He jugado dos horas a NEO: The World Ends With You y tengo ganas de más: ¡ha sido como volver a casa!

He jugado dos horas a NEO: The World Ends With You y tengo ganas de más: ¡ha sido como volver a casa!
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Tenía muchas ganas de poder probar lo nuevo de The World Ends With You, y no decepciona. NEO: The World Ends With You es una secuela muy continuista que adapta bien el combate de Nintendo DS a un mando convencional, trae nuevos personajes y deja atrás los escenarios planos por otros en 3D. ¿El resultado? Lo quiero ya.

Antes de empezar, he de reconocer que el primer The World Ends With You es uno de mis videojuegos de rol japonés favoritos de la historia. Cuando cayó en mis manos en Nintendo DS, no pude dejar de jugar hasta terminarlo por completo. TWEWY me devolvió, en 2007, a aquellos años de Super Nintendo en los que se hacían JRPG locos, innovadores y arriesgados. Y me enamoró. Por eso tenía tantísimas ganas de ver qué tenía esta secuela que contarnos. He podido jugar durante dos horas desde su comienzo, es decir, desde su escena de introducción hasta el segundo jefe final. Y ya sabéis lo que ocurre con los JRPG, eso no es ni el tutorial; por lo que no he podido apreciar la profundidad al completo de su combate ni por dónde irán los tiros argumentales con esta continuación. Sabemos por los trailers que hay muchos personajes del original que regresan, y también sabemos por el primer juego que el combate tiene un alto nivel de evolución. Aquí solo he podido rozar la superficie. También hay que dejar otra cosa clara: The World Ends With You fue una experiencia fresca y absolutamente sorprendente. Sin embargo, este NEO: The World Ends With You invierte todo su arranque en adaptar los eventos del primero a estos nuevos personajes, no en sorprender.

Es decir, de nuevo se produce un evento fatídico que lleva a los protagonistas al Juego de los Segadores en un espacio paralelo y coincidente al barrio de Shibuya, conocen a estos monstruos y la disputa comienza. Les ponen pruebas sencillas, día a día, durante una semana. Y mientras las superan se encuentran a otros personajes, desafíos, enemigos y muchos giros de guion para hablar de sus pasados. Es decir, aquí no hay esa sorpresa del original, no es una continuación que quiera transgredir o romper moldes, sino continuar con lo que se contaba en el primero, adaptar la jugabilidad táctil a un mando convencional, pero haciéndolo bien, y convertir el estilo gráfico 2D del anterior al 3D. Por eso, llegar a NEO ha sido como volver a casa, a un sitio conocido y muy agradable. Esto te arrebata esa fascinación que el anterior te provocaba, pero, a cambio, permite a cualquier persona que no haya jugado el original empezar por este. No lo recomiendo porque The World Ends With You sigue siendo una catedral de juego de rol y acción, pero se puede. De hecho, hay un personaje casi al empezar que te explica de qué va todo esto, cómo es el mundo de juego y diversas cuestiones que en el original se tardaba algo de tiempo en descubrir.

Durante estas dos horas el combate ha sido extremadamente fácil

Dicho esto, NEO: The World Ends With You me ha gustado mucho, pero, en parte, sé que es porque puedo adivinar el potencial que tendrá este juego a las diez horas o más de duración. Me explico. En esta ocasión no jugamos solos, lo hacemos con un compañero. Nuestro personaje, Ringo, entra en el mundo paralelo de los Segadores con un amigo. A medida que el juego avanza, se encuentra a más compañeros que se le unen y que combaten con él. Porque en NEO: The World Ends With You no compiten jugadores de forma individual para ganar, sino equipos de varios miembros. Durante el combate, esto se traduce en que cada personaje que tenemos en nuestro equipo puede usar el poder de un pin concreto, asociado a un botón concreto. Peleamos en tiempo real y cada pin contiene un poder diferente que evoluciona y crece, y se complementan entre sí. Por ejemplo, pasé la mitad de la prueba jugable con tres personajes, cada uno con un pin. Con Ringo machacaba el cuadrado para que usara el poder de un pin de fuego para embestir de forma repetitiva a un enemigo. Mientras hacía eso, mantenía presionado el botón R1 para cargar una magia de hielo. Una vez agotado el poder del pin de Ringo, soltaba la magia de hielo del otro héroe y, mientras esta hacía daño, con otro personaje pulsaba el triángulo para usar un pin que permitía lanzar bolas de energía.

El combate: ¡vibrante y con mucho ritmo!

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Calcular el tiempo de recuperación de uso de cada pin, encontrar los mejores, subirlos de nivel, combinarlos bien entre ellos, y buscar el combo perfecto al usarlos, es esencial para sacar buenas puntuaciones en los combates. Al principio, el juego parece tan caótico como el de The World Ends With You. Hay que entrenar la vista periférica para tener un ojo puesto en el tiempo de recarga y refresco de los pines, otro en la pantalla para esquivar los golpes y otro para ver cuándo alguna habilidad se ha cargado para su uso. Este frenetismo desconcertante es a propósito y es divertido llegar a dominarlo. Hay una escena en la que Ringo va chateando con el móvil y se tropieza con alguien. Su amigo le dice que aparte la vista del smartphone, pero Ringo le responde: "hay que entrenar la visión periférica". Con el combate ocurre lo mismo. Pero aunque la base del juego me haya gustado, durante estas dos horas el combate ha sido extremadamente fácil. Tanto que no sería necesario llevar a cabo toda la estrategia que he explicado aquí. Sin embargo, todos conocemos el sistema de apuestas que estaba en el primero y que aquí parece que también estará. Este sistema consiste en subir la dificultad a las batallas a voluntad y encadenar varios combates seguidos. Al hacerlo, conseguimos mayores recompensas pero sufriendo más riesgo.

Si el original tuvo en ti un impacto similar al que tuvo en mí, esta secuela tiene todas las papeletas para que te encante

Durante esta prueba pude encadenar peleas, pero solo hasta cinco, y la dificultad no se podía modificar. Sin embargo, arriba a la izquierda se veía en grande: "normal", por lo que me imagino que sí se podrá una vez se avance en la aventura. Eso sí, si no se puede y todo se queda como está ahora, el juego será demasiado fácil. Esto, en modo normal, es un paseo. También he tenido otro problema: jugado en una PS4, el título tiene demasiados tiempos de carga antes de pasar al combate y entre ellos, lo que le quita mucho ritmo a la acción. En el apartado gráfico y artístico, se nota que el juego no es una gran superproducción, pero hace un buen trabajo a la hora de representar Shibuya en tres dimensiones siguiendo el patrón estético del original. Los barrios son estupendos, aunque hay alguna cámara demasiado angulosa para seguir bien la acción. En los combates, este extraño juego de cámaras también le quita algo de legibilidad a la acción.

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Otra cosa que tampoco he podido ver es cómo funciona el sistema de tiendas y de economía del juego. Sé por entrevistas que le he hecho al equipo de desarrollo que la moda volverá a tener un gran protagonismo, pero no he podido todavía entrar en ninguna boutique. Con respecto a menús, solo he podido acceder a mi colección de pins, equiparlos y probar distintas combinaciones. Y es por todas estas cosas que aún no sé por las ganas que tengo de continuar jugando a NEO: The World Ends With You. Se adivina un buen desarrollo de las mecánicas de combate y un mundo con ganas de crecer. En el aspecto narrativo, el videojuego se sigue contando a través de viñetas y muchos bocadillos de texto, pero en NEO: The World Ends With You también hay escenas cinemáticas realizadas con un cel shading en tres dimensiones. Recuerda mucho a las animaciones de las series de Netflix, por lo que combina buenos momentos con otros un tanto robóticos, pero le sientan muy bien al juego. La banda sonora, como no podía ser de otra forma, es espectacular.

Una Shibuya que provoca mucha nostalgia

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En esencia, esta primera toma de contacto ha sido positiva porque los valores del original siguen aquí. No hay nada absolutamente nuevo, todo es una revisión y adaptación del primero a la actualidad con una nueva historia y nuevos personajes. Al combate y a la trama aún le queda muchísimo por demostrar, y repito: aunque la base es buena, y tenga fe en que va a evolucionar, no es algo que pueda asegurar. En cuanto a la exploración, sigue a pies juntillas los pasos del primero. Día a día, recibimos pruebas que hemos de completar en entornos cerrados de Shibuya. Eso no ha cambiado. Nuestro equipo tiene que ser el primero. Si queda el último, sufrirá un castigo. Si queda primero, se le concederá el deseo que quiera. En resumen, jugar a NEO: The World Ends With You ha sido como volver a casa, a un agradable lugar conocido al que quería regresar. Todavía le queda muchísimo por demostrar, y un juego de rol japonés no se puede valorar jugando solo dos horas, pero hay confianza. Si el original tuvo en ti un impacto similar al que tuvo en mí, esta secuela tiene todas las papeletas para que te encante. Si el primero no te dijo nada, esta continuación tampoco lo hará. Y si todavía no has descubierto estas joyas de los JRPG, empieza por el primero y luego lánzate de cabeza a este.

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