El kung-fu protagoniza el nuevo videojuego de los creadores de Absolver, Sloclap. Dosis de artes marciales, mitología china y magia en una aventura en la que la venganza se convierte en el principal ingrediente de SIFU. ¿Puedes amaestrar el kung-fu en una vida o no es tiempo suficiente?
Muchos se han atrevido; pocos lo han logrado. Por su nacimiento e identidad, el género beat'em up ha estado siempre atado a las recreativas. No es casualidad que con la desaparición de los salones su llama haya ido menguando hasta convertirse en, prácticamente, un género de nicho en el que los éxitos por lustro se cuentan, casi, con los dedos de la mano. A finales de los 90, con el ocaso del género, muchos se atrevieron a lanzarse a la modernización del mismo y llevarlo a los tan deseados gráficos poligonales, pero pocos fueron capaces de conciliar las mecánicas jugables y su apartado visual en una comunión que, prácticamente, se ha resistido durante años y años. SIFU viene a intentarlo de nuevo.
Y es que los desarrolladores de Absolver, Sloclap, retoma las artes marciales para mostrar todo lo aprendido en su soulslike en una experiencia que, a pesar de parecer más sobria y humilde que su antecesora, oculta una serie de interesantes ingredientes que entusiasmarán a los amantes del kung-fu y los yo contra el barrio por igual. Hemos podido disfrutar de un encuentro con sus artistas y conocer las claves de una obra que, de hecho, cuenta una mecánica con la edad curiosa e inédita hasta la fecha en otros juegos del género; con cada muerte, el o la protagonista envejecen, lo que resultará en mayor fragilidad, sabiduría y castigo: ¿Vas a dedicar toda la vida a tu venganza y el kung-fu?
SIFU es prometedor, y aunque queda aún unos cuantos meses para poder disfrutarlo, son muchas las pistas otorgadas en nuestra cita con Sloclap las que nos hacen pensar que estamos ante un videojuego algo más que prometedor y un título capaz de dar con algo que no muchos han logrado en 40 años de historia: concebir las bases del beat'em up contemporáneo.
El camino del kung-fu
Siempre me ha parecido una afirmación aceptable pensar que el hack and slash es la evolución doméstica del beat'em up de arcade, y aunque SIFU está algo lejos del género de Devil May Cry o Bayonetta, ciertamente, toma prestadas algunas licencias y la gestión de mejoras de habilidades que ayudan a mejorar las habilidades del héroe y, con ello, acceder a nuevas habilidades. La experiencia nos ayuda a sumar nuevas mejoras para ponerlas en práctica en las peleas reales. Un sistema de batalla, por cierto, muy interesante: hereda algunas mecánicas de Absolver, pero las reinterpreta y actualiza para encarar nuevos frentes en las peleas en tres dimensiones. La acción era hipnotizante, con un sistema de combate que define por completo las virtudes del título.
Si el ataque es fascinante, la defensa lo es también.
Tres secciones vimos: una en un edificio abandonado, otra en un museo y una en una discoteca. Lo que más me entusiasmó fue ver cómo los tropos clásicos del beat'em up se pueden adaptar a los tiempos actuales con un sistema de juego atractivo y contemporáneo que va más allá de la combinación de golpes normales y especiales: SIFU tiene una ambiciosa jugabilidad en la que jugadores de todos los niveles podrán sacar partido a las habilidades de su protagonista. De todo lo visto en la hora de presentación, ver el resultado final de una batalla cruenta en un pasillo me pareció una estampa muy ilustrativa de lo que es SIFU: el kung-fu se impuso a un grupo de maleantes que venían a por estopa y les salió el tiro por la culata. Allí quedaron todos, en el suelo con los restos del mobiliario, objetos rotos y armas decorando el caos creado por desarrollador que nos mostraba la demo.
Si el ataque es fascinante, la defensa lo es también. Las acciones de protección se resumen en cuatro y se apoyan en las habilidades de ataque del jugador: bloqueo, esquiva, evasión y parry. El bloqueo es la defensa básica, en la que el jugador podrá bloquear las arremetidas rivales con bloqueos; la esquiva nos ayuda a eludir los ataques enemigos con soltura, sin riesgo y, por tanto, sin bonificación. La evasión y el parry son otro cantar: la evasión nos permite adivinar la dirección del ataque rival para evadirlo y contestar con firmeza; el parry, como en tantos otros juegos de lucha, nos permitirá contrarrestar la acometida enemiga con un duro castigo. Las capacidades del protagonista aumentarán según avanza la partida con nuevas técnicas que se podrán poner en práctica en las peligrosas calles del software, necesitadas de kung-fu tradicional.
Toda la mística de China
SIFU quiere presentar un relato en el que el misticismo chino sea un ingrediente clave
De hecho, no se limitará a ser un videojuego realista, y SIFU quiere presentar un relato en el que el misticismo chino sea un ingrediente clave del plato. Sin concretar aún cómo se sazonará la obra con magia y algo de misticismo, sí se nos sugirió que los poderes especiales harán acto de presencia en el software. Lo que sí nos mostraron fue un sistema llamado Focus Attack, relacionado con unas barras de poder en la parte inferior de la partida que nos permitirá ralentizar la acción del juego por un lado y contestar a las habilidades rivales con severos correctivos que ayudarán a facilitar la tarea de encarar grandes hordas de enemigos y los inevitables jefes finales.
De hecho, y hablando de las siempre habituales hordas de enemigos del género, me llamó la atención la inteligente disposición de los escenarios, fácilmente aprovechables por el jugador para posicionarse y encarar las distintas amenazas con una estrategia coherente. Por ello, el uso del entorno es clave, puesto que no siempre seremos lo suficientemente poderosos para encarar todas las amenazas presentadas por los desarrolladores. En tu mano estará la forma de encarar las batallas, pero la gestión del espacio, armas y enemigos te permitirá sacar mejor partido a las situaciones más complicadas. Es más, ir de cabeza al peligro nos costará dolores de cabeza y un acelerado envejecimiento, a priori, indeseado.
Y digo a priori porque por lo presentado en la muestra, parece que el concepto de la dificultad de SIFU se presenta de forma inversa: comenzará siendo difícil y con cada muerte del jugador avanzará nuestra edad y, con ella, nuestra especialización en el kung-fu y pericia con el milenario arte marcial. Queda por ver cómo la edad afectará en los momentos más avanzados del juego, pero parece que la edad tendrá un límite, y el final de la partida llegará cuando el envejecimiento del protagonista sea tal que resulte imposible continuar con su aventura de venganza. Los artistas, de hecho, juegan con esa dualidad de vivir una vida ligada al kung-fu y la venganza, por lo que es previsible que el desafío de acabarlo con la mayor juventud se traducirá en mayores recompensas. No han querido hablar aún de distintos finales y nos citan en diciembre para presentar más del software.
Un kung-fu prometedor
Encantado he quedado con la muestra de SIFU. Más allá de lo prometedor del concepto y las buenas ideas plasmadas en cada rincón de la obra, me entusiasma las posibilidades del sistema de batalla y me encanta saber que, en realidad, aún se están reservando mucho por mostrar. Sí que es verdad que me habría gustado que se apostase por un apartado técnico más ambicioso y un diseño de personajes alejado de los cánones clásicos del género, pero quedo muy satisfecho con todo lo que se ha presentado y tengo ganas de ver qué más tienen entre manos los creadores de Absolver.
SIFU va a ser una respuesta que va a encandilar a los amantes del beat'em up
Estoy seguro de que SIFU va a ser una respuesta que va a encandilar a los amantes del beat'em up, la acción y las artes marciales. El concepto de la edad suena interesante y hay motivos para creer que todo lo aprendido en su anterior obra les ha valido para crear una experiencia más pequeña pero más interesante si cabe. En las manos de su kung-fu queda el éxito de la producción, de momento anunciada para una fecha muy señalada en PS4, PS5 y PC: el 22 del 2 del 2022. Fácil de recordar, ¿no? Pues te aseguro que hay mejores motivos que la chistosa fecha para poner el juego en tu radar.