Warlander es un juego que nos transporta a batallas entre 2 o 5 ejércitos de 20 personas en los que toca proteger tu castillo mientras conquistas el de los enemigos. Esta apuesta free-to-play de Toylogic y Plaion tiene potencial, pero, ¿podrá sobrevivir en el duro mercado de los juegos gratis?
Aún recuerdo mi primera vez jugando Battlefield 2. Allá por 2005, ese juego me voló la mente y me hizo pensar verdaderamente en el futuro de los multijugador. Grandes campos de batalla, roles distintos, muchísimos jugadores… era el futuro hecho realidad, y cambió mi manera de ver el juego online. Cuando vi la premisa de Warlander, no pude no pensar en mi yo de hace 17 añazos y en qué le habría parecido el juego, así que no perdí el tiempo y accedí a probarlo. Pero, ¿qué es Warlander? Si no te has enterado de qué es este título, no te culpo. Anunciado el pasado miércoles, apenas hemos podido ver nada respecto a este mestizo de battle royale y MOBA de origen nipón. Haciéndote formar parte de un ejército de 20 jugadores, el videojuego te pondrá un objetivo claro: derribar la fortaleza rival. Eso sí, si la cosa se quedase así, y simplemente viéramos a 40 jugadores correr hacia adelante y pegarse toñas hasta ganar, Warlander no tendría gracia. El título de Toylogic sabe que eso sería demasiado caótico y básico, así que ha optado por darle estructura al asunto.
Para empezar, dentro de cada equipo de 20 jugadores vas a encontrar escuadrones. Vamos a utilizar 5 grupos de 4 individuos, estos tendrán su tarea concreta que realizar durante la pelea. Con 2 escuadrones de defensa, otros 2 de ataque y 1 más que se dedica al cumplimiento de objetivos específicos. Gracias a este planteamiento, vamos a poder evitar el típico escenario de ver a jugadores ignorando los objetivos para poder conseguir bajas enemigas. Aquí cada cual debe hacer lo suyo. Con todos los participantes posicionados en escuadrones, comienza la verdadera chicha del asunto: las partidas y las clases de los personajes.
Y es que en tus partidas vas a tener varias clases de las que elegir. Siendo las tres principales el combate cuerpo a cuerpo, magia y soporte, tu objetivo no solo va a ser llegar rápido a la fortaleza rival, sino que, a medida que participes en las escaramuzas y cumplas objetivos, vas a ir recibiendo puntos de valor, necesarios para desbloquear clases mejoradas. Todas estas, tanto las básicas como las mejoradas, se pueden personalizar tras los combates, y cuentan con varios ataques: un básico que podrás utilizar todo lo que quieras, junto con un kit específico que tendrá distintos tiempos de recarga. Tendrás que utilizar bien tus movimientos más poderosos si quieres sobrevivir y sacarle el máximo partido a tu tipo de guerrero.
Vamos a evitar el típico escenario de ver a jugadores ignorando objetivos para conseguir bajas enemigas
Esta necesidad de estar presente en todas partes para poder mejorar tu personaje y acceder a mejores versiones de tus roles va a crear un sentido de urgencia y participación que te llevará orgánicamente a cumplir los objetivos. No solo de matar a tus contrincantes se vive, y ayudar a construir maquinaria y conquistar torres es una parte muy importante para tu potencial victoria contra los otros equipos. Estas torres, además, serán cruciales, pues actuarán como puntos de control para el equipo entero, permitiendo a todos reaparecer más cerca de la fortaleza enemiga una vez fallezcan en combate.
Si juegas con solo dos ejércitos, las partidas van a ser bastante menos complicadas. Cada equipo está a un lado del mapa y es tu misión ganar terreno y atacar a tus contrincantes mientras te aseguras de que tu castillo esté a salvo. Son las partidas de 100 jugadores las que elevan el título. Cuando haya 5 equipos distintos presentes, vas a tener que estar al loro de todo, e incluso centrarte en forjar alianzas para poder respirar algo más tranquilo mientras fijas tu próximo ataque en alguno de los rivales que no estén aliados contigo. Al final, esto crea una dinámica cambiante, impredecible y que le da carisma y tensión a cada una de estas pequeñas guerras.
El broche de oro a todo esto son las herramientas que tendrás a tu disposición. Empezando por lo básico, como escaleras que deberás reconstruir con tus compañeros (o destruir si te están asediando), podrás ver también arietes e incluso uno de los grandes reclamos del título: robots medievales gigantes que necesitarán del apoyo de todo tu equipo para derrotarlos. Todo esto le da mucha más variedad a la acción que solo "ve y mata a los del otro equipo", y llenará la partida de sucesos que se salen de la monotonía y pueden hacer que la partida de un vuelco enorme de un momento a otro. En mi experiencia jugando a títulos multijugador por equipos, creo que este tipo de elementos son tan necesarios como difíciles de llevar bien, y Warlander parece saber ejecutarlos bien.
Una vez termines tu combate, vas a poder obtener puntos que podrás utilizar para mejorar tu personaje fuera de las partidas, y aquí es donde empieza una de mis dos grandes preocupaciones. Sí, entiendo que recompensar a los jugadores es una parte importante del loop de todo título multijugador, pero el hecho de que las mejoras que puedas conseguir te otorguen más vida, más defensa o mejor daño no hace más que dar ventaja a los veteranos, mientras que pone a los novatos, aquellos que más ayuda necesitan, en una situación de precariedad. Obviamente, hablo sin saber cómo funcionará este sistema a largo plazo, pero espero que esté bien llevado a nivel de matchmaking, porque, si no, podría espantar a los luchadores más primerizos.
Warlander es una experiencia original, chula y bastante accesible
Por otro lado, también me preocupa uno de los puntos principales del juego: la cantidad de jugadores que debe de haber por partida. Pudiendo elegir entre conflictos de 40 y 100 participantes, no puedo evitar preocuparme por la vida útil de Warlander. Creo que es un juego que tiene todo lo necesario para encontrar su público, y por eso me daría muchísima pena ver que la falta de jugadores echa por tierra el trabajo que ha hecho Toylogic. Sí, está la opción de los bots, pero eso es más una tirita que una solución. Soy consciente de que me estoy adelantando a los hechos, y espero que sea un caso de estar siendo demasiado cauto y pesimista, en vez de realista.
En definitiva, Warlander es una experiencia original, chula y bastante accesible. No exige mucho a un jugador primerizo: mis primeros compases probando todas sus clases se sintieron bastante naturales. Tiene muchas cosas a su favor para ser un buen título multijugador, aunque no puedo evitar que me preocupe el pensamiento de que sus desarrolladores están volando demasiado cerca del sol. Con partidas frenéticas y rápidas, una idea buena entre manos y una ejecución muy divertida, solo queda esperar a ver si algunas de sus decisiones están bien llevadas a medio y largo plazo, y si puede aguantar en el mercado tan competitivo que son los videojuegos free-to-play.