Star Renegades durante algo más de una hora, lo nuevo de Massive Damage y Raw Fury sorprende y promete ser una experiencia a tener muy en cuenta en la escena independiente que está por venir. Os cuento por qué a continuación.
Lo primero que llama la atención de Star Renegades es su apartado gráfico. El estilo pixel art es una constante dentro de la escena independiente del videojuego, pero no siempre se consigue que la estética 8 y 16 bits atraiga las miradas del jugador. Probablemente su excelente acabado artístico sea la razón por la que muchos se acerquen a este juego. No es una mala excusa, pero sus trabajadas animaciones y sus vivos escenarios repletos de color son solo la carta de presentación de un título que, al poco de empezar a jugarlo, muestra su profundidad y buen hacer a la hora de mezclar una serie de conceptos interesantes que si bien ya hemos visto en otros juegos, combinan de maravilla en esta experiencia.
En Star Renegades encarnamos a un grupo de rebeldes que hacen frente a un conflicto galáctico salpicado con saltos interdimensionales y un trasfondo que, en la demo que he podido probar, apunta maneras de buen ejercicio narrativo. Los sucesos y diálogos del juego no están únicamente ligados a los cuadros de diálogo que tenemos en primer plano durante las misiones. El programa divide su acción en dos apartados bien diferenciados. Por un lado, tenemos la exploración de los escenarios, no siendo esta del todo libre. Podemos movernos por áreas acotadas e ir recogiendo algunos objetos de equipamiento, mejoras o salud para nuestro equipo. Sin embargo, el mapeado está dividido en pequeñas secciones y esto puede resultar un tanto confuso al principio de la partida. La primera vez que tratas de llegar a una zona concreta del escenario, es posible que tu personaje no avance, y eso se debe a que las puertas, puentes o desfiladeros actúan como elementos divisorios entre enfrentamientos, así que tendremos que hacer clic sobre ellos para entrar en la siguiente zona.
Durante parte de la demostración que pude jugar, se proponía al jugador un sistema de puntos de acción que delimita la cantidad de estos umbrales que podemos traspasar antes de que se produzca el enfrentamiento definitivo contra un Behemoth mecánico. Todo esto cobra sentido cuando vemos que las áreas a descubrir son más numerosas de lo que en un primer momento podríamos pensar y que el componente estratégico adquiere especial relevancia a la hora de seleccionar nuestras expediciones y enfrentamientos, teniendo en cuenta la salud del grupo, la dificultad de los combates y la subida de niveles de cara a un eventual combate final.
Moviendo el turno
Y llegamos a los combates. En este momento el juego cambia su perspectiva isométrica por una lateral en dos dimensiones y se abre al jugador el verdadero talante del título. Con una disposición clásica, nos enfrentamos a combates por turnos muy rápidos contra grupos de enemigos, pudiendo actuar con hasta seis personajes en nuestro propio equipo. Las batallas en Star Renegades se sienten ágiles, entretenidas, desafiantes y muy tácticas. Destaca en la interfaz una barra que actúa a forma de eje cronológico. En ella vemos cuál va a ser el orden del intercambio de golpes en el combate, pudiendo a través de distintas habilidades y golpes retrasar la acción del enemigo e incluso, interrumpirla.
Esta mecánica de combate resulta muy interesante ya que te obliga a calcular bien tu siguiente movimiento, eligiendo entre atacar, cómo atacar y defenderte. Además, podemos conocer las debilidades de cada una de las unidades enemigas y cuál es el objetivo concreto de su próximo ataque dentro de nuestro grupo. Los ataques enemigos golpean con severidad y un par de malas decisiones pueden ser fatales incluso contra unidades que, a priori, son sencillas de eliminar. Las posibilidades son amplias con cada personaje. Todos ellos tienen sus habilidades únicas en rangos de ataques que varían entre normal, fuerte y ligero. Cada ataque tiene su particular y trabajada animación que queda de maravilla en pantalla haciendo que sea una auténtica gozada disfrutar de cada uno de los combates. Los componentes de nuestro grupo pueden crear sinergias entre sí, dando como resultado ataques combinados demoledores muy efectistas.
Para crear vínculos entre los miembros de la escuadra el juego recurre a un sistema de intercambio de cartas. Por la noche, cuando acampamos, podemos sanar a nuestros aliados o imbuirlos de alguna mejora temporal en sus estadísticas de combate o defensa. Estas curaciones y buffs se llevan a cabo a través que podemos recoger durante nuestras misiones o que, por defecto, poseen cada uno de los personajes. Existe un sistema de puntos de acción que delimita el número de veces y cuántas de estas cartas podemos usar. Estos naipes son propiedad de alguno de los miembros del grupo y cuando las usamos en otros, el agradecimiento se torna en familiaridad, aumentando los lazos de confianza entre ellos, algo que se ve reflejado positivamente en el combate. Algo que no he podido ver en esta demostración pero que se ha dado a conocer por parte del estudio, es que este sistema de afinidad puede incluso llevarnos a tener hijos.
Las batallas se sienten ágiles, entretenidas, desafiantes y realmente tácticas
Ser cuidadoso y estudiar bien nuestra táctica y próximos pasos no solamente sirve para hacerse con la victoria, sino que evita la muerte permanente de nuestras unidades. Aquí sale a relucir el carácter rogue-lite del título. Iremos perdiendo unidades de manera progresiva, de forma que cuando uno de nuestros aliados caiga en combate, el resto del grupo tendrá que seguir avanzando sin él. Esta merma es considerable, teniendo en cuenta que el juego tiende a ir planteando combates cada vez más complicados. El efecto dominó es casi inevitable y una vez perdemos a alguien en combate, sus aliados no tardarán en seguir sus pasos por una cuestión meramente numérica y de estadísticas.
Si toda nuestra escuadra es eliminada tendremos que reiniciar la zona. Para ello volveremos a nuestra base, dónde podremos comprar mejoras y reclutar nuevas unidades para la causa de los renegados. Lo cierto es que la demostración acababa justo en ese momento y me quedé con ganas de descubrir hasta qué punto cambiaban los escenarios o se reinicia nuestro progreso en la aventura.
El sistema némesis está de vuelta
El sistema némesis de Sombras de Mordor fue algo que impactó y gustó al grueso de jugadores al principio de la presente generación. La idea de tener distintos caudillos que mejoran y ascienden en el organigrama en función de las veces que acaban con nosotros fue uno de los puntos fuertes de este videojuego de El Señor de los Anillos, y Star Renegades recupera ese concepto con un sistema de adversarios inteligentes que genera enemigos y jefes únicos que mejoran mientras vamos jugando. En todo momento, podemos consultar el estado de la organización desde la pestaña de Imperium, en lo que apunta que será un componente importante de la planificación estratégica por nuestra parte a la hora de hacer frente al imperio opresor.
La profundidad de Star Renegades agradará al jugador veterano, tenemos la posibilidad de conseguir y equipar distintas piezas con diferentes niveles de rareza con las que mejorar nuestras estadísticas de armadura, ataque y rango. Además, podemos seleccionar la formación de nuestro grupo en combate situando a las unidades en vanguardia o retaguardia según nos convenga. Con cada enfrentamiento iremos ganando puntos de experiencia con los que subir de manera individual las estadísticas de nuestros personajes y desbloquear nuevos ataques.
Esta demostración de Star Renegades se me ha hecho corta, tan sólo es un pequeño avance y muestra de lo que podremos esperar cuando se estrene el 8 de septiembre, con planes para llegar a consolas más adelante. El sistema de enemigos inteligente y su propuesta de combates por turnos amena y desafiante son sus mayores bazas para conquistar al jugador. Espero con ganas el momento de poder jugar el título completo porque, si bien he comentado muchas cosas de Star Renegades, me he dejado la más importante para el final: es divertidísimo.