Ubisoft nos sorprende con el anuncio menos sorprendente imaginable: un battle royale en pleno 2020. Se trata de Hyper Scape, y su gran particularidad es que se ambienta en una ciudad digital que ofrece a los jugadores mucha, mucha verticalidad… y unas armas y poderes de lo más interesantes.
Desde que PUBG vino a poner el mundo patas arriba con el fenómeno battle royale en 2017, los videojuegos han cambiado mucho. Y puede que sea un género con una historia corta, pero han sido tantos los estudios que se han subido al carro del éxito que ya hemos visto de todo. Las estructuras de Fortnite, el batacazo de Radical Heights, el absurdo modelo de negocio de The Culling, las partidas cortas y cerradas de Red Dead Online, o las innumerables pequeñas grandes innovaciones de Apex Legends, por no hablar de experimentos como Crucible que mezclaban el mapeado de un battle royale con otras ideas. ¡Y me dejo muchos más en el tintero! Han sido solo tres años, pero tan densos que parece que ya lo hemos visto todo.
Y justo cuando parece que en el mercado ya no hay hueco para absolutamente nada más, como si ya se hubiera repartido toda la atención y el dinero imaginable, un estudio tan grande como Ubisoft Montréal (Assassin's Creed Valhalla, Rainbow Six: Siege, Far Cry 5) da un puñetazo sobre la mesa, y dice "Hyper Scape". Debo admitir que entré a la demostración del juego con pocas expectativas, y no puedo culpar a nadie que, tras leer las filtraciones, pensara "buah, otro battle royale, pasando". No vamos a engañar a nadie, Hyper Scape es un battle royale. Mapas que se cierran, botín repartido por el mapa, el último hombre en pie gana. Nada que no hayamos visto ya decenas, sino cientos de veces.
Pero me bastaron tres horas de una prueba técnica muy limitada —había menos armas y habilidades que las que veremos en el futuro, y las sesiones no estaban llenas— para cambiar de la indiferencia y la duda al interés. E, intercambiando opiniones con periodistas de otros medios españoles con los que pude jugar, veo claramente que todos compartimos las mismas sensaciones: será otro BR, sí; pero al menos es uno muy divertido, con ideas muy interesantes, y tengo claro que tiene todo lo que hay que tener para hacerse hueco.
Desintegrando edificios y oponentes
El equipo de Ubisoft hizo hincapié en que Hyper Scape es un juego ágil y vertical. Es cierto. De hecho, aunque no sea el único, es su rasgo más característico. Es digno de ver. Como el mapa dibuja una ciudad moderna (digitalizada, pero moderna a fin de cuentas) hay un montón de edificios, así que pasamos mucho tiempo tanto en las calles, como dentro de habitaciones, y también en los tejados. Hay infinidad de plataformas de salto, túneles de propulsión, hackeos y… escaleras, claro. Pero la idea es que subes y bajas muy a menudo, no hay daño por caída, e ir saltando por ahí se siente genial.
Nuestro avatar es bastante ágil, también. Tiene opción de deslizarse por el suelo, saltar hasta dos veces, ganar impulso combinando ambas técnicas o sumar incluso las facilidades del mapa a todo lo anterior. Todo eso describe también una curva de aprendizaje bastante rápida. Tan pronto como domines las básicas, te encontrarás sacando partido a la gravedad y a las físicas de nuevas formas, y siempre hay algo nuevo que intentar. Uno de los hacks a nuestro alcance, por ejemplo, nos convierte en una pelota de goma enorme que rebota al tocar el suelo o las paredes, así que se puede usar para salir de una situación complicada. ¿Y si sales de la bola en mitad del aire para intentar hacer un '360 no-scope'? Pues igual te estarías viniendo un poco arriba, pero lo puedes intentar, claro.
Sin ir más lejos, las armas juegan un papel importante en esa fiesta de personas cruzando el cielo. Lógicamente, la mayoría de personas que usan un francotirador lo harán desde la seguridad del suelo, tomándose un tiempo para apuntar con la mira, y como también es de esperar tenemos escopetas y rifles automáticos. Pero a ese arsenal tan típico tenemos que sumar otros "juguetes" más exóticos como un cohete de fijación o un lanzagranadas automático que vienen muy bien para enfrentarse a oponentes que saltan, o usarlos mientras nosotros mismos estamos en el aire. El manejo del personaje es muy interesante, pero hay mucho más de lo que hablar aquí.
En Hyper Scape contamos con un arsenal típico, pero también con algún que otro 'juguete' más exótico
Por ejemplo, no podríamos entender el estupendo manejo del personaje sin las posibilidades del mapa. Neo Arcadia es una gran ciudad virtual producida por la compañía ficticia Prisma Dimensions, que aloja un máximo de 100 jugadores simultáneos. Tiene un poco de todo. En cada uno de sus barrios hay edificios pequeños —los mejores sitios para encontrar botín— plataformas de salto, edificios enormes con espacios abiertos en su interior o incluso rascacielos donde practicar la escalada. Tiene incluso una recreación de la catedral de Notre Dame (muy parecida a la de AC Unity, como es lógico). La ciudad se estructura en diferentes distritos, y si estás pensando en el típico efecto de "tormenta" que consume el mapa, bueno; aquí también hay algo parecido, solo que va consumiendo los barrios individualmente, como en Fear the Wolves. Solo que en este caso, los edificios se desintegran poco a poco. Desaparecen. Es un efecto de digitalización realmente llamativo.
Esa idea de objetos digitales se aplica también a otros elementos. Por ejemplo, al cambiar de arma no guardamos una y desenfundamos otra, sino que simplemente desintegramos el arma que llevamos en las manos y en su lugar, aparece la nueva. Y aquí viene algo más interesante aún: al caer en combate, nuestro personaje no muere como tal, sino que pasa a ser un fantasma digital. A diferencia de Apex Legends o Call of Duty: Warzone, en Hyper Scape seguimos pudiendo controlar físicamente a nuestro personaje fallecido. Podemos correr y saltar con él, hablar con nuestro equipo, y fijar enemigos o lugares del mapa con el sistema de ping, pero no podemos participar directamente en los combates hasta que nos revivan.
Para hacerlo, toca colaborar con nuestros camaradas, guiarlos desde nuestra nueva forma hasta un tipo de plataforma especial que hay distribuida por el mapa. Si nos colocamos en una de estas, cualquier aliado vivo nos puede devolver al combate. Es una buena forma de evitar que nos aburramos y queramos abandonar la contienda. Otra de las cosas interesantes que ocurren en el mapa es la gestión del botín. Esencialmente, hay dos tipos de equipamiento: las armas y los hacks. Si estás pensando en las armaduras, pista para ti: esas son solo un tipo de hack. ¿Recuerdas la bola de goma de la que hablaba más arriba? Otro hack. Pero también hay minas, un 'groundpound' que nos eleva por los aires antes de impactar en el suelo, un teletransporte, invisibilidad, e incluso uno que nos permite levantar un muro y que se puede usar para cortar la visibilidad de los enemigos, para protegernos mientras revivimos a alguien, o incluso para levantarnos desde el suelo.
Las armas y hacks no tienen grados de rareza como en otros battle royale, sino su propio sistema de niveles. Su funcionamiento es muy simple: si tienes una pistola de nivel 1 y encuentras otra pistola en el suelo, puedes fusionarla con la que ya tienes, resultando en una pistola de nivel 1. Cuanto mayor sea su nivel (hasta 5), mayor será su efectividad. Cambia el daño, cambia la recarga, y otros tipos de mejoras pasivas dependiendo del tipo de pieza de la que estemos hablando. Hay un menú para reordenar nuestro inventario rápidamente o tirar las cosas que no queramos llevar, y lógicamente otros jugadores pueden coger esos objetos. ¿Es mejor o peor que el sistema de rarezas? Cada uno es libre de opinar, aunque diría que el botín de este juego sacrifica sin miedo la emoción de encontrar algo raro por una experiencia algo más justa.
El botín es abundante desde el primer minuto, todos los lugares donde podemos caer tienen opciones para saquear, luchar y huir, y todos se ven bien. Incluso si hay alguna plaza por medio, olvídate de cruzar por grandes campos desprotegidos a pie. Aquí, todo está organizado de tal forma que las refriegas sean constantes, que no castiguen demasiado a los que se arriesgan, y que haya tensión hasta el final de la partida. Estamos viendo jugadores volando y corriendo todo el rato, los tiroteos se escuchan desde lejos y los efectos especiales llaman mucho la atención. Siempre hay cosas que coger por el suelo, y de vez en cuando se activan eventos temporales para agitar las cosas: algunos otorgan triples saltos, otros, más velocidad; y cosas así. En Twitch, los espectadores pueden votar por estos eventos para darle vidilla a las partidas de sus creadores favoritos, o unirse a ellos de inmediato si este lo permite.
Tanto es así, que incluso al final de la partida Hyper Scape rechaza la idea del 'camping'. Puedes ganar si eliminas a todos tus oponentes, sí, pero casi siempre la victoria se decide cuando un jugador se queda la corona. Es un objeto que aparece justo al final de la partida, y concede la victoria inmediata a quien la tenga en su poder durante 45 segundos. Durante ese tiempo, todos los equipos luchan a sangre fría, dándolo todo para recuperar la corona. En resumidas cuentas, Hyper Scape es otro battle royale. No se esconde ni lo vamos a esconder. Pero creo que incluso dentro de esta fórmula tan machacada, logra sacar a relucir su propia identidad: diversión, intensidad, velocidad, verticalidad. No es un juego donde esconderse, sino uno en el que darlo todo.