunque así se fomenta no sólo el economizar sino también la búsqueda de recursos como bombonas extra de O2.
Según vayamos alcanzando los muelles que flotan en el espacio iremos recuperando las diferentes funcionalidades del traje y, con su progresiva reparación, cada vez iremos necesitando con menos frecuencia el recargar el oxígeno. La función de maximizar la optimización del traje es muy relevante para progresar, aunque no imprescindible, eso sí si logramos devolverlo al 100% todo será mucho más sencillo. Hay cinco niveles o capítulos para la campaña individual, aunque todavía no sabemos exactamente cómo se efectuará su división, pero la narrativa y la necesidad de descubrir todos los secretos del escenario prometen ser dos puntos clave del modo historia.
El videojuego cuenta para su rotundo apartado gráfico con la potente herramienta gráfica Unreal Engine 4, y con la veteranía de algunos de los creativos que ya hemos mencionado anteriormente. Pero el sonido también es un área fundamental de los valores audiovisuales del programa, con muchos detalles fascinantes. La música es reducida a la mínima expresión, con el apoyo puntual de alguna melodía de música clásica para acentuar la potencia y la belleza de las imágenes que se ponen en escena.
Por otra parte el uso de los lógicos silencios del espacio es escalofriante y, así mismo, la respiración en ocasiones más tranquila y en ocasiones realmente angustiosa y acongojada de la protagonista, algo particularmente notorio cuando se está quedando sin aire, ponen los pelos de punta. El empleo de los efectos y del cuidado aspecto cosmético prometen una experiencia todavía más inmersiva con Oculus Rift, convirtiéndose ya en uno de los principales representantes de software que le vienen a la cabeza al aficionado cuando piensa en el dispositivo de realidad virtual.
El prometedor Adr1ft todavía está un poco lejos, y su epopeya espacial apunta al año 2016. Todavía faltan muchas cosas por descubrir sobre su propuesta, pero lo que sabemos de él invita tremendamente al optimismo. Especialmente estimulante resulta una de las frases de sus responsables: "La gente que juega a videojuegos es gente inteligente. Quiero entretener a la gente, sí, pero también estimular su cerebro un poco". Gran declaración de intenciones, a fe nuestra.