Darksiders: Impresiones jugables

Darksiders: Impresiones jugables
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Si de mayor querías ser jinete del apocalipsis pero nunca encontraste el poder para convertirte en uno, THQ tiene la solución. Se llama Darksiders y nos propone meternos en medio de una lucha entre ángeles y demonios para salvar nuestro prestigio mientras intentamos buscar al malvado ser que intenta acabar con el planeta Tierra. No es un Zelda, no es un God of War y no es un Panzer Dragoon, pero se parece mucho a todos ellos. ¿Imposible? No, apocalíptico.

El fin del mundo ya se está fraguando, y nosotros que íbamos a perdérnoslo. Por suerte, logramos surcar los aires a tiempo hasta llegar al Gamers Day de Londres, evento en el que Joe Madureira (director creativo y exdibujante de Marvel) nos descubrió las bondades y "maldades" de Darksiders, un proyecto que combina exploración, combates, puzles y deslumbrantes batallas finales.

Desarrollado por la joven compañía estadounidense Vigil Games, el videojuego nos propone una experiencia apocalípticamente apubullante mezclando mundos abiertos, luchas en tercera persona y herencias tanto de nuevos éxitos (Prince of Persia) como de viejas glorias. Todo para sumergirnos en una aventura de nueva generación donde no representamos al clásico héroe de honorables principios morales, sino a un jinete del apocalipsis; concretamente, a uno que se llama "War" (Guerra).

Con vosotros, War, uno de los cuatro jinetes del apocalipsis y protagonista de una apocalíptica aventura que mezcla exploración, batallas, acción, disparos y algo de RPG. Imposible que no te guste, aunque sea sólo un poco.
Con vosotros, War, uno de los cuatro jinetes del apocalipsis y protagonista de una apocalíptica aventura que mezcla exploración, batallas, acción, disparos y algo de RPG. Imposible que no te guste, aunque sea sólo un poco.

Y claro, teniendo ya en cuenta este primer dato, es fácil intuir que nuestro papel no va a ser precisamente pacífico, sobre todo si os contamos que los otros tres jinetes del apocalipsis se fueron -engañados por alguien- de fiesta a La Tierra sin avisarnos, iniciando así su destrucción. Ahora ya no hay marcha atrás y, aunque suene un poco mal eso de ir a por las sobras, deberemos de visitar el planeta y encontrar al malvado ser que ha desequilibrado la balanza entre el bien y el mal, recuperando de paso el honor e iniciando nuestra venganza al mismo tiempo que retomamos los poderes que una vez nos fueron otorgados. De fondo, una lucha entre ángeles y demonios. Entre nuestras manos, un producto con una interesante combinación de géneros.

Jinete del Apocalipsis, una profesión variada
De esta manera comenzamos nuestra andadura con War a través de la "demo" jugable que THQ puso a nuestra disposición. Sin representar al bien, pero tampoco al mal, nos sumergimos durante más de dos horas en una trama distinta a la habitual, que nos llevaba a mundos que parecían sacados tanto de la mejor como de la peor de las pesadillas. Todo dentro de un esquema de juego difícil de encuadrar. Unas veces se venían a nuestra mente grandes beat 'em up como God of War, otras nos sentíamos dentro de un juego de disparos tan épico como Panzer Dragoon... e incluso en el diseño de niveles y puzles ocasionalmente retumbaba el nombre de la formidable saga Zelda.

De hecho, Joe Madureira (responsable de diseño) prefiere que se vea más a su título como un RPG de acción que como uno basado en aporrear botones, y nosotros estamos de acuerdo. El uso de la tercera persona y el gran repertorio de movimientos disponible -atacar, saltar, trepar, mover objetos, esquivar ataques, contraatacar, nadar e incluso colgarse de elementos del escenario- son los mejores argumentos para pensar en ello.

Es cierto que Darksiders basa gran parte de su mecánica en batallas contra varios enemigos a la vez, pero también lo es que tendremos tiempo para atascarnos, buscando un interruptor que abra una puerta o resolviendo un puzle -no de excesiva dificultad- que obstaculice el camino. Una increíble amalgama de situaciones nos espera, y si no lo creéis, esperad a montaros en una especie de dragón escupe-fuego para protagonizar unas fases de vuelo que a los fans de SEGA les deberían de traer muy buenos recuerdos.

War, el jinete de la guerra
La obra de Vigil Games, más que innovar, quiere ser ambiciosa. Sin embargo, lo mejor es que tiende a ser racional, y por ello concentra el peso de la jugabilidad sobre la acción en tierra firme, con un jinete del apocalipsis que desprende todo el saber hacer de su creador, el artista Madureira. Sus oscuros rasgos dibujan a un enigmático pero, a la vez, interesantísimo protagonista, y aunque comencemos a manejarlo sin saber mucho sobre él, poco a poco nos iremos familiarizando con un War de enormes posibilidades, capaz de evolucionar tanto en habilidades como en fuerza y nivel de vida.

Darksiders contará con unas buenas dosis de beat 'em up hasta que tumbemos a los enemigos en el suelo y los rematemos pulsando el botón adecuado en el momento oportuno. ¿Pensabas que un jinete tendría piedad?
Darksiders contará con unas buenas dosis de beat 'em up hasta que tumbemos a los enemigos en el suelo y los rematemos pulsando el botón adecuado en el momento oportuno. ¿Pensabas que un jinete tendría piedad?

Y es que el hecho de que a nuestro jinete de la guerra le hayan arrebatado sus principales poderes supone el argumento perfecto para sacar a relucir la progresión rolera de Darksiders. De la espada inicial -ideal para machacar a combos a nuestros enemigos- pasaremos a adquirir otras armas como un boomerang, por ejemplo. No obstante, habrá mucho más y todo dependerá de la cantidad de almas hostiles que hayan caído a nuestros pies. Como no podía ser de otra manera, en un título tan apocalípticamente celestial como Darksiders, la moneda de cambio sólo podían ser los espíritus de los enemigos abatidos, los cuales nos servirán para comprar nuevas armas, objetos e incluso habilidades.

He aquí la magia de un protagonista completo, del que se espera galopar a caballo, planear en el aire, usar como arma cualquier elemento del escenario, modificar su aspecto hasta alcanzar el de terribles bestias e incluso contar con una especie de álter ego que le acompaña en la aventura. War comparte con Link más de una característica, incluidos unos enemigos finales a los que incluso podremos fijar.

El Apocalipsis nos espera en 360 y PS3
Sí, es verdad, puede que hayamos pecado en nuestro afán comparativo, pero es difícil definir a Darksiders sin acudir a la experiencia acumulada dentro del código de este videojuego. Un código, eso sí, bañado con un estilo artístico inimitable, seña de Joe Madureira y de su destreza como dibujante. Pero no sólo eso. Pocas veces se verá una obra que respeta tan armoniosamente el paso de los trazos del lápiz a los diseños poligonales. Todos los personajes en Darksiders poseen rasgos gestuales sólo posibles en un cómic, y eso es algo que hay que saber apreciar. El concepto original nunca se ve superado por un modelo en 3D pero, en esta ocasión, al menos se iguala.

Atención especial nos merecieron, en este sentido, y aparte de las animaciones gestuales o labiales de los protagonistas, los efectos del agua (con decenas de partículas saltando por los aires) y unos diseños de niveles laberínticos, muy adecuados para perderse e incrementar ligeramente la dificultad del videojuego.

Con tal despliegue, no es de extrañar que las numerosas secuencias de introducción se basen en el poderoso motor gráfico que mueve a un producto del que se pueden esperar muchas horas de juego. "¿Cuántas?", os preguntaréis. A nosotros también nos gustaría saberlo, puesto que un ejercicio de variedad tan espectacular como el que realiza Darksiders bien podría alejarlo de la longevidad típica de una aventura RPG. En cualquier caso, siempre hay algo más importante que todos esos meros datos, y es que, en nuestro caso, no soltamos el mando en las más de dos horas que estuvimos probándolo. Algo tendrá Darksiders entonces, y lo descubriremos todos juntos a lo largo de este año 2009.

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