Tras la apertura del último Arrabal, Hearthstone se prepara para estabilizar de nuevo el metajuego, con todas las cartas nuevas desveladas y sobre la mesa. Se acabaron los mazos antiguos: es hora de realizar nuevas combinaciones, estrategias y devolver al juego su elemento sorpresa un poco perdido. Con La Maldición de Naxxramas, el juego de cartas de Blizzard desata su último aliento.
Lo que en un principio parecía un simple añadido nuevo a Hearthstone que nos permitía jugar no sólo contra otros jugadores humanos, sino también en solitario, se ha convertido en toda una revolución. La Maldición de Naxxramas ha cambiado casi por completo el metajuego actual debido a las cartas que se han ido desbloqueando sala tras sala. Gracias a ello, todos, incluso los mejores jugadores del mundo, han tenido que adaptar sus estrategias para construir nuevos y ventajosos mazos.
Puede que La Maldición de Naxxramas parezca simple. En el fondo, es un conjunto de cinco salas no muy complicadas para un jugador asiduo a Hearthstone. Cada sala, que se puede comprar al precio de seis euros o su equivalente en 700 monedas de oro, dispone de dos, tres, o cuatro jefes que derrotar, con poderes nuevos y que nos irán desbloqueando nuevas cartas en el camino, más una extra en el cofre al final de cada sala. Como decimos, no es muy desafiante, pero para eso tenemos el modo heroico, donde a base de subir la vida y los poderes a cada enemigo tendremos que sacar todo nuestro ingenio para acabar con ellos. El premio por esto es simple: las mismas cartas en formato dorado, una cuestión de prestigio.
El Último Aliento
Pero la aventura para un jugador ha sido lo de menos. Lo importante son las cartas centradas en Último Aliento que dejan a su paso, así como las nuevas legendarias escondidas en los cofres. Antes, la única forma de conseguir cartas legendarias era o teniendo mucha suerte, o jugando mucho o desembolsando bastante dinero para comprar sobres y conseguirlas a base de probabilidad. Pero ahora con Naxxramas, Blizzard se ha asegurado que todos tengan unas cuantas cartas legendarias que añadir a su mazo.
Puede que en general no sean tan poderosas como las ya míticas Ragnaros, Leeroy Jenkins, Ysera, ni espectaculares como Tirion Vadin o Lord Jaraxxus, pero utilizadas hábilmente, pueden darnos grandes beneficios. Por ejemplo, Loatheb, la legendaria 5-5 que aumenta en 5 de maná los hechizos del adversario, se ha convertido en una carta casi obligatoria para todas las clases, sobre todo para parar una de las barajas más poderosas del meta actual: la Miracle del Pícaro. Utilizado tras el combo Subastador + Embozo destroza por completo la maniobra del siguiente turno.
Pero el protagonista de Naxxramas es sin duda la facultad Último Aliento. Otra carta legendaria, el Barón Osahendido, permite activar esta faceta dos veces, creando combos demoledores por ejemplo con los nuevos Huevos Nerubianos, mientras que es difícil quitársela de encima gracias a sus estadísticas de 1-7. Muchas de estas cartas nuevas con Último Aliento se han convertido instantáneamente en favoritas de la comunidad, como las Trepadoras Embrujadas para los cazadores. Incluso la tan odiada como usada baraja Zoo de Reynad se ha visto modificada con huevos nerubianos y trepadoras por el propio Kolento.
En cuanto a las clases, algunas han salido mejor paradas que otras. El Sacerdote, uno de los héroes más débiles en general, ha vuelto a la vida con algunas cartas demoledoras que lo hacen una de las mejores clases actuales. El Cazador nunca ha estado en horas bajas, pero la expansión le ha dado más fuerza gracias a cartas como la Tejerred. Y un controlador como el Chamán se ha convertido en un set de posibilidades infinitas, gracias a la carta exclusiva Renacimiento. Lograr un combo de Sylvanas + Renacimiento con Barón Osahendido en mesa es espectacular. Lo mismo ocurre con el dúo formado por Feugen y Stalagg. Además de que sus estadísticas son buenas, si mueren los dos invocan en mesa a Thaddius, un 11-11 demoledor. De nuevo, si tienes al Barón Osahendido en mesa, puedes plantarte con dos 11-11 en mesa prácticamente imposibles de limpiar.
¿Qué quiere decir todo esto? Que Naxxramas ha cambiado por completo el metajuego. Con la última sala desbloqueada, el Arrabal de la Vermis, sabiendo que no quedan novedades en el horizonte, todos los jugadores se han lanzado a construir nuevos y mejores mazos competitivos, ya que las antiguas estrategias no son tan válidas. Se ha recuperado el elemento sorpresa, el encontrarte a una clase y no saber tras el primer turno qué tipo de baraja está usando. Y esa es probablemente la grandeza de Hearthstone y lo que mejor ha conseguido Naxxramas; ha llegado en el momento exacto para volver a agitar las cosas, dando más oportunidades y posibilidades, otorgando algunas legendarias a los jugadores para que no haya tanta diferencia entre el que paga o juega mucho y el que no, y reduciendo el factor suerte cada vez más.