Una hora y media, ese es el tiempo que tuvimos en Nintendo Europa para darnos cuenta de que el nuevo Pokémon tiene importantes novedades, pero que sobre todo transmite poderosas sensaciones. ¿La mejor? La de comprobar que su fórmula sigue tan viva como el Sol y tan encantadora como la Luna.
Lo primero que se ve en Pokémon Sol y Luna es toda una declaración de intenciones. Aparece una pantalla, se enciende y ahí está el profesor Kukui, encargado de explicarnos lo maravilloso que es el mundo pokémon, lo bien que nos lo pasaremos y el gran viaje hacia la región tropical de Alola que vamos a protagonizar.
Lo sorprendente no es lo que se presenta, sino la forma en que lo hace: con una bofetada visual. Es un título extremadamente cuidado en su faceta gráfica, y lo notamos ya desde que estamos en nuestra habitación con una Wii U tirada en el suelo. Los personajes se han estilizado, los pokémon deambulan por las ciudades y los decorados ganan en profundidad.
No pude activar el efecto 3D. Jugué con la palanca una y otra vez, me volví loco tocándola, pero no había manera… Tal vez fuera la versión que probé, pero entonces se me vino a la cabeza una idea: ¿y si se han desprendido de la función para sacar el máximo provecho al hardware? Parece lógico, más después de lo que ocurrió en Pokémon X e Y (que se ralentizaba con el efecto estereoscópico activado). Pero es especulación. Lo que importa es que se nota que Nintendo 3DS tiene que mover muchas cosas. Es uno de los juegos de la saga más ambiciosos en lo audiovisual, hasta tal punto que en Nintendo insistieron en que me pusiera auriculares: "Pruébalos, por favor". Luego lo entendí perfectamente. La banda sonora no sólo está renovada con temas inéditos, sino que posee una calidad inmensa, de las mejores que recuerdo.
Vivo como el Sol, encantador como la Luna
Al entrar en Pokémon Sol y Luna te sientes como si llegaras a una casa completamente nueva, al menos hasta que accedes por su puerta y compruebas que todo es en realidad tan familiar como antaño. Ahí está tu madre, a la que no le preocupa nada que su joven criatura se pierda por matojos capturando pokémon. Ahí está el profesor Kukui, el enésimo científico que nos va a utilizar para completar la pokédex. Ahí está nuestro amigo, un ser adorable pero al que no le importaría dejarnos en ridículo en batalla.
Cuando empecé a adentrarme en el juego y a escuchar los sonidos tan icónicos de la saga lo entendí todavía más. Sigue siendo puro Pokémon, aunque tal vez se trate del juego de la franquicia con más contrastes. Tiene efectos sonoros tan añejos como el que suena al chocarnos con las paredes de una habitación, pero al mismo tiempo presenta unos modelados que se acercan como nunca a los de la serie de televisión.
El alargamiento de las figuras de los personajes, ahora más proporcionados, supone la mejor metáfora de que este Pokémon ha dado un buen estirón… por varias cuestiones. Una de ellas es que el guión goza de mayor ritmo, con cinemáticas que alcanzan un nuevo nivel. Otra está en su magnífico poder para sumergirte en su universo, para hacerte partícipe de la fantasía de convertirte en entrenador pokémon.
Otra de las cosas que más sorprenden es lo alegre que es, no sólo por sus entornos repletos de colorido, sino por el tono general de las conversaciones, por la pasión que existe en Alola por el universo pokémon. Tan encantador es que me vi empujado a seleccionar a Rowlet como mi primer pokémon (tipo planta), y eso que siempre he sido más del tipo fuego. Puede parecer un detalle sin importancia, pero las sensaciones que desprende la aventura son tantas y tan buenas que invitan a tomarse el juego con un enfoque diferente a otras entregas. A experimentar.
O si no… ahí están los desarrolladores de Game Freak para obligarnos a ello. Una de las grandes transformaciones es que se opta por una estructura distinta, consistente en cuatro islas y siete pruebas para aspirar a convertirnos en "campeón insular". Sólo jugamos hora y media, así que no puedo deciros si está equilibrado o si resulta más o menos difícil. No obstante, sí que me he dado cuenta de que ahora las estadísticas son más visibles en batalla (ideal para el competitivo) y que tras algunos enfrentamientos nuestro pobre pokémon acabará hecho un cristo.
Es esta otra de las nuevas dinámicas, consistente en realizar cuidados sobre nuestra criatura -si queremos- una vez haya concluido el combate. Podremos usar un peine, un secador, un paño… Todo lo necesario para que nuestro pokémon vuelva a la acción con ánimos renovados. Me sentí algo ridículo haciendo esto, no voy a negarlo, y no es divertido, pero a veces alguien nos tiene que decir algo así como: ¡eh, que es tu pokémon, cuídalo! Y sí, lo cuidas, estableciendo un nexo de unión interesante, más potente que en el pasado. Los pokémon no son un mero instrumento para convertirnos en grandes entrenadores. Son ante todo amigos inseparables, esa moraleja que podías sacar ya tras el primer episodio de la serie de televisión.
Dicho espíritu es al final el que hemos sentido, el que nos ha rodeado durante nuestra partida. Dejaremos para otra ocasión cosas como la inclusión de una cámara, la cual nos permite fotografiar pokémon. Sobre la personalización de nuestro personaje, al que podremos poner vestimentas variadas. Sobre las megaevoluciones y las megapiedras, que se pueden obtener tanto de personajes como en tiendas especiales. Y sobre la actualización del Pokémon Link, así como nuevos minijuegos que vienen a hacer más profunda la experiencia.
Por el momento, prefiero quedarme con algo, una imagen, la de la habitación de mi personaje con una Wii U conectada al televisor. Me hizo recordar que las consolas han sido testigos de la evolución en la serie, de los cambios en los gráficos, pero la filosofía siempre se ha mantenido. Pokémon ha visto la evolución del hardware, y siempre ha tratado de aprovecharla, pero esa habitación siempre ha permanecido igual, con una esencia inalterable. Es la misma entrega tras entrega. Así es Pokémon en realidad, y así es también esta entrega. No resulta rompedora, ni lo pretende.
Prefiere esa habitación, mantener su estructura. Por supuesto, se admiten adornos e importantes reformas como las que veremos en Pokémon Sol y Luna, pero esa es su zona de confort natural. Y ya veréis que no es nada malo, porque al final siempre acabarás queriendo hacerte con un nuevo pokémon, o descubrir cuán lejos puedes llegar. Y si no, el próximo 18 de octubre comenzaremos a despejar dudas con la demo.