Puede que a Dark Souls III le esté pasando factura el continuismo de una fórmula que ya no resulta tan novedosa como en sus primeras entregas, pero no se puede negar que lo que hemos jugado resulta tan divertido y desafiante como la primera vez. El primer Dark Souls dedicado a la nueva generación no viene para redefinir la fórmula, pero sí para terminar de retocarla.
Nuestras Impresiones
No se puede negar. Como os hemos ido contando desde nuestra primera toma de contacto con el juego en el E3 2015, Dark Souls III repite fórmula, resultando una experiencia muy familiar a lo ya visto en anteriores entregas. Como si Miyazaki hubiera recogido los mejores elementos tanto de los Souls como de Bloodborne para crear una experiencia muy completa, sí, pero que no deja de resultarnos familiar. Sin embargo, Dark Souls III sigue con la capacidad de seducirnos y hacernos caer en sus trampas, aportando las suficientes novedades como para mantenernos interesados una vez más.
A los evidentes nuevos escenarios, que volverán a recuperar la esencia de Dark Souls (es decir, menos numerosos, pero mejor diseñados que su segunda parte) se le añaden unas armas más cuidadas y expandidas en cuanto a posibilidades, gracias a la preparación para la batalla. Cada set de armas tiene sus propios movimientos, permitiendo que las espadas realicen ataques devastadores o que las hachas y mazas nos suban nuestro nivel de ataque. De esta forma, la barra de maná será permanente, seamos magos o guerreros, teniendo sus propios frascos de estus.
Dark Souls 3 posee un apartado técnico muy similar a Bloodborne, pero alejándose de la noche eterna del juego que FromSoftware realizó en conjunción con el Japan Studio de Sony, lo que le hace lucirse un poco más. Los jefes que hemos visto también heredan de este el cambio de patrones en mitad de combate y regresan al diseño cuidado y amenazador que se había perdido en Dark Souls 2. En definitiva, la nueva obra de Miyazaki responde al "más y mejor", y si bien ha perdido algo de esa frescura y novedad que trajo consigo la saga, su buen equilibro entre castigo y recompensa nos sigue atrayendo como el primer día.
Puntos Clave
- Volvemos al genial diseño de niveles del primer Dark Souls, aprovechando la nueva generación para ofrecer un apartado técnico sólido.
- Las novedades como la preparación para la batalla y los nuevos movimientos para muchas armas.
- Los jefes finales heredan lo mejor de todos los juegos, con un gran diseño, una alta dificultad y cambio de patrones en los combates.