La Primera Guerra Mundial (como otros grandes conflictos) ha sido explotado una y mil veces en el mundo del videojuego. Sin embargo, en esta nueva y prometedora producción de nombre 11-11: Memories Retold, descubriremos una nueva perspectiva de dicha guerra.
No es la primera ni, seguramente, la última oportunidad que me adentro en un título que versa sobre la Primera Guerra Mundial. Dicho conflicto servirá como trasfondo para la historia que se narrará en la inminente producción que preparan Aardman Animations y Digixart que se titulará 11-11: Memories Retold, obra que ya he podido probar en su versión para PS4.
En lugar de plantear más o menos "lo de siempre", en este caso los desarrolladores van a intentar ir un paso más allá y plasmar una historia muy profunda y sentimental. Ésta tendrá lugar justamente durante dicha guerra, donde el 11 de noviembre del año 1918 marcará el destino de los dos protagonistas principales (alternaremos su control) que formarán parte de la elaborada trama que transcurrirá durante esta aventura en tercera persona.
Por una parte tendremos a Harry, un joven fotógrafo afincado en Toronto que, por casualidad más que por otra cosa, acabará alistándose en el frente occidental. Un caso muy distinto al que experimentará el atormentado técnico alemán Kurt. Sí, porque la desaparición de su hijo, perteneciente al bando alemán, le remorderá tanto que se verá obligado a formar parte de dicho ejército para averiguar qué habrá sucedido con su primogénito. Dos historias que se entrelazarán y que darán vida a una trama argumental que, por lo que he podido comprobar, tendrá bastante gancho… y sentimiento.
La narrativa al poder
Para aquellos que apreciamos las buenas historias (ya sean volcadas en un videojuego o en cualquier otro medio), últimamente muchos desarrolladores están enfatizando dicho elemento en sus producciones. Y en el caso de la obra que nos ocupa, sin duda éste se convertirá en su aspecto más importante. Eso es, porque a pesar de que 11-11: Memories Retold no será un walking simulator ni tampoco una novela visual, su vertiente jugable pasará casi a un segundo plano, a pesar de que evidentemente tendrá su relevancia.
Por lo que he podido constatar durante los 20 minutos que duraba aproximadamente la demo, la jugabilidad que pondrá en liza esta obra será bastante variada… pero, a su vez, tremendamente simple. En muchos casos únicamente tendremos que encontrar a un personaje u objeto determinado situado en algún punto de los, a priori, reducidos escenarios para poder progresar. Unas tareas tan simples como fáciles de ejecutar. También será necesario superar puzles extremadamente simplificados, así como actuar en sigilo o superar secciones "plataformeras" o de “habilidad” (por así denominarlas), pero nada complejas, más bien lo contrario.
El principal foco de atención de los desarrolladores es narrar una historia elaborada
Más trascendencia presentarán las decisiones que tendremos que ir tomando a medida que avancemos, las cuales (según nos contaron ya que no tuve oportunidad de constatarlo) afectarán al transcurrir de la aventura. En fin, que está claro que el principal foco de atención de los desarrolladores es narrar una historia elaborada que nos permitirá vivir situaciones muy complejas, como por ejemplo dejar con vida o no a ciertos personajes. Todo lo demás será más bien anecdótico, al menos lo que tendrá que ver con su vertiente jugable. Y un claro ejemplo de esto último será la posibilidad de poder controlar a otros “protagonistas”, como por ejemplo un gato.
Mucho más interés se está poniendo en representar todo lo que tiene que ver con su original aspecto estético, siendo este uno de los principales reclamos que presentará 11-11: Memories Retold, aunque sólo sea por su originalidad y atrevimiento. Sus desarrolladores califican a su creación como "una gigantesca pintura viviente", y no les falta razón. El estilo visual del juego será en plan acuarela, pero exagerado, hasta tal punto que todos los personajes y escenarios que se dejarán ver en pantalla mostrarán unos contornos difuminadísimos… demasiado incluso, al menos en mi opinión. De hecho, durante la sesión de juego en más de una ocasión me costaba discernir ciertas siluetas que aparecían en pantalla. Pero bueno, desde luego personalidad no le va a faltar al planteamiento estético que será integrado en esta producción.
No tiene mala pinta, más bien lo contrario, lo que tienen en el horno Aardman Animations y Dixiart. Un título con el que pretenden literalmente “mandar un mensaje de paz” y, en cierta forma, homenajear a aquellos que cayeron durante la Primera Guerra Mundial. Un objetivo muy loable.