Un nuevo comienzo. Para Bungie, Destiny 2 es un nuevo comienzo. La compañía afincada en Bellevue ha planteado su desarrollo en torno a la idea de que pueda acoger a todo tipo de jugadores: veteranos, novatos, solitarios, competitivos, consoleros y peceros. Tras probar la campaña, una misión de asalto y pasarnos por el Crisol, tanto en consola como en ordenador, os contamos nuestras primeras impresiones.
Empecemos por la historia. Las cosas se han puesto feas para la humanidad. Lord Ghaul, el comandante de la Legión Roja ha organizado un ataque brutal contra las fuerzas terrestres, asestando un duro golpe a los guardianes en su propia Torre y obligando a los supervivientes a esparcirse por todo el Sistema Solar, despojados de sus poderes y del mismísimo Viajero. El objetivo de nuestro guardián o guardiana será reunir las últimas fuerzas de la humanidad explorando esa zona. Por el camino nos encontraremos con nuevas armas y poderes, exploraremos áreas inéditas y lucharemos en clanes y en modos multijugador que también debutan.
Siguiendo con las novedades de Destiny 2, hay que mencionar que las armas y armaduras, así como el equipo exótico, van a sufrir un cambio muy importante. Ahora el arsenal se dividirá en tres tipos: kinético, de energía y de poder. Así se destierra la clasificación de armas primarias, secundarias y pesadas. El objetivo es el de otorgar a los jugadores una mayor libertad a la hora de componer su arsenal en lugar de limitarse a un tipo de cada fusil, pistola, ametralladora... Es decir, que podríamos ser capaces de llevar dos cañones de mano a la vez si quisiéramos. Por ahora hemos visto clases que ya conocíamos, como fusiles automáticos, de pulsos, escopetas, etc., pero también hemos podido usar herramientas nuevas como el lanzagranadas.
Después tenemos las nuevas súper habilidades, que dependen de la subclase que elijamos. Seguiremos contando con las clases Titán, Hechicero y Cazador, pero ahora podremos optar por Downblade, la subclase del Hechicero Solar, cuya super nos permite volar y lanzar cortes con una espada de fuego; Sentinel, correspondiente al Titán de Vacío, nos otorga la habilidad de invocar un escudo con el que aplastar enemigos y que podemos lanzar al estilo del Capitán América; y Arcstrider, relacionada con la clase Cazador de Arco, cuya super permite que empuñemos una vara de energía. Aparte, hemos comprobado que estas subclases también pueden activar habilidades secundarias que amplían las posibilidades y combinaciones mucho más.
Es un nuevo comienzo, pero sin revolucionar la fórmula que tanto nos gusta del original
El Crisol también va a ver cambios, siendo el primero que ahora permitirá enfrentamientos entre equipos de cuatro jugadores. También nos ofrecerá nuevos modos y mapas, claro. Entre los modos encontramos Countdown. Se trata de un competitivo en el que cada equipo asume el papel ofensivo o defensivo. El objetivo es plantar una bomba en la base enemiga y defenderla hasta que explote. Después de ganar cada ronda se le otorga un punto al ganador, y tras obtener seis puntos, se gana la partida. Por otra parte, y hablando de ubicaciones, hemos podido ver Midtown que es un mapa ubicado en una zona abandonada de la ciudad olvidada por la Legión Roja. Por otra parte, la interfaz del Crisol va a empezar a mostrar nueva información, como que un enemigo ya ha cargado su super o si llevan munición de poder.
Reinventando el destino
En lo que respecta al mundo en que nos moveremos, Destiny 2 va a ver una reforma de ciertos planteamientos. Para empezar, los jugadores veteranos podremos ver reducido el tiempo empleado en viajar gracias a que dejaremos de precisar viajar a órbita para llegar a otros cuerpos celestes. Ahora las misiones, patrullas, eventos públicos y demás secciones del juego estarán disponibles sin tener que pasar por esa pantalla de carga. Además, Bungie ha anunciado la existencia de nuevas Aventuras, que serán misiones que realizaremos para ayudar a ciertos personajes. De esta forma llevaremos a cabo descubrimientos y encontraremos mecánicas nuevas para seguir creciendo. Y también encontraremos los sectores perdidos, que serán mazmorras ocultas con sus jefes y botines especiales. Lo mejor de todo es que el juego contará con un mapa remozado con el que nos será más fácil encontrar dónde y cuándo ocurre todo.
Entre los lugares nuevos nos encontramos con Titán, Io y Nessus, aparte de otras zonas perdidas de nuestra propia Tierra, como la Zona Muerta de Europa, que aún tiene mucho que mostrarnos, y donde la humanidad huye inmediatamente después de que La Torre quede destruida. Titán, luna de Júpiter, está repleta de estructuras de la era de oro de la exploración humana y de grandes zonas oceánicas; Nessus es un planetoide ocupado por los Vex que se ha convertido en un planeta-máquina; e Io, la luna de Júpiter, alberga un secreto relacionado con el Viajero. A estos lugares también se vinculan los tres personajes principales de Destiny 2, Zavala, Ikora y Cayde, a quien pone voz el incombustible Nathan Fillion.
Otro de los cambios más importantes será el soporte oficial de los clanes. Son grupos dedicados de jugadores que se organizan bajo un mismo lema y un mismo estandarte para disfrutar de la experiencia en compañía. Lo interesante será que ahora Bungie fomentará estas agrupaciones mediante un progreso compartido que llevará una serie de recompensas a los jugadores pertenecientes a los clanes. Por otra parte, la existencia de las llamadas Partidas Guiadas será muy relevante para el funcionamiento del juego en línea. Hasta ahora no existía un sistema de creación de partidas al uso para evitar entornos de juego negativos o tóxicos, pero el nuevo sistema resuelve la disyuntiva permitiendo que los jugadores solitarios se unan a los asaltos, las incursiones y los Asaltos de Ocaso. No podemos dilucidar exactamente cómo funcionará el sistema, pero se ha planteado para hacer moverse a la comunidad incluso entre desconocidos.
Tras nuestras partidas la sensación que nos llevamos es de un título muy familiar, pero también de algo muy pulido. En toda su existencia, el primer Destiny había llegado a ser un producto muy redondo, con muchas posibilidades y frentes. Destiny 2 parece presentarse como una reinvención de ese concepto aplicando todo lo aprendido y expandiendo horizontes para llegar a nuevos públicos, tanto por plataforma como por intención de juego. Nuestra experiencia ha sido más similar a la que nos daría un juego nuevo que la de una secuela. Se han replanteado equipo, equilibrios, personajes y niveles. Es realmente un comienzo, pero sin revolucionar la fórmula que tanto nos gusta del juego original.
Gameplay y galería de imágenes