Así es Yakuza Like a Dragon jugado en Xbox Series X. Un giro en la franquicia que no solo cambia el sistema de combate a uno por turnos, al estilo RPG, sino su escenario, su protagonista y mucho más manteniendo siempre su esencia. En estas impresiones con vídeo gameplay incluido te contamos todo sobre este nuevo videojuego de SEGA que está a pocas semanas de estrenarse.
No se habla mucho de ello, pero cuando nació la saga Persona no debió ser fácil adaptar los sistemas de un JRPG al "mundo real". Las armas, efectos mágicos, enemigos y mazmorras se adaptan mejor a un entorno de fantasía que a nuestras urbes más… "civilizadas". Al final, siempre tiene que haber un punto en el que dejes de pensar en si es o no normal que un personaje vaya por la calle llevando una katana o una pistola y, sencillamente, dejarte llevar por la historia y contextualizando todo lo posible cada faceta del género.
Es lo que hace la serie Yakuza, más fácil si cabe, porque es una saga que no tiene vergüenza. Una katana o una pistola es demasiado normal para este juego cuando puedes usar una baraja de póker o un sazonador de pimienta gigante para atacar a tus enemigos. Pero lo mejor de todo es que tiene cierto sentido: tanto Ichiban Kasuga como el resto de amigos que lo acompañan pueden desempeñar diferentes trabajos (otra característica de algunos JRPGs), que lo especializan en unas estadísticas u otras. Solo que aquí en vez de ser herrero, clérigo o mercenario eres cocinero, b-boy o crupier. No se puede no adorar a Nagoshi-san.
Pero la razón principal de mi amor por el Ryu ga Gotoku tiene que ver con su mezcla de histrionismo y compromiso, que ha perfilado y refinado cada vez más en los últimos juegos hasta encontrar la fórmula perfecta entre humor y crítica social. Me gusta poner siempre el mismo ejemplo, de Judgment, en el que a través de una misión secundaria encontramos a una pareja asediada en su pequeño apartamento de alquiler por un fantasma. Al final de la misión resulta que el fantasma son ellos mismos, que inventan la leyenda para reducir el precio del alquiler; porque los alquileres en los centros urbanos de Tokyo son demenciales.
Solo he tenido que andar unos pasos para ver que Yakuza: Like a Dragon va por la misma dirección. De hecho, la primera misión de este capítulo 5 con la que me topé, y de nuevo es una secundaria, logra tratar el complejo e incomprendido tema de la maternidad en los primeros meses del nacimiento de un bebé y mezclarlo con yakuzas vestidos con pañales llorando en el suelo porque quieren bibe. Como padre primerizo que soy, comprenderéis que el juego me entrase bien.
Vuelven las hostias como panes, pero por turnos
Tiene buena pinta, no hay duda, aunque todavía hay que hacer muchas pruebas
Cada Yakuza ya de por sí me parece un regalo, pero siempre he admitido que la saga ha tomado mucho de prestado de anteriores entregas, construyéndose sobre sus bases (y aprovechando Kamurocho hasta la saciedad). Es algo muy japonés; que se lo digan a mi otra saga fetiche: Trails. Por eso me parece doblemente valiente que hayan decidido romper con el combate tradicional y hayan optado por presentar este sistema por turnos de toda la vida. La ironía se cuenta sola, cuando es precisamente el caso contrario a lo que estamos acostumbrados.
Así, Like a Dragon nos deja llevar a un equipo de cuatro personajes, elegir sus especialidades, armas, "armaduras" y habilidades especiales. Tendremos ataques individuales y grupales, sencillos y poderosos, así como acciones pasivas. Lo que más sorprende es cómo se integran en el terreno de juego. Casi todos los JRPGs, incluso algunos modernos, nos llevan a una arena de combate para limpiar el escenario evitando contratiempos, pero Yakuza crea un sistema por turnos dinámicos donde los personajes se adaptan al entorno, a los bolardos de la acera, a los transeúntes… y todo en tiempo real. En alguna ocasión se ha quedado un compañero rezagado y he visto cómo poco a poco se iba acercando a la pelea en mitad del combate.
Los ataques siguen siendo absurdamente gráficos, violentos y divertidos. Es lo bueno de mezclar el RPG con el mundo actual, que puedes ir dando sofisticados bolsazos en lugar de tener que acudir a aburridas hachas. Lamentablemente, ha sido algo difícil probar en profundidad toda la estrategia que pueda dar de sí el combate, porque la demostración incluía a personajes muy subidos de nivel, pero se denotan ya ciertas formas de aproximarse a los enemigos interesantes. Por ejemplo, cada uno de los enemigos tiene una debilidad a explotar, y los ataques grupales tienen un alcance limitado, por lo que tienes que esperar al momento apropiado en el que varios matones se junten para ser más efectivo.
Tiene buena pinta, no hay duda, aunque todavía hay que hacer muchas pruebas para ver si sostiene el grueso de la aventura. Al fin y al cabo, por mucho que a mi me guste recorrer estas calles en un Yakuza y descubrir las locuras que esconden sus misiones, todo tiene que estar aderezado de un combate desafiante y táctico para que funcione, y esta es la primera aproximación del estudio a este tipo de batallas.
Pero no hay duda de que le están sacando partido, porque se agradece y mucho que nuestro protagonista, Ichiban Kasuga, no vaya solo por Yokohama; sino acompañado de hasta tres personajes que hacen que el desarrollo de la trama sea más armonioso. Al fin y al cabo, cuando íbamos con Kazuma en anteriores Yakuza, siempre nos relacionábamos con personajes con un papel menor, pero al ir acompañados de nuestro grupo, se generan más oportunidades y se define mejor sus personalidades al interactuar entre sí, en vez de leer las reflexiones del personaje.
Si Like a Dragon parece una revolución no solo es por el cambio de sistema de combate. Ni siquiera por el de su personaje principal. Hasta los minijuegos han sido renovados y siguen siendo tan maravillosos y llamativos como cabe esperar. Hemos bajado a un cine a ver películas antiguas, cuya mecánica es la de no quedarse dormido, mientras que carneros antropomórficos te lanzan hechizos de sueño que tienes que golpear como si fuera el juego de los topos y el mazo. Hasta hemos llegado a ver todo un completo “minijuego” de gestión empresarial en el que tenemos que sacar a flote un negocio desde lo más bajo, haciéndolo eficiente, mejorando la plantilla y cotizando en la bolsa para no caer en la bancarrota.
Y por supuesto, abandonamos Kamurocho (que aun así aparecerá como guiño junto a Sotenbori) al que había que dejar descansar. El que fuera la inspiración de Kabukicho se sustituye por el distrito de Isezaki Ijincho basado en Isezakicho, en la ciudad de Yokohama. Sus calles son amplias, bien recreadas y apoyándose en la base cada vez más completa de anteriores Yakuza que cada vez permitían una mayor cohesión y libertad de movimientos entre exteriores e interiores.
Hemos jugado en Xbox Series X: así es técnicamente
También nos permite hablar del apartado técnico, porque he jugado a Yakuza Like a Dragon en su versión para Xbox Series X y ha sido una grata experiencia. El juego viene acompañado del clásico selector, algo extraño, porque al modo Rendimiento o Gráficos le acompaña un modo “Normal”, por lo que he tenido que consultar la información oficial para entender a qué se refiere cada uno de ellos. Normal es, de hecho, mi preferido, que conforma una imagen de 1440p60, una buena media. Gráficos lleva la imagen a 4K nativos, pero a 30 frames por segundo, mientras que rendimiento, curiosamente, sacrifica resolución para mostrar una tasa de frames superior a 60, aunque no llega a 120. No he podido comprobarlo porque no tengo un monitor/televisión de estas características, pero parece ser que deja la tasa de frames variable, para intentar alcanzar el máximo posible.
Yakuza: Like a Dragon es el primer juego del que disponemos de características técnicas precisas para Xbox Series X
Se han confirmado también, de hecho, los modos gráficos en Xbox Series S. Lo ha hecho Zack Reese durante un streaming del juego, confirmando que habrá un modo a 1440p y 30 fps y 900p y 60 fps, según el modo seleccionado, siendo el primer juego del que disponemos de características técnicas precisas en esta máquina.
Sabía que Yakuza Like a Dragon era difícil que me decepcionase, porque ya son muchos juegos a las espaldas y el estilo de Nagoshi hace mella. Pero con tantos cambios, siempre cabía la duda y las comparaciones. No puedo afirmar todavía si Like a Dragon será mejor o peor Yakuza, pero sí abrazo esa diferencia y esas ganas de hacer cosas distintas. En el fondo, la esencia de una saga es algo más que sus personajes o su sistema de combate, como demuestra este juego. Es un estilo propio, una forma de mirar al diseño de videojuegos, y creo que el del Ryu ga Gotoku es único. Y valiente. Como un dragón.