Con un estilo gráfico super bonito y una premisa tan sorprendente como “miente para salir victorioso”, hemos jugado a Card Shark y las impresiones no podían ser más favorables con este nuevo juego de PC y Nintendo Switch. Aquí te damos unas cuantas razones de por qué debes seguirlo de cerca.
Detesto las trampas. Cuando una partida entre amigos al Monopoly o a cualquier juego de mesa entra en el bucle del engaño, me aburro y doy por acabada mi participación en la sesión. No me gusta la pillería, ni me atraen las artimañas para ganar, ya que considero que eso dice muy poco de uno mismo como persona; hay que saber perder con las reglas establecidas. Pues bueno, todo este pensamiento casi moral se ha ido al traste tras las primeras horas jugando a Card Shark. Nerial, te odio. Hay veces, cuando me aburro, que me pongo a explorar los futuros lanzamientos de Steam, en búsqueda de algún videojuego que me entre por los ojos. Así fue como conocí por primera vez Card Shark, el nuevo videojuego de Nerial y editado por Devolver Digital. Un juego de cartas, ambientado en la Francia del siglo XVIII, con un estilo artístico exquisito y una premisa que me atraía por estar alejada de mis convicciones: mentir para salir victorioso.
La demo del juego, que también podéis probar vosotros, me maravilló cuando la jugué hace unos meses, así que el título pasó directamente a mi lista de muy deseados. Cuando hace unos días se anunció que el título saldrá el 2 de junio en Nintendo Switch y PC, me dirigí raudo y veloz a reclamar en 3DJuegos que quería introducirme en este videojuego tan único. Y, sinceramente, menos mal que lo he hecho, porque tengo claro que estamos ante uno de esos indie que va a enamorar a más de uno, tras unas cuantas horas con una versión de preview del título.
Cómo sacar lo peor de ti y sentirte bien por ello
En Card Shark interpretamos a un pobre desgraciado, que se ve salpicado por el asesinato de la jefa del lugar en el que trabaja, tras una partida de cartas en la que ayuda a hacer trampas y que termina con el fatal desenlace. El culpable de que los acontecimientos se precipiten es Comte, un gitano francés que intenta sobrevivir estafando a los más ricos en partidas de cartas cuidadosamente amañadas. Al dejarnos llevar por su labia, nos vemos envueltos en un crimen por el que ahora nos buscan.
Precisamente por esto, Comte pasa a ser la única persona en la que podemos confiar y este truhán nos pide ayuda para seguir engañando a la gente. Nuestro protagonista es mudo, tímido, escuchimizado, y su apariencia es una ayuda perfecta para que Comte pueda llevar a cabo sus planes, que son mucho más ambiciosos que sacar unas cuantas monedas a ricos aburridos de serlo. De esta forma, los cascarots, gitanos franceses que viven algo apartados del resto de la sociedad, pasan a ser nuestra familia.
La magia de Card Shark reside en reflejar a la perfección el arte de hacer trampas
Pero más allá del relato, que ya habrá tiempo para hablar de él, lo importante es la jugabilidad y lo que transmite Card Shark. Tanto Comte, como otro importante personaje llamado "El Mago" y diversos individuos que conocemos en la aventura, nos enseñan trucos para amañar partidas de cartas. De esta forma, haciendo gala de una gran precisión y atención, podemos vaciar los bolsillos de nuestros contendientes, algo que nos sirve para mucho más que ganar dinero, porque también nos salva de la muerte en varias ocasiones. Es el año 1743, aquí no se pregunta dos veces.
Y es ahí donde reside la magia de Card Shark, en reflejar a la perfección el arte que supone hacer trampas y que no te pillen en el intento. Aunque seas la persona más inocente del mundo, de repente empiezas a cogerle el gusto a hacer gestos con los dedos para que tu socio sepa qué cartas tiene el adversario o a servir vino a los jugadores como un humilde criado para poder espiar a los contrincantes y que Comte salga victorioso.
El videojuego es casi un tutorial de cómo sacar lo peor de ti, pero alegrarte por ello, porque el juego es tremendamente satisfactorio. Manipulas una partida para confundir al mismísimo Voltaire y te sientes el rey del mundo. Eso sí, antes he utilizado las palabras "precisión" y "atención", porque jugar a Card Shark te obliga a estar muy concentrado. Un pequeño error de movimiento al mezclar las cartas o un despiste al ver cuál es la mano de tu adversario acabará con una ronda perdida para ti. Y, como tus adversarios se den cuenta de que haces trampa, insisto en que eres hombre muerto.
Pero cuando te haces al ritmo de juego y consigues hacer todos los movimientos con delicadeza te sientes un verdadero artista, más que un tramposo. Nerial ha creado una jugabilidad muy sencilla, pero que te exige la máxima atención posible, que te mantiene alerta y que no te perdona el fallo. De hecho, existe la posibilidad de empezar la aventura con muerte permanente, elección que tengo clarísimo que no recomendaría para una primera partida, porque los momentos de agobio y de tensión acaban llegando.
Card Shark me ha vuelto un tramposo y me gusta
Porque la clave para hacer trampas es la rapidez, y el juego no te deja todo el tiempo del mundo para hacerlas. Los rivales tienen una paciencia que se agota conforme avanza la partida y pierden dinero, así que es fácil cometer un error en ese ambiente de sospecha y duda (sensación que, por otro lado, te engancha al juego). Todo esto, sumado a un apartado artístico sobresaliente, a una música idónea para el contexto y a unos diálogos muy inspirados que reflejan la elegancia y visceralidad de la época, ha hecho que no haya podido soltar el mando en los últimos días.
Card Shark me ha vuelto un tramposo y me gusta, he disfrutado cada engaño. Otra vez, como ya pasara con Inscryption, Devolver Digital nos ofrece un título único en el género de los juegos de cartas al que hay que seguir la pista con mucha atención. Pronto podremos comprobar hasta qué nivel llega, pero Card Shark me tiene sorprendido y maravillado: he caído en su trampa.