Con 20 años recién cumplidos, el Agente 47 sigue estando en plena forma. En 3DJuegos hemos podido jugar las dos primeras misiones de la que será la tercera y última entrega de la nueva trilogía iniciada por IO Interactive en 2016. ¿Consigue mejorar la fórmula que le ha acompañado en estos años? Te lo contamos todo en nuestras impresiones.
Despojado ya por completo de la polémica que le acompañó en el lanzamiento episódico de su primera entrega, llega a nosotros la tercera y última iteración de la renovada saga de los daneses de IO Interactive. La verdad es que me enfrentaba a estas impresiones con ciertas dudas sobre qué esperar. No es sencillo, y menos tras 20 años y 7 juegos, dar a los fans de Hitman nuevas experiencias. Probablemente esa sea la primera idea que los amantes de la saga deban de desterrar de su cabeza pues, las expectativas no han de estar puestas en nuevas y refrescantes mecánicas que supongan un cambio en el paradigma de juego la renovada franquicia.
En las dos misiones que he podido jugar he constatado que no existen grandes cambios en lo jugable con respecto a las dos entregas anteriores, atreviéndome a afirmar a estas alturas que los cambios de rumbo que se debieron adoptar en esta trilogía ya se abordaron en Hitman II. De hecho, estos se mantienen y vemos como el sistema de oportunidades de la primera entrega se ha visto sustituido de manera permanente por las historias de misión. Al fin y al cabo, el mismo concepto, pero mejor enfocado en términos de trasfondo argumental y rejugabilidad. Precisamente esta rejugabilidad lo sigue siendo todo en Hitman III, la posibilidad de abordar las misiones con sinfín de planteamientos y recursos diferentes es todavía el mayor aliciente para aquellos que opten por no pasar meramente de puntillas por el título. Los niveles de jugador, el ranking en línea, las puntuaciones o los innumerables desafíos de cada escenario siguen estando presentes para devorar una y otra vez la misma misión en otra realidad.
Los dos escenarios a los que he tenido acceso rezuman buen gusto y recuperan la espectacularidad en cierto modo pérdida en la segunda entrega. Vuelven los escenarios pomposos, cargados de suntuosidad y repletos de PNJ entre los que camuflarse. Es el caso de Dubai, que deja escenas de gran belleza visual sabiendo, al igual que nuestro protagonista, "cambiar de traje" con frecuencia para no aburrir en ningún momento y seguir sorprendiéndonos detrás de cada puerta.
Mejor camino, misma meta
Si hay algo que me gusta de esta trilogía de Hitman son las ya mencionadas historias de misión y precisamente es en este punto donde he notado mayor profundidad, que no evolución, a lo largo de estas dos misiones. La resolución de estas historias no es tan simple como ocurriera en las entregas anteriores. Obviamente no voy a comentar ni uno solo de los aspectos narrativos de estas, pero sí que es conveniente señalar el acierto de elaborar guiones más complejos y elaborados que, en cierta forma, sean capaces de distraer al jugador de la recurrente excusa del asesinato más o menos elegante.
La meta sigue siendo la misma, pero en estas dos misiones he disfrutado mucho del camino. En las anteriores entregas no había tenido esta sensación tan marcada; sí un cierto asombro o sonrisa por lo imaginativo de algunos de los desenlaces, pero insisto, nunca hasta el punto de hacerme "olvidar" el motivo por el que estaba haciendo ciertas cosas y hacerme disfrutar más del proceso. Es en la misión de Dartmoor en la que más acentuada se ha visto esta impresión. Lo cierto es que la espectacular mansión que acompaña a los hechos del capítulo quita el hipo por su nivel de detalle en cada uno de sus rincones. Sin embargo, es en el argumento de sus historias, más propias de una novela de Agatha Christie, en las que he encontrado sitio para el asombro. Sin embargo, el número de oportunidades de las dos misiones a las que hemos tenido acceso se ha visto reducido a tan solo tres. Queda la duda de saber si esto es algo que se mantendrá en el total de esta última entrega y me reservo el derecho de no emitir un juicio hasta haber jugado el título al completo, pero es algo que me ha llamado la atención.
Los artilugios de misión siguen jugando un papel fundamental. Si la segunda entrega hizo especial hincapié en sus primeros compases en la destrucción de las cámaras de seguridad, Hitman 3 pone el foco en su comienzo en el uso de una cámara de fotos que sirve para resolver algunos entuertos o conseguir ciertos códigos de seguridad. Una mecánica divertida que deja correr el aire en el armario de soluciones que el Agente 47 tiene en cada uno de sus contratos, pero ni de lejos un elemento revolucionario.
Tres entregas bajo una misma lanzadera
Esta continuidad entre los tres episodios de Hitman no es para nada casual. Al igual que la segunda entrega, el juego ofrece la posibilidad de albergar en una misma lanzadera de juego todas las entregas desde 2016 hasta hoy incluyendo contenidos descargables. Al final la idea que se transmite es la de un producto único, este concepto de un solo juego me hace pensar que el cambio en el modelo de negocio de la primera entrega no fue algo tan querido por el estudio y sí más una audiencia abierta a los jugadores o el desenlace de unos malos resultados económicos.
Precisamente esta unificación de contratos bajo una misma plataforma tiene que ver bastante con algunos de los puntos que me quedan por contaros. Para empezar los nuevos ítems y gadgets como esa cámara de fotos, una vez los has desbloqueado se pueden utilizar libremente en los contratos de anteriores juegos. Sin duda es una decisión acertada, pues no sólo arraiga la idea de asentar la trilogía como un solo ente, sino que aumenta en gran medida la rejugabilidad de entregas anteriores. Los más acérrimos del arte del asesinato tienen aquí la posibilidad de seguir aumentando sus horas de juego en la franquicia.
El motor Glacier de IO Interactive es una de las mayores bazas que tiene Hitman. Pudiendo no solamente soportar hasta 300 personajes en una misma estancia, sino que lo consigue dejando preciosas estampas al jugador. Este motor se ha visto mejorado con los años y estas mejoras en el apartado visual no se van a ceñir únicamente a la nueva entrega ya que, ejecutando los contratos de juego anteriores desde Hitman III toda la nueva trilogía se ve beneficiada del desarrollo del motor en este tiempo. He podido jugarlo en PC y es, a las claras, una de las experiencias más atractivas del momento en cuanto al apartado gráfico se refiere.
Me he quedado con unas ganas tremendas de probar la que es, a todas luces, la mayor innovación desde el que se reiniciara la saga. Se trata de la incorporación de la realidad virtual al juego; al igual que las mejoras en el motor, todos los contratos de los tres juegos se podrán jugar en este modo desde PS VR, siempre y cuando se use Hitman III como lanzadera principal. El juego llegará al mercado el próximo 20 de enero como uno de los lanzamientos más destacados de este principio de año. Me muero de ganas por seguir poniendo a prueba mis habilidades de asesinato, pero sobre todo de descubrir cuál será el desenlace de esta historia del asesino más famoso de los videojuegos.