Ni a Square Enix ni a People Can Fly les tiemblan las manos a la hora de enseñar Outriders, el shooter RPG cooperativo que llegará a finales de año a PC y consolas de la presente y la próxima generación. Tras una primera demostración para la prensa y un par de retransmisiones dedicadas a varios aspectos de esta nueva IP, en 3DJuegos volvemos a ponernos a los mandos para contarte cómo es jugar con un personaje de nivel alto.
Parece que hoy por hoy, todos los juegos grandes quieren ser looters. Hay algunas series bien asentadas ya, claro, pero otras como Assassin's Creed o el nuevo Gotham Knights "se han subido al carro" a posteriori. Encima, todos son tan parecidos que cuesta encontrar algo único. Ya sabes: armaduras modulares, rarezas, tal vez un par de afijos por pieza, algún tipo de nivel de poder. Seguro que has jugado a algo del estilo. Y en un momento tan complicado en el que cada editor parece haberse agenciado ya al menos un juego basado en la progresión por botín, ¿hay espacio para uno más? ¿Una IP completamente nueva? Pues parece que sí: Square Enix y People Can Fly vienen pisando fuerte con Outriders.
Se ha dicho por activa y por pasiva, pero por si acaso, aquí va una vez más: no estamos ante un juego como servicio en absoluto. No hay cajas de botín, de hecho, no hay ningún micropago en absoluto; no hay DLC ni expansiones previstas por ahora, no hay pases de batalla o de temporada. Es un RPG con botín, sí, y también se puede jugar en cooperativo; pero hasta ahí. Tras ponerme a los mandos, me recuerda más a Borderlands que a otra cosa. La historia tiene un peso enorme, y acierta tanto en el tono como en las formas. Ahora bien, no te confundas: durante las misiones, no hay un segundo de descanso.
Zonas infestadas de enemigos, sean humanos o alienígenas. Armas y poderes, a partes iguales, para salir airoso de la contienda. Quedarse atrincherado en una cobertura no sirve de nada, y si no piensas en tu personaje, en cómo está equipado, en cómo mejorar sus poderes, lo notas. A los enemigos de élite no les haces ni cosquillas, te faltan capacidades mecánicas para interrumpir sus poderes, e incluso si estás debidamente pertrechado, debes combinar tus habilidades para ganar. Aunque cada personaje es autosuficiente, lo que de verdad resulta divertido, espectacular y efectivo es intercambiar las técnicas de cada una de las cuatro clases disponibles para desatar el caos. Espera, ¿he dicho cuatro? Oh, sí: para cuando estéis leyendo estas líneas, sus responsables habrán presentado en directo al último personaje jugable, que complementa al pyromancer, al trickster y al devastator.
Sangre y chatarra: se presenta el technomancer
Autodefinido como un terror andante, el technomancer es un personaje capaz de crear máquinas e instrumentos mecánicos a partir del aire. Sus poderes le permiten invocar torretas, morteros y minas, y puede especializarse en torno a la curación —el único personaje con esta capacidad, de hecho— o al control de masas. Es una de las cosas interesantes de Outriders, a fin de cuentas: aunque las clases jugables tienen apariencia del clásico reparto de tanque, especialista y apoyo, la realidad es que cada clase satisface sus propias fantasías. Ya sabíamos, por ejemplo, que el piromante puede convertirse en un excelente tanque, y unos minutos antes de la publicación de estas líneas aprendimos en directo que el devastador también sirve para aplicar daño por tiempo (DOTs).
En una sesión reciente donde me uní a representantes de otros medios de prensa, pude ponerme a los mandos de un technomancer de nivel 30 durante algo menos de dos horas. Tuve acceso completo a todo su árbol de habilidades, y aunque lamento no haber tenido más tiempo para probar a fondo cada técnica a mi disposición, al menos sí que pude redistribuir todos los puntos de habilidad disponibles en la versión final para probar un par de 'builds' distintas. Algo similar ocurrió con las armas: solo pude probar un puñado de variantes de escopetas automáticas, subfusiles, revólveres o rifles de francotirador, apenas sin modificar; pero sí que tuve tiempo de sobra para darme cuenta de algo: hace falta pensar e ir preparado para ganar. O, como mínimo, para sentirte ganador.
Porque claro, tienes un arma en las manos, y dos en la reserva. Rara vez te quedas sin munición. Disparas a un enemigo corriente y moliente, un 'trash mob' en toda regla, y muere. No son esponjas de balas ni nada, no tienen por qué serlo. Pero si se te acercan seis de ellos de frente, matas a tres mientras caminas hacia atrás, y te golpea uno, lo mismo te deja en las últimas. Y si nos encontramos un élite, (un Ironclad, por ejemplo, entre enemigos humanos) pues ya puedes tener a mano habilidades para interrumpir sus invocaciones, al estilo de cualquier MMORPG, porque si no tal vez te las verás luchando mientras esquivas tornados de fuego. Esos duelen más que los 'trash mobs', como te puedes imaginar. Outriders no espera que ganes con una destreza increíble a los mandos, ni tampoco con un objeto legendario con un 'roll' increíble que te haga sentir un dios entre simples mortales.
Outriders cuenta con combates intensos, pero lentos y concienzudos
No: Outriders quiere que pienses, que te tomes cada combate como un puzle, y te adelanto que son combates intensos, pero lentos y concienzudos. Cada personaje puede jugarse de muchas formas, pero tienes que conocerlas. Como technomancer, una de las tácticas más simples y efectivas es dejar minas de congelación, esperar a que un puñado de oponentes la activen y, mientras están congelados, invocar fuego de mortero sobre ellos. Simple y efectivo, alternando disparos durante el tiempo de enfriamiento de las habilidades. Y al mismo tiempo, debes asegurarte de que el reparto de estadísticas de tu avatar está bien hecho, si no quieres pasarte mucho más tiempo del que crees tratando de acabar con los enemigos más duros… que son abundantes, en contiendas que ya de por sí son largas.
Pero aclarado que Outriders es un RPG pesado en cuanto a la acción, creo que también merece la pena hablar de lo bien orientado que está en otros aspectos. Por ejemplo, me ha agradado comprobar lo flexible que es en cuanto a opciones de configuración, tanto gráfica como de interfaz, y también en lo tocante al aspecto de nuestro personaje. Al pasar de una región a otra dentro del mapa, o en zonas sociales, es posible cambiar de rasgos faciales con total libertad, así como también personalizar el propio camión con diferentes patrones, ornamentos y colores; o cambiar de personaje directamente desde un menú sin abandonar la partida. Más allá de este ámbito, lo que encontramos al caminar por los asentamientos destartalados es un puñado de mercaderes, NPC que ofrecen misiones y objetivos opcionales de cacería, que por ahora, no he tenido el gusto de probar. Pero sí que he tenido tiempo para observar algo sobre la historia.
Me ha agradado comprobar que Outriders tiene un sentido cinemático bastante bien conseguido, tal vez para la sorpresa de muchos, con toma de decisiones (nada demasiado profundo, por lo que he visto hasta ahora) y un tono muy oscuro. El juego no se corta un pelo a la hora de decir palabrotas eslavas ni sajonas, conversaciones que se van de manos, cuerpos cercenados o gente quemándose viva, así sin chistes ni ángulos de cámara permisivos de por medio, porque recordemos que en el mundo de Enoch, no todos los "alterados" —así se llaman— como nosotros usan sus poderes para ayudar a otras personas. A veces sienta mal dejarlas de lado, porque si un señor mayor y tembloroso te dice que unos maleantes tienen a su hija y que morirá en horas si no le ayudas acabarán con ella, pues ya me dices cómo rechazas eso. Sea como fuere, una vez hayas elegido a quiénes ayudas y a quiénes abandonas vilmente a su suerte, llega el momento de partir.
He esperado hasta este punto para hablar del cooperativo por una razón muy concreta, y es que si has jugado ya a juegos como Borderlands estarás acostumbrado a que alguien abra el menú para cancelar un viaje programado. Aquí eso no ocurre: cuando alguien activa una misión, aparece un contador para todo el grupo independientemente del menú en el que estén, pero se puede votar a favor o en contra de la misión durante ese tiempo. Por otro lado, y aunque no es algo que haya podido comprobar de primera mano, parece que al unirte a una sesión en línea el juego te advertirá si el anfitrión va más avanzado en la campaña que tú, para que evites spoilers innecesarios. Diría que estamos ante un método muy tradicional, casi arcaico, de plantear el cooperativo; pero es un método de eficacia probada y con opciones inteligentemente dispuestas aquí y allá. Además, durante las misiones podemos abrir un mapa con una descripción detallada de lo que estamos haciendo y del resto de objetivos en nuestro completo cuaderno.
Hay un montón de pequeños detalles que me gustaría explorar más a fondo en futuras misiones: por ejemplo, parece que el códice integrado en el menú que no falta en ningún RPG moderno aquí vendrá especialmente recargado con información para casi cualquier NPC, enemigo o localización; creo que el sistema de mods y de personalización de armas tiene un potencial interesante, y definitivamente quiero ver más variedad de armas de las que he podido probar hasta ahora. Creo que Outriders va bien encaminado, como mínimo, en todo lo que lo convierte en un juego de rol, y creo también que ese será justo uno de sus puntos fuertes de cara a diferenciarse al resto de juegos orientados al botín. Si le estás siguiendo la pista, debes saber que aún falta algún que otro directo antes de que podamos ver su fecha de lanzamiento, eso sí.