Cuando un género se agota, la mezcla de conceptos de juego puede ser una gran solución. De hecho así lo ha sido para Gearbox, que después de experimentar en grandes franquicias, aúna lo mejor de los shooters y de los RPG en un título que desborda originalidad sólo con verlo en imágenes.
Si hay un género que destaque especialmente por su alto nivel de explotación y escasez de ideas ese es el de los shooters en primera persona. Como el género de las películas de acción, los videojuegos de esta rama añaden más explosiones, más brutalidad, más efectos especiales y cada vez gráficos más espectaculares, a un concepto que rara vez se aleja de acciones tan básicas como apuntar, disparar y correr.
Sin embargo y afortunadamente, en este espacio interactivo que supone el mundo del ocio electrónico todavía hay lugar para la innovación y, más concretamente, para Borderlands, un experimento jugable que va a mezclar dos géneros aparentemente tan dispares como el de los disparos a ultranza (FPS) y el de los guerreros, hechizos o niveles de experiencia (RPG).
En definitiva, un cóctel explosivo del que sólo una compañía como Gearbox (partícipes en series como Half-Life o Brothers in Arms) podía responsabilizarse después de haber abordado varios retrasos y problemas de desarrollo entre los que se cuenta una importante remodelación a nivel artístico. Y es que Borderlands, desde su concepción hace cerca de dos años, ha cambiado drásticamente para convertirse en un RPG Shooter cuya inspiración podemos encontrar en films tan emblemáticos como Mad Max (1979).
Tierras fronterizas
Un planeta al borde del caos en un tiempo lejano supone el apocalíptico escenario de una aventura donde lo más importante será sobrevivir mientras que buscamos el secreto de la tierra de Pandora. Bandidos, una población decadente y extrañas criaturas nos aguardan en un producto que a la lógica del "acaba con todo lo que se mueva" añade hasta 160 quests que se podrán resolver tanto en individual como en cooperativo (hasta cuatro usuarios, ya sea con opción de pantalla partida o juego online).
El modo campaña será exactamente igual tanto si lo disfrutamos solos como acompañados, lo cual supone un buen motivo para hacer que los cuatro personajes disponibles (Mordecai, Roland, Lilith y Brick) unan sus fuerzas.
Cada uno posee su propia historia y motivaciones para estar en la trama, pero también técnicas y habilidades únicas. De esta manera, mientras que uno puede ser un extraordinario francotirador con dotes para recuperar la munición del grupo, otro podría destacar por la lucha cuerpo a cuerpo o el uso de la magia. Cada personaje en Borderlands tiene su función, siendo los cuatro juntos un equipo no sólo perfecto para disfrutar, sino también para cooperar, ya que cabe la posibilidad de auxiliar a un compañero caído tal y como sucede en referentes como Left 4 Dead o Gears of War 2.
Disparos RPG
Sin duda, el concepto multijugador cooperativo de Borderlands es realmente ambicioso. Faculta a sus participantes para conectarse o desconectarse de la partida en cualquier momento, pero más importante tal vez sea el hecho de que el personaje al que representamos es persistente. En otras palabras, su nivel de experiencia, habilidades aprendidas y armas conseguidas se mantienen siempre, incluso en la faceta online del título.
Así, podría entenderse que este es un shooter en primera persona de los de toda la vida (incluso está basado en Unreal Engine 3), pero con una buena cucharada del concepto rolero de Diablo acompañada por una pequeña pastilla de caldo procedente de World of Warcraft. El resultado es algo único, más incluso cuando nos damos cuenta de que al limitado pero, en definitiva, atractivo mundo abierto de Borderlands y a los cambios de luz dinámicos sobre el escenario (dan lugar al día y la noche) se suma el conocido como sistema de generación aleatoria de niveles.
He aquí la característica estrella de un título que apuesta firmemente por la idea de que nunca vivamos la misma experiencia dos veces. Y para conseguirlo, nada más fácil que hacer que los mapas se generen aleatoriamente cada vez que juguemos, haciendo que los enemigos, los ítems y otros elementos del escenario no se encuentren siempre en el mismo sitio.
Creatividad cel-shading
Pero no sólo eso. Gracias a la tecnología de generación de contenidos puesta en marcha por Gearbox en este videojuego, se nos promete el impactante número de un millón de armas diferentes. Es una cantidad revolucionaria, pero totalmente acorde con otra de las grandes intenciones de los desarrolladores: conseguir que nunca se encuentren online dos personajes iguales.
Ya sólo hablando de lo jugable, a la parafernalia creativa de Borderlands se le nota ambición, pero si hablamos sobre el apartado gráfico, entonces lo que notamos son ganas de marcar la diferencia. Y para lograrlo, no existe mejor aliado que el cel-shading, una técnica que en Borderlands nos hace ver todo como en una película de animación. Por ahí han llegado a decir que poco tendría que envidiar a una película de Walt Disney, pero lo más significativo y útil para nosotros, como jugadores, es que (en la versión que hemos probado) no existen tiempos de carga.
El videojuego se desenvolvió en nuestras pruebas en Londres con total fluidez, aunque también con algún pequeño error de programación que no estaba invitado al evento. No obstante, matizamos que el producto está aún en fase de testeo, puesto que por todo lo demás lo nuevo de Gearbox apunta a convertirse en una gran alternativa para aquellos que busquen algo más que apuntar, disparar y avanzar. Más detalles en octubre de este año, cuando Borderlands llegué por fin a nuestros PC, Xbox 360 y PlayStation 3.