Ansiamos vivir en un mundo justo en el que los políticos gobiernen pensando en todos y no en intereses particulares pero… ¿cómo conseguir un objetivo tan noble y difícil? Victoria 3 ofrece un retrato bastante realista del mundo en la Era Victoriana con un juego de estrategia sorprendentemente divertido.
Lo que para ti es un derecho fundamental para otro puede ser un auténtico sinsentido. Esta es una idea que el notable The Forgotten City reflejó a la perfección confrontando nuestra visión del mundo con la de los ciudadanos de la Antigua Roma; y es también el alma sobre la que se construye Victoria 3, el nuevo juego de estrategia de Paradox Interactive. Lo digo porque durante mi primera toma de contacto con este esperadísimo videojuego de PC hice lo imposible por abolir el trabajo infantil… solo para darme cuenta de que predicaba en el desierto. Porque en el siglo XIX que un niño trabajase era lo más normal y lo más lógico en ciertos países; como también era normal que el Estado rehuyera de cubrir los gastos médicos de todos sus ciudadanos. "¡Vaya despilfarro de dinero!", me decían los políticos suecos al poner sobre la mesa no ya la sanidad pública, sino los hospitales de caridad para ayudar a los más necesitados. Y ahí he estado estos últimos días, peleando contra mi propia visión del mundo para lograr que el país que dirigía alcanzara la grandeza sin dejar por el camino mi humanidad. ¡Qué difícil es! Y también, qué divertido y emocionante.
Más de diez años después del último Victoria ha sido todo un gustazo explorar su alta estrategia económica con todos los avances y mejoras que han experimentado los juegos de Paradox en los últimos años, especialmente en lo tocante a la interfaz de usuario, narrativa emergente y los tutoriales, claro, que están muy bien integrados en la acción para que poco a poco, objetivo tras objetivo, descubras todos los entresijos que oculta este fascinante juego de estrategia que abarca desde 1836 a 1936. Han sido días de mirar gráficas, de estudiar los mercados internacionales, de negociar y construir confiando en que todo saldrá según lo previsto, y no tocará pedir dinero prestado para evitar la bancarrota. Y aunque así de primeras a más de uno todo esto puede sonaros algo aburrido, ¿preocuparme de finanzas y no tanto de la guerra?, os garantizo que una vez entréis en Victoria 3 ya no querréis abandonarlo. Y en estas primeras impresiones os cuento por qué.
Porque dirigir un país no es fácil
Si hace apenas unos meses os contaba en el análisis de Crusader Kings 3 para consolas las mil y una locuras que llevé a cabo en plena Edad Media, incluyendo un complot para asesinar a un bebé, Victoria 3 también me ha regalado momentos increíbles en apenas unas horas de juego, aunque no tan disparatados. Ha sido más bien una constante lucha de poderes con la política y economía en el centro de todo; lo que es más estimulante de lo que puede parecer a simple vista. Todo cuanto haces tiene consecuencias en el mundo que te rodea. Hasta la acción más nimia, como puede ser construir algo en un lugar concreto, puede provocar un conflicto internacional que nos aboque a la guerra, a revueltas entre nuestros propios ciudadanos o embargos comerciales por citar algunos ejemplos.
Es tan desafiante que cuando sacas adelante una ley te sientes increíblemente satisfecho
Paradox apuesta por una profunda simulación de la sociedad para que cada habitante de tu nación se comporte como lo haría cualquiera en la vida real, con sus preferencias políticas y creencias personales determinando su respuesta a todas las decisiones que tomemos durante la partida. Un ejemplo. Construir el ferrocarril en Bélgica me hizo ganarme el favor de los grandes empresarios al mejorar la producción de las fábricas y reducir gastos… a costa de cabrear a los agricultores que no veían con buenos ojos que se acabara con una forma de vida más tradicional. ¿Qué haces? Porque si te centras en un único colectivo puedes provocar que otros te monten una campaña de oposición tan bestia que paralice el país. Así que encontrar el equilibrio entre grupos políticos y corrientes de pensamiento tan distintas es una locura francamente divertida. Además, es tan desafiante que cuando sacas adelante una ley te sientes increíblemente satisfecho.
Como con cualquier otro juego de Paradox, estas primeras horas de juego me han permitido ver solo la punta del iceberg pero tengo muy claro que aquí tenemos diversión para rato. La progresión se siente bastante natural sin apenas momentos de inactividad. Siempre hay algo en lo que trabajar: alguna industria que potenciar, algún grupo político al que dar respuestas, alguna ley que sacar adelante… y entre medias, tienes la diplomacia internacional, que es bastante prometedora. Solo pensad en pactos secretos, en acuerdos comerciales destinados a hundir a los países rivales o préstamos con "algo a deber" cuyas consecuencias pueden materializarse muchos años después de su firma. Esto es Victoria 3. Y es tan profundo y realista que hasta puedes valerte de un farol para motivar que un rival retire sus tropas de la frontera.
No me ha costadoentrar en la dinámica de producir bienes al mejor precio, vender sobrantes, importar gangas...
Lo mismo me vale a la hora de hablaros de política. En tu Gobierno puede haber gente perteneciente a distintas corrientes de pensamiento, lo que obviamente va a generar tensiones que pueden llevarte a reorganizar el gabinete, con su consecuente crisis política. Lo que me gusta de Victoria 3 es la libertad que define su acción, con un complejo árbol de investigación y varias leyes que puedes tratar de sacar adelante no sin antes ganarte el favor del pueblo (o quienes mandan sobre él). Y con cada acción aparecen nuevas historias con sus propias decisiones que afectan al curso de la partida. Todo muy en la línea de lo que hemos visto en los últimos juegos del estudio, con avances en su apartado gráfico, que luce francamente bonito. El mapa está muy detallado pero lo mejor es acercar la cámara y comprobar cómo tus ciudades van creciendo a medida que pasa el tiempo. Todavía hay algunos detalles que pulir, por ejemplo el tren atraviesa edificios como si tal cosa, pero lo cierto es que es todo un gustazo navegar entre tantos datos y gráficas teniendo un fondo y unas vistas tan bonitas.
En este punto, si eres nuevo en el universo Paradox entiendo que te estés preguntando, ¿será demasiado difícil para mi? ¿Me sentiré abrumado ante tantas y tantas opciones? Atrás quedan los tiempos en los que tenías que recurrir a Internet para empezar a entender cómo se juega a uno de estos títulos, por lo que ya de entrada, te diría que es más amigable de lo que parece aún teniendo en cuenta que es un juego complejo a rabiar. Por otro lado, a mi que me asustan los números hasta tal punto que en su día preferí estudiar latín y griego antiguo antes que matemáticas, no me ha costado demasiado entrar en la dinámica de producir bienes al mejor precio, vender los sobrantes, importar aprovechando gangas, etc., lo que dice mucho a su favor.
Así que ahora mismo estoy impaciente por disfrutar de la versión final de un juego de estrategia que promete regalarnos otro sinfín de momentos sorprendentes, esta vez en la era victoriana, con la economía y el poder político en el centro de la acción. Se acerca una nueva etapa de reclusión voluntaria, otra vez, por culpa de Paradox. ¿Fecha de lanzamiento de Victoria 3? El 24 de octubre. ¡Ya queda nada!