La locura vuelve a su máxima expresión con Serious Sam 3. El héroe más irreverente del universo regresa para salvarnos nuevamente de la amenaza alienígena. Remozado apartado gráfico pero con una experiencia jugable intacta son las señas de identidad del nuevo trabajo del Croteam.
Con numerosas entregas ya a sus espaldas, la saga Serious Sam se ha convertido en todo un icono de referencia para los fans de los shooters más alocados y frenéticos. Tenemos tercer episodio a la vista, y en sólo unas semanas podremos disfrutar de su desbocada adrenalina y de sus insolentes tiroteos.
"Tiroteos no realistas en entornos realistas", esa es la premisa con la que los chicos de del Croteam han planteado la experiencia jugable del videojuego. Un título que busca la excelencia gráfica dentro de una saga que solía apostar por los colores muy saturados y por los escenarios y personajes de estilo más cartoon.
Tiroteos de la Vieja Escuela
Before First Encounter, ese es el nombre de Serious Sam 3 y también el principal indicativo a nivel de nomenclatura de que se trata de una precuela del videojuego original de 2001. A nivel argumental, lógicamente, la importancia de la narrativa es minúscula; nunca ha sido el punto fuerte de la saga y desde luego no lo va a ser en este nuevo episodio, de modo que esta nueva entrega apuesta por ponernos nuevamente frente a ejércitos alienígenas sin demasiadas explicaciones.
Lo potente del videojuego vuelve a ser, como no podía ser de otro modo, la propia experiencia jugable. Sam luchará a lo largo de diferentes regiones en una selección muy variada de escenarios, pisando localizaciones urbanas contemporáneas, áreas de oriente medio, vetustas pirámides egipcias... Esto se traduce en que no sólo hay importantes cambios en los mapas a nivel de decorados puros, sino que su diseño también cambia mucho. Así por ejemplo en áreas de ciudad veremos una experiencia más centrada en ubicaciones concretas y más reducidas en cuanto a la movilidad y, por ejemplo, las egipcias nos desplazaremos dentro de unas dimensiones monumentales en las que veremos cómo los enemigos llegan desde todos los ángulos y desde enormes distancias.
A la jugabilidad shooter tan rápida y vertiginosa que es tradicional en la saga, exponencialmente ampliada por los millones de oponentes alienígenas a los que deberemos acribillar, hay que sumar nuevos elementos. En Serious Sam 3, por ejemplo, debuta un algo más avanzado sistema de combate cuerpo a cuerpo que nos permitirá patear a los soldados o incluso arrancarles los cráneos a los enemigos demoníacos.
De momento es difícil valorar en qué medida afectarán a los combates los entornos destructibles, y es que Croteam ha anunciado que lo visto por la prensa en las versiones preview diferirá seriamente a nivel cuantitativo de lo que los aficionados encontrarán en la edición final del videojuego. De momento lo que pueden verse son ciertas partes de los escenarios que caerán derruidas ante el fuego de nuestras armas, con secciones completas de paredes o pilares que caerán bajo nuestro fuego.
El máximo de la diversión, no obstante, vendrá de la mano de un cooperativo para hasta 16 usuarios. Como es lógico, el juego escalará automáticamente el reto de lo que nos pone enfrente en función de la cantidad de amigos con los que juguemos, aumentando la densidad de enemigos en pantalla y su dureza progresivamente.
Los enemigos, de hecho, serán tan numerosos como es costumbre en la franquicia. Habrá algunos regresos sonados como los de los esqueletos de caballo, los toros, los kamikazes... Todos ellos manteniendo su toque cómico por encima de cualquier otra consideración derivada del look más realista que tienen otros elementos del juego como, por ejemplo, los escenarios.
El lanzamiento de Serious Sam 3 está a la vuelta de la esquina, con una puesta a la venta en nuestro continente prevista en PC para el día 18 de octubre de 2011. Las versiones de consolas, de las que de momento no se sabe prácticamente nada, deberán esperar hasta un lanzamiento confirmado, aunque futuro. Por el camino, sin embargo, sólo queda preparar el gatillo, y es que el futuro de la tierra depende una vez más de nuestra habilidad.