Alzad vuestros mazos al aire y prepararos para poner Marte patas arriba, porque la revolución ha vuelto. Tras siete años de tranquilidad, los trabajadores de Volition se rebelan contra los cánones establecidos en el género de la acción y abren una brecha en el muro de la innovación para derribar los cimientos de la vieja interactividad. El mundo de Red Faction: Guerrilla promete haceros no querer volver al del videojuego tradicional.
El pasado 1 de abril no fue uno de los días más comunes en la redacción de 3DJuegos. Viajamos a Londres, compartimos ciudad con el presidente Obama, conseguimos librarnos de las manifestaciones y, lo más importante, logramos estar presentes en un evento de THQ muy exclusivo para comprobar qué es lo que los chicos de Volition nos tienen preparado para este mismo mes de junio.
Red Faction: Guerrilla es el videojuego más destacado de los desarrolladores estadounidenses para este 2009 y la verdad es que sólo hacía falta dedicarle unos minutos para llegar a la conclusión de que en Volition han conseguido llegar a un punto inalcanzable, de momento, por el resto de compañías. A medio camino entre un "sandbox" y un "third person shooter", la nueva entrega de la serie Red Faction lleva hasta límites desconocidos el concepto de destrucción, apoyándose en una revisión del Geo-Mod Engine que está perfectamente adaptado a las posibilidades de las consolas de nueva generación.
Podéis olvidaros de las falsas promesas de interactividad que las desarrolladoras sacan a relucir con motivo de cada nuevo lanzamiento. La mayor y principal apuesta de Volition radica en que todo en su videojuego es destruible, desde el más grande de los edificios hasta el más periférico elemento del escenario. No hay nada que se escape a la influencia de una tecnología que ha sido desarrollada durante cuatro largos años para hacer que los amantes de hacer saltar todo por los aires se lo pasen en grande con Red Faction: Guerrilla.
La rebelión comienza en Marte
Recubierto por multitud de secuencias de introducción que tienden a aprovechar el motor de juego del producto, Red Faction: Guerrilla retoma el espíritu de la revolución de sus predecesores gracias a Alec Mason, un trabajador que viaja a Marte en busca de una nueva y mejor vida. No obstante, como Niko Bellic en GTA IV, pronto se dará cuenta de que el sueño marciano no existe y, de hecho, se encontrará con el cruel destino de presenciar la muerte de su propio hermano por parte de la Earth Defense Force, una organización corrompida por un deseo imparable de poder.
Ya no habrá marcha atrás. Alec, en busca de venganza, ayudará a los trabajadores oprimidos a rebelarse a través de la Red Faction, un movimiento de liberación al que acompañaremos a lo largo de los seis vastos territorios que conforman el mundo abierto que ha creado Volution para la ocasión. ¿Nuestra misión? Retomar la influencia sobre las distintas áreas de Marte. ¿Nuestras armas? Todas aquellas que se puedan empotrar contra las estructuras, ya tengan forma de mazo, de explosivo, de cohete o incluso de vehículo.
A estos efectos, el motor de colisiones de Red Faction: Guerrilla es una auténtica delicia. Es capaz de medir la fuerza de los impactos, pero también de calibrar su repercusión sobre las estructuras dependiendo de la naturaleza de los materiales y de su arquitectura. El resultado es una experiencia de demolición realista, consiguiendo que absolutamente todo se venga abajo por motivos físicos que no dejan de lado a la espectacularidad. Cada edificio, cada vehículo e incluso cada personaje responde de una manera diferente dependiendo del punto en el que sean alcanzados.
Derribando los muros de la opresión
Con tal despliegue de explosiones y derrumbamientos no era de extrañar que Volition realizara un dulce abuso de la capacidad destructiva de su nueva obra. Red Faction: Guerrilla podría considerarse como un videojuego perteneciente al género "sandbox", pero con muchas particularidades. Aquí rebeldes y opresores comparten el mismo escenario, siendo nuestro papel el de ir a las bases enemigas y hacer un poco el gamberro volando estructuras para después acceder a las misiones que se vayan desbloqueando.
En este sentido, hemos apreciado un avance pseudolineal basado en la ampliación del territorio a explorar, lo cual no es nada negativo, puesto que el hilo conductor está impregnado de una acción que nos propone tareas tan llamativas como interceptar un ataque, realizar un asalto, defender una base, rescatar civiles o participar en las conocidas como Guerrilla Actions, a las cuales no tendremos que acudir si no queremos. No obstante, el absentismo no está bien visto en Red Faction: Guerrilla, de manera que nuestra actuación repercutirá directamente en la moral de la rebelión, que será tanto más alta cuanto más la ayudemos en su batalla contra la Earth Defense Force.
Aquí radica precisamente uno de los conceptos más interesantes de la obra, puesto que a mayor moral, mayores serán las posibilidades de completar el juego con éxito. Es la diferencia entre que la población huya del ejército enemigo o tenga ánimos para coger las armas y unirse a tu batalla. Incluso pudimos sonsacar a Sean Kennedy -Associate Producer del juego- que habrá una tercera facción, los Marauders (reminiscentes de los personajes de la película Mad Max), que aparecerán al final del juego para desequilibrar la balanza de la contienda.
Acción demoledora
La mayor parte de la acción tiene lugar en la superficie de Marte. Descubriremos el desierto marciano, sus suburbios, sus campos de minas, sus zonas montañosas... En definitiva, un mundo abierto con cierta libertad de acción que resulta más agradable recorrer a través de los varios vehículos que se ponen a nuestra disposición.
Sin embargo, lo más curioso es que su función de transporte, a pesar de importante, no es la más llamativa, puesto que a nosotros lo que más nos gustó fue estamparlos contra las estructuras para causar daños masivos y realmente impactantes. Como en la mejor película de acción, es posible controlar una gran escavadora, ponerla a toda velocidad y saltar en el último momento para ver desde una distancia prudencial cómo derriba un edificio entero.
Pero no todo son grandes demoliciones o devastadores vehículos en Red Faction: Guerrilla. La acción a pie es igualmente importante, ya sea con mazo o arma de fuego en mano. Especialmente relevante es, por ejemplo, la inclusión de un nuevo sistema de cobertura que nos permite resguardarnos detrás de muros para acertar con mayor tranquilidad a unos soldados enemigos que, una vez alertados, nunca dejarán de buscarnos. Menos mal que a nuestro alcance tendremos artilugios como cargas explosivas, metralletas, lanzacohetes o torretas, ya que cuando la alerta se vuelva roja (máximo grado de persecución de nuestras "fechorías") será muy difícil que nuestra barra de vida -regenerable con el tiempo- se mantenga intacta.
Un multijugador basado en la destrucción
El modo campaña se presenta así con grandes garantías para entusiasmar a un gran abanico de jugadores. Su sustento en el afán universal de destrucción y la oportunidad de seleccionar hasta tres niveles de dificultad (incluido el "casual") invitan a explorar el poder de un Geo-Mod Engine que también hace acto de presencia en la parte multijugador para redefinir el clásico concepto que teníamos acerca de opciones tan comunes como un simple Deathmatch.
Seis modos de juego, seis mapas disponibles y hasta 16 jugadores simultáneos son los datos objetivos de la variante multijugador de Red Faction: Guerrilla. No obstante, es importante acudir a la expresión de sensaciones para hacer comprender el vuelco que han dado los señores de Volition a una experiencia grupal que se modifica completamente cuando el entorno puede destruirse completamente y no hay escondite posible.
Todos los mapas gozan de un diseño único, pero de cada mazazo y de cada explosión dependerá que al minuto ya no sean los mismos. No hay una partida igual a otra, mucho más cuando se cuenta con varios personajes a seleccionar, con una variedad de mazos a lucir (todos desbloqueables) y con posibilidades de juego tan suculentas como Damage Control -donde luchar por conseguir la posesión de tres estructuras- o Demolition, un modo donde debemos de proteger a otro jugador mientras que éste destruye estructuras enemigas.
En junio, a cambiar de mochila
Evidentemente, no faltan los clásicos Capturar la Bandera, Asedio, Deathmatch (Anarchy) o Team Deathmatch (Team Anarchy), completando así los seis modos que nos demuestran que el simple factor de la destrucción es capaz de obrar milagros a la hora de reinventar un concepto de juego en el que ahora no sólo podremos acabar con el enemigo apretando el gatillo, sino también sepultándolo bajo la estructura que lo resguarda.
No podemos olvidarnos tampoco de los "backpacks" (mochilas). Hay cerca de una decena de modelos repartidos por los escenarios y son capaces de marcar la diferencia durante las partidas. Hacernos invisibles, ganar potencia de disparo, volar por los aires con un jetpack, encontrar a enemigos ocultos mediante visión térmica, realizar embestidas brutales, curarnos las heridas, adquirir una mayor velocidad... Mochilas las hay para todos los gustos, suponiendo sin duda un elemento estratégico importante que potencia el carácter de destrucción en el que se sustenta el multijugador de Red Faction: Guerrilla.
Por supuesto, en cada partida se pueden controlar parámetros como el tiempo de partida, la hora del día o incluso establecer un "handicap" con el objetivo de equilibrar las luchas. Vamos, que a Volition se le han escapado pocos detalles a la hora de diseñar un videojuego que lo tiene todo para convertirse en una de las mejores apuestas de acción del año. A nosotros, por el momento, nos ha convencido, citándonos de forma irremediable hasta el próximo 12 de junio para comprobar el poder de destrucción que con capaces de soportar los controladores de Xbox 360, PlayStation 3 y PC.