Tom Clancy ha puesto en nuestras manos un rifle de asalto, una silenciadora e incluso una ficha de estrategia, pero nunca se había atrevido a meternos en la cabina de un avión a mil kilómetros por hora. Ubisoft Rumanía nos asegura que domina la simulación en una demostración multijugador que amplía detalles sobre H.A.W.X. a pocas semanas de su lanzamiento.
Probablemente ningún escritor pueda presumir de deber tanto al mundo del ocio electrónico como Tom Clancy. Desde que "La caza del Octubre Rojo", allá por 1987, se adaptara con éxito a las plataformas del momento (Amiga, Spectrum y Amstrad CPC, entre otros), el imperio del novelista estadounidense no ha hecho más que expandirse.
Sus ideas sobre un futuro inmediato un tanto apocalíptico y, sobre todo, bélico fueron materializadas en decenas de videojuegos que con una temática militar de trasfondo nos han puesto en la piel de unidades de asalto (Rainbow Six), de expertos en infiltración (Splinter Cell) e incluso de auténticos estrategas (EndWar).
Poco nos quedaba por ver en la serie, aunque puestos a pedir y poniéndonos exigentes, nos faltaban experiencias de altos vuelos como las que nos ofrecerá el próximo 5 de marzo (una semana más tarde en PC) un título desarrollado por Ubisoft Rumanía que convertirá nuestras PlayStation 3 y Xbox 360 en motores a reacción capaces de hacernos atravesar las nubes a mil kilómetros por hora.
Un simulador de vuelo con el sello Tom Clancy
H.A.W.X. tiene la garantía de cualquier producto que cuente con el sello de calidad Tom Clancy, cuya consecuencia más directa va a ser una trama inspirada en un futuro cercano donde las empresas militares privadas están ganando terreno a la hegemonía estadounidense. Como es lógico, esto no gustará nada a los responsables en política exterior norteamericana, con lo que las hostilidades entre unos y otros no tardarán en celebrarse.
Nosotros, por supuesto, nos situaremos en medio de la situación, que es donde interesa, a bordo de uno de los más de 50 aviones disponibles -la mayor parte son prototipos reales- en pos de ayudar a nuestra patria (EEUU) como parte de una unidad especial.
Por el camino, una campaña tanto individual como cooperativa -con hasta cuatro jugadores y otras tantas armas adicionales- que nos propondrá, según fuentes de Ubisoft, más de diez horas de juego a lo largo de misiones que comprenden funciones de escolta, apoyo aéreo, rescate o asaltos nocturnos a razón de 20 minutos cada una de ellas.
Realismo a 30.000 pies de altura
Como adelantábamos en nuestras anteriores impresiones jugables, H.A.W.X. va a suponer una potente maniobra de ataque dentro de un género hasta ahora dominado por Ace Combat. Sus 10.000 kilómetros cuadrados de escenario (lo cual supone cinco minutos volando en línea recta) y la recreación de emplazamientos como Rio de Janeiro, Washington, Afghanistan o Vietnam suponen razones de peso para confiar en el grado de realismo que va a alcanzar lo último de los desarrolladores rumanos.
A ello contribuyen novedades no demasiado comunes en el género como un sistema de realidad -compuesto por asistentes de ruta, de control de daños o de trayectoria de munición- que se combinan con la posibilidad de activar un sistema de vuelo manual que nos permite esquivar e interceptar los misiles enemigos desde una perspectiva completamente cinematográfica.
En estos momentos, la cámara se aleja siguiendo la acción desde el ángulo óptimo para que seamos capaces de zafarnos de la presión tanto de los misiles autodiridos como de los enemigos que nos persigan. Sin duda, un elemento de realismo tan logrado que, según nos comentó Alberto Martín (Product Manager de H.A.W.X.), "contribuirá a que el jugador experimente una sensación similar a la de los pilotos profesionales, que son incapaces de pilotar en el modo desasistido durante más de dos minutos".
Preparados para el despegue
Esto es algo que pudimos comprobar en la partida multijugador -admite hasta 16 jugadores- que Ubisoft preparó para la prensa especializada. A mandos de un joystick Thrustmaster Flight Hortas (que es como mejor se experimenta este tipo de títulos), nos enfrentamos en partidas "deathmatch" por equipos donde lo más importante era tanto aprender a evadir misiles como fijar al adversario.
Dentro de esta modalidad, se premiaba con poderes especiales al usuario que estuviera derribando más contrincantes (algo que se conoce en el título como "estar en racha"). Limitar la altura de vuelo de los aviones enemigos o bloquear momentáneamente su capacidad de fuego eran algunas de las artimañas planteadas desde una opción que incluso valora nuestros logros para darnos experiencia y algo de dinero con el que desbloquear armamento.
Las batallas tenían un límite de tiempo, daban como vencedor al más certero a la hora de incrustar los misiles en el resto de aviones pero, sobre todo, arrojaban un gran frenetismo que puede ser un buen vaticinio de lo que nos espera en la campaña cooperativa. Así que no despeguéis todavía, que aún tenemos que preparar la pista de despegue para un videojuego que con el sello Tom Clancy y una completa localización al castellano promete convertir nuestros controladores convencionales en auténticas armas de combate.