Después de su gran éxito, no es de extrañar que los pokémon hayan acabado por hacerse de "platino". Y es que da la casualidad de que este es el nombre para su nuevo videojuego, una especie de remake de los más recientes y destacados títulos de unas criaturas que ya están preparadas para recibir las órdenes de sus entrenadores.
El fenómeno Pokémon no ha parado. Hace ya más de diez años que salió el primer videojuego basado en la idea de Satoshi Tajiri y, sin embargo, parece como si por la franquicia no hubiera pasado el tiempo. Desde aquel lejano 1996 se han añadido nuevos pokémon al catálogo, se han ido incorporando nuevos elementos de jugabilidad, mejoras gráficas... pero todo sigue sustentándose sobre la filosofía del "hazte con todos" en aventuras que nos ponen en el papel de entrenadores que deben de crecer en su conocimiento sobre los entrañables y numerosos pokémon.
En Pokémon Platinum, el nuevo videojuego de Game Freak para la "dual screen", los japoneses no van a modificar demasiado este concepto. De hecho, este título podría considerarse más bien como el "remake" de los recientes y sobresalientes Pokémon Diamante y Perla, aunque añadiendo nuevas opciones de juego y alguna que otra sorpresa para los fans.
En concreto, se suman cinco nuevos pokémon a la acción (siendo todos las diferentes formas de Rotom), un remodelado Frente de Batalla, una nueva Plaza Wi-Fi que admite hasta 20 jugadores, la posibilidad de grabar vídeos de batallas (VS Recorder) para posteriormente compartirlas, y la suculenta presencia del pokémon Giratina en su forma original, siendo esta transformación uno de los enigmas a resolver dentro de la historia de Pokémon Platinum.
Nueva información para la Pokédex
La trama gira en torno a Distorsion World, un mundo situado en otra dimensión dentro de la región de Sinnoh. El tiempo y el espacio parecen actuar aquí de una manera diferente, aunque lo más importante para nosotros es que nos va a traer nuevas aventuras al lado de un entrenador Pokémon al que podremos poner nombre y sexo, además de un pokémon principal que escogeremos entre tres nada más comenzar la partida: Turtwig (tipo hoja), Chimchar (tipo chimpancé) o Piplup (tipo pingüino).
Este será el primer paso para ponernos en marcha por los territorios de Sinnoh y cumplir así con la misión que nos encomienda el profesor Serbal: llenar la Pokédex con toda la información que podamos. En nuestro camino, muchas ciudades que visitar, interesantes pokémon que capturar y, por supuesto, ocho líderes de gimnasio a los que derrotar. Hacer que nuestras criaturas ganen experiencia y obtengan nuevas habilidades va a ser otra vez una clave fundamental del título, pero esta vez lo haremos de una manera un tanto diferente.
Decimos esto porque en nuestra primera toma de contacto con Pokémon Platinum hemos notado un nivel de dificultad más desafiante con respecto a los que son sus más inmediatos predecesores. Es necesario entrenar más a nuestros pokémon, resultando frecuente tener que volver al Centro Pokémon para recuperar salud y así continuar subiendo el nivel de experiencia de nuestras criaturas.
¿Stylus o botones? El entrenador decide
Como ya ocurría en Pokémon Diamante y Perla, la doble pantalla se ha dispuesto para albergar tanto acción como opciones de juego y de batalla. Así, la parte superior se dedica a mostrarnos lo que ocurre mientras que con la inferior podremos interactuar, eso sí, de una manera limitada. Es posible navegar entre los numerosos menús presentes en el videojuego, así como controlar las batallas en base al uso del lápiz táctil, aunque todo sigue siendo más rápido y cómodo gracias al uso de los siempre funcionales botones de la consola, una opción que, por otra parte, es la más conocida por los fans de la serie.
No hay cambios en los controles, aunque sí tenemos que hablar de una interfaz gráfica mejorada, que lo presenta todo de una manera más ordenada, algo que resulta extremadamente necesario cuando apreciamos la ingente cantidad de opciones que se ponen ante nuestros ojos, empezando por la tienda pokémon (donde comprar y vender diferentes items) y terminando por el Club Comunicación Pokémon.
Concretamente, este último, albergado dentro de cualquier Centro Pokémon, es un lugar especialmente diseñado para combatir con otros jugadores, intercambiar nuestros pokémon, ver algunos records, dibujar o incluso chatear en base a algunas palabras o expresiones predefinidas que los responsables de Nintendo ponen a nuestra disposición. Dentro de las batallas, las hay prácticamente de todos los tipos (individuales, dobles, múltiples...), de manera que podremos batallar hasta cuatro jugadores y un número variable de pokémon que podría llegar hasta tres.
Los pokémon se hacen de "platino"
En esta toma de contacto no hemos apreciado grandes cambios en el apartado visual, manteniéndose al nivel de Pokémon Diamante y Perla, lo cual no es algo especialmente reprochable. Ya explicamos en nuestro análisis sobre estos títulos que se daba una coexistencia visual entre las dos y las tres dimensiones, consecuencia tal vez de un intento por mantener la esencia de la franquicia. Una esencia que no hace falta decir que en Pokémon Platinum regresa, mezclando sprites en 2D con entornos tridimensionales simples pero coloridos.
La presentación de las batallas se mantiene en la misma tónica "retro". Es decir, se tiende al estaticismo y al rechazo de animaciones complejas que se alejen de lo que los fans vieron en las consolas portátiles de Nintendo desde el año 1996. Aún no se ha dado el salto definitivo para crear batallas dinámicas al estilo Pokémon Stadium (Nintendo 64), muy a pesar de que Nintendo DS tenga potencial para ello.
El apartado sonoro tampoco difiere mucho de este sentir retrospectivo que se afianza una vez más en Pokémon Platinum, planteándose ésta como una situación muy especial para descubrir a los pokémon en su vertiente más purista, que es por cierto la que más gusta a los fieles entrenadores. No existe aún una fecha de lanzamiento para España, pero su gran éxito en Japón (ha sido uno de los videojuegos de Pokémon que más rápido se han vendido allí) augura un gran futuro a un Pikachu y compañía que todavía no ven el final del túnel del éxito.