En Mercury Steam dicen que su juego es un shooter, pero sobre todo una aventura. Se la están jugando como nunca, con un desarrollo triple A, pero independiente. Más de 100 personas trabajan para dar lugar a Raiders of the Broken Planet, un 4vs1 multijugador muy atípico, pero innovador, que ya hemos podido jugar.
Nada más llegar a Mercury Steam, compruebo que la puerta que estuve traspasando durante los últimos años para ver Jericho y sus tres Castlevania tiene un mensaje: "use la puerta del otro portal". La desarrolladora española se ha movido en paralelo con respecto a sus anteriores oficinas. Son solamente unos metros, pero muy significativos. Como cuando pintas la casa. Es la misma, pero parece diferente.
Siguen siendo ellos mismos, un estudio grande, con ambición de hacer "cosas muy chulas", como siempre dice Enric Álvarez (CEO de la compañía). Pero estaban "hasta los cojones", literal. Lo primero que hizo Enric al llegar la prensa fue hablar sobre lo que les había llevado hasta Raiders of the Broken Planet, un proyecto en que lo importante no es la campaña de marketing, sino las betas que tendrá y su posterior lanzamiento en algún momento de este 2017. "Es nuestra pasta, nuestro riesgo y nuestra responsabilidad", comentaba. Esta vez no hay publishers de por medio, nadie que les ponga plazos ni diga lo que tienen que hacer.
Acabaron mal con Codemasters, cordialmente con Konami, pero estaban hartos de tener que depender de alguien. "Es complejo y frustrante", sentenciaba Enric. Que si mandar un prototipo sobre el diseño. Que si esperar a que te digan algo. Que si la campaña de publicidad. El ritmo sentencian que "les generaba pesadillas", en un proceso "que te acaba llevando a la tumba". Mantener a más de cien personas no es barato, y es lo que sigue haciendo Mercury Steam, aunque ahora desde otra perspectiva: la de jugársela por independiente.
Un acto de rebeldía
Raiders of the Broken Planet nace en este contexto, el de una desarrolladora harta de los hilos que manejan la industria de los videojuegos. El título hace una apuesta arriesgada: lanzamiento a modo de prólogo gratuito (con un par de mapas) y cuatro campañas de pago con sus misiones, personajes, armas y accesorios. Rodeando al conjunto, un plan para sacar cómics basados en el universo del título y, sobre todo, la creación de una comunidad.
Si no habéis visto el juego anunciado por ahí, aquí está la razón: "el propio videojuego es la campaña de publicidad". Cuando aparezca y la gente lo pruebe, esperan que convenza por sí mismo. Es valiente y arriesgado, pero consecuente con su estrategia. Prometen que el precio de cada campaña va a ser tan bajo que vamos a tener que verlo dos veces.
Pero lo más interesante del planteamiento está sin duda en la comunidad que pretende crear. Se nos ha confirmado que habrá al menos una campaña disponible junto al lanzamiento del juego, pero el resto se diseñará sobre la marcha, "en tiempo real", siguiendo el feedback de los usuarios. En este sentido, Mercury Steam lo tiene clarísimo: el jugador es lo primero. Diseñarán los contenidos y retocarán lo que haga falta en función a sus necesidades. Para más detalles, aseguran que en el terreno multijugador online serán "especialmente duros con aquellos que tengan conductas inaceptables".
Siguen siendo ellos mismos, un estudio grande, con ambición de hacer ''cosas muy chulas''
Comprendida la forma del videojuego, es hora de hablar sobre Raiders of the Broken Planet. En la sala de reuniones había una pantalla en la que se leía: "¿de verdad necesita el mundo otro shooter?". Siendo conscientes de esta pregunta, lo que han hecho en la compañía es buscar un nuevo concepto, y para ello se basaron en un arte conceptual de José Luis Vaello (el cual veis presidiendo la pantalla del televisor en las fotos que acompañan a este artículo).
Ese arte conceptual nos cuenta que tenemos cuatro protagonistas y un antagonista. Es un concepto multijugador asimétrico, que Enric ha comparado con el "contraoperativo" del mítico Perfect Dark (Rare, 2000). El cuarteto debe cumplir una misión que varía con cada mapeado. El quinto jugador sólo tiene un objetivo: impedírselo. Parece sencillo. No lo es. No cuando los cuatro jugadores principales deben, por ejemplo, acabar con un pulpo enorme que no deja de moverse por el decorado, mientras que el antagonista cuenta con la ayuda de la IA para machacarlos.
Lo interesante es que la asimetría acaba volviéndose simétrica por todas las variables que Mercury Steam introduce. El bando protagonista tiene un número de vidas compartidas y, cuando se acaban, entran en un modo crítico en que pueden perder la partida. El antagonista posee vidas infinitas y la habilidad de reaparecer en varios puntos del mapa, potenciando la estrategia y capacidad de pillar desprevenidos a sus rivales. La IA modifica su comportamiento en virtud a las acciones, comportándose como el "role-master" de una partida de rol: el juez que equilibra la partida, que hace que todo sea más divertido.
Hemos echado un par de partidas únicamente, pero el ajuste parece sensacional, y es importante matizarlo, porque fue uno de los grandes retos del juego. "La primera vez que probamos las misiones era una mierda", sentenciaba Enric. Lo sorprendente es que el mismo concepto jugable no vale para todas las misiones, puesto que cada una "es de su padre y de su madre". Por tanto, en el estudio tuvieron que hacer reajustes y jugar mucho hasta dar con el resultado deseado en cada escenario. El esfuerzo se nota cuando te cubres y comienzas a disparar.
La campaña puede jugarse en solitario sin estar online. El multi necesita de cuatro jugadores como mínimo
Raiders of the Broken Planet va en el fondo sobre eso. Es un shooter en tercera persona en que la relación disparos-coberturas es sensacional. Debes estar buscando refugio continuamente, pero también poner un ojo en tu barra de estrés. Es una de las mecánicas más importantes del juego. Si corremos y disparamos sin ton ni son, nuestra figura aparecerá resaltada en el mapa, como diciendo… ¡aquí estoy, matadme! Al final, el título juega con cantidad de variables. Hay muchísimo que aprender, y eso ya es raro de por sí en el género shooter.
Si queréis un ejemplo, mientras jugaba me quedé sin munición… Enric pasó por detrás, y se lo comenté: "Tú sabrás", me dijo. Al poco tiempo, y tras hacer una ofensiva cuerpo a cuerpo, vi cómo mi munición volvía. Se la había quitado al soldado abatido. En otra ocasión, un miembro del estudio me comentó que no estaba usando de forma óptima la ametralladora. Lo ideal era que pulsaras el botón de disparo segundos antes, un buen rato, para asomarte cuando estuviese caliente y así comenzar a acribillar rivales. "Cada arma tiene como su minijuego", me dijo.
A pesar de estar tan solo media hora jugando, las sensaciones no podían ser más esperanzadoras. Un shooter… y además innovador. Aunque en realidad Mercury Steam prefiere llamarlo aventura. De hecho, es la única opción de juego en la pantalla de inicio. A partir de ahí se abre un menú, a modo de lobby, para que selecciones si quieres jugar como protagonista o antagonista, así como el repertorio de mapeados. Hay intros. Hay un trasfondo para cada personaje. Hay tantas cosas que resulta algo abrumador.
Por el momento, sólo os daré unos datos imprescindibles. La campaña puede jugarse en solitario y no es necesario estar online. El multi necesita de cuatro usuarios como mínimo. Para cada campaña prometen una duración de 6-8 horas. Los personajes protagonistas pueden usarse también como antagonistas, y viceversa. Existe una dinámica RPG de progresión, con niveles y habilidades. La historia es Los siete magníficos, pero en el espacio. Están usando su propio motor gráfico. Soportará 4K y estará adaptado a PS4 Pro y Xbox Scorpio. Habrá crossplay entre usuarios de PS4 y Steam, así como de Xbox y Windows. La música es de Oscar Araujo.
Y probablemente lo que más os interese: la Beta aparecerá "en breve". Raiders of the Broken Planet no ha hecho ruido de momento, pero puede que eso cambie cuando la gente comience a comprender que su propuesta es una de las más innovadoras de este 2017. No sólo por su carácter de triple A independiente, sino porque dentro del género shooter en tercera persona resulta verdaderamente original.